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16 de abril de 2011 – LECTIO DIVINA – SABADO V DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Juan 11, 45-57
Al ver lo que hizo Jesús, muchos de los judíos que habían ido a casa de María creyeron en él. Pero otros fueron a ver a los fariseos y les contaron lo que Jesús había hecho.
Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron un Consejo y dijeron: «¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchos signos. Si lo dejamos seguir así, todos creerán en él, y los romanos vendrán y destruirán nuestro Lugar santo y nuestra nación.»
Uno de ellos, llamado Caifás, que era Sumo Sacerdote ese año, les dijo: «Ustedes no comprenden nada. ¿No les parece preferible que un solo hombre muera por el pueblo y no que perezca la nación entera?»
No dijo eso por sí mismo, sino que profetizó como Sumo Sacerdote que Jesús iba a morir por la nación, y no solamente por la nación, sino también para congregar en la unidad a los hijos de Dios que estaban dispersos.
A partir de ese día, resolvieron que debían matar a Jesús. Por eso él no se mostraba más en público entre los judíos, sino que fue a una región próxima al desierto, a una ciudad llamada Efraím, y allí permaneció con sus discípulos.
Como se acercaba la Pascua de los judíos, mucha gente de la región había subido a Jerusalén para purificarse. Buscaban a Jesús y se decían unos a otros en el Templo: «¿Qué les parece, vendrá a la fiesta o no?» Los sumos sacerdotes y los fariseos habían dado orden de que si alguno conocía el lugar donde él se encontraba, lo hiciera saber para detenerlo.
Palabra del Señor

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

El texto del Evangelio de hoy es el inmediatamente siguiente a la resurrección de Lázaro que fue la lectio del último domingo.
La contracara de la esperanzadora reacción de fe que muchos testigos del milagro habían tenido (vs.45), fue el informe de otros ante los fariseos, acción que tiene una intencionalidad que el texto no nos permite evaluar (vs.46).
Alarmados por el “escándalo” que significaba que Jesús haya llegado tan lejos en su “accionar milagrero” como lo fue volver a la vida a un muerto de cuatro días, no dudaron en citar de urgencia una reunión del Consejo planteando un interrogante desesperado: “¿Qué haremos? Porque este hombre realiza muchos signos” (vs.47). Tristemente, no negaron como religiosos y estudios de la Ley los signos que Jesús hacía, pero los veían no como una señal mesiánica sino como una amenaza a su poder político y religioso. Su temor se describe en el versículo siguiente. Si no hacen nada para detenerlo, todos creerán en él y sus lugares de poder y dominación religiosa y política (“nuestro lugar santo y nuestra nación”) correrían riesgo de ser destruidos por el Imperio. (vs.47).
Tanto el vs. 48 como el vs. 50 están bañados de ironía. Históricamente, las acciones de las autoridades aseguraron precisamente el resultado que más querían evitar: los romanos pusieron fin a sus puestos, el Templo y la nación. Y muy en contra de su intención, el consejo sabio de Caifás resultó ser un análisis bastante acertado del significado teológico de la muerte de Jesús. Acertado pero estrecho: Juan añade inmediatamente que Jesús murió no sólo por la nación, sino por todos los seres humanos (vs.52).
La decisión tomada en el Consejo fue tajante y muestra que la resurrección de Lázaro fue “la gota que rebalsó el vaso” de la tolerancia farisea y saducea: “A partir de ese día, resolvieron que debían matar a Jesús” (vs.53). La orden del poder religioso incluía la “obligación a su entorno de denunciar su paradero para efectivizar el arresto (vs.57). La orden no tardó en ponerse en funcionamiento, probablemente incentivada por alguna recompensa (¿la que finalmente cobró Judas?) ya que se interrogaban acerca de la posibilidad de que Jesús vaya a la fiesta de Pascua que estaba próxima (vs.56).
Jesús, no perdió el dominio de los tiempos dentro de la soberana voluntad del Padre, y aun sabiendo que su fin era inexorable, decide excluirse en Efraím un tiempo junto a sus discípulos (vs.54). De esta manera Jesús da por terminado su ministerio público.
El fin se acerca y la gloria también, en suma el plan salvífico de Dios está en marcha con la incomprensible funcionalidad de aquellos a los que les fue confiada la interpretación de la Ley.

• Preguntas para la lectura:

 ¿Cuántos y quiénes son los personajes que entran en escena en el texto y cuál es su participación?
 ¿Cuál es el versículo clave en donde se destaca el cumplimiento profético de la salvación de la humanidad a través de Jesús?
 ¿Cuál es la actitud de Jesús en estos momentos ante el conocimiento de los planes concretos de matarlo y por qué?
 ¿De qué forma se pueden interpretar los signos juaninos como una cadena de intolerancia de los fariseos, escriba y saduceos?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿De qué manera, la soberanía de Dios en su plan de salvación, se ve de manera dominante en el texto?
 ¿Qué lugar ocupa Jesús en mi hermenéutica de los textos bíblicos?
 ¿Quién realmente está al control de la situación y por qué?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, te alabo porque a pesar de que las amenazas de muerte acechaban en tu ministerio, decidiste ser obediente hasta la muerte para la salvación de toda la humanidad.
Señor, ayúdame a descansar en tu soberanía sobre todos y sobre todo. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Trato de meditar en las acciones de todos los actores del texto bíblico a la vez de reflexionar sobre el cumplimiento inexorable de la voluntad de Dios.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿Cómo voy a interpretar las pruebas por causa de mi fe a partir del entendimiento de la soberanía de Dios y de su amor por toda la humanidad?
 ¿Tengo conciencia de que en mi condición de pecador, yo mismo he sido funcional y partícipe atemporal de la condena y muerte de Cristo?
 ¿De qué manera voy a vivir la alegría de la esperanza de un Salvador que siguió fiel hasta las últimas consecuencias en su plan de rescatarme del pecado?

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15 de abril de 2011 – LECTIO DIVINA – VIERNES V DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 31-42
Los judíos tomaron piedras para apedrearlo.
Entonces Jesús dijo: «Les hice ver muchas obras buenas que vienen del Padre; ¿por cuál de ellas me quieren apedrear?»
Los judíos le respondieron: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino porque blasfemas, ya que, siendo hombre, te haces Dios.»
Jesús les respondió: «¿No está escrito en la Ley: Yo dije: Ustedes son dioses? Si la Ley llama dioses a los que Dios dirigió su Palabra -y la Escritura no puede ser anulada- ¿Cómo dicen: "Tú blasfemas", a quien el Padre santificó y envió al mundo, porque dijo: "Yo soy Hijo de Dios"?
Si no hago las obras de mi Padre, no me crean; pero si las hago, crean en las obras, aunque no me crean a mí. Así reconocerán y sabrán que el Padre está en mí y yo en el Padre.»
Ellos intentaron nuevamente detenerlo, pero él se les escapó de las manos. Jesús volvió a ir al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había bautizado, y se quedó allí. Muchos fueron a verlo, y la gente decía: «Juan no ha hecho ningún signo, pero todo lo que dijo de este hombre era verdad.» Y en ese lugar muchos creyeron en él.
Palabra del Señor

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

El contexto del relato del Evangelio de hoy se encuentra entre los versículos 22 y 24: “Se celebrara entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno, y Jesús se paseaba por el Templo, en el Pórtico de Salomón. Los judíos lo rodearon y le preguntaron: “¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si eres el Mesías, dilo abiertamente”.
La fiesta de la Dedicación , celebrada durante ocho días en diciembre, conmemora la restauración y consagración del Templo de Jerusalén por Judas Macabeo en 164 a.c., después de haber sido profanado por Antíoco Epífanes. (1 Mac.4.52-59; 1.54). El pórtico de Salomón era una galería al oriente del Templo, en el lado interior del muro que lo rodeaba.
En rigor de verdad, la pregunta de los judíos que inducía a un “sincericidio” de Jesús ya había sido respondida en el marco de la discusión anterior cuando Jesús declara: “Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da su vida por las ovejas” (vs.11). Por ello responde de inmediato “Ya se los dije, pero ustedes no lo creen” (vs.25). Luego, el Señor continúa la línea de argumentación del pastor de ovejas, las cuales conocen sus obras a diferencia de sus polemistas que las niegan, hasta que se decide a efectuar una declaración indubitable de su condición trinitaria y mesiánica: “El Padre y yo somos una sola cosa” (vs.30).
No es de extrañar entonces que el texto del Evangelio de hoy comience diciendo: “Los judíos tomaron piedras para apedrearlo”. La respuesta de Jesús es una pregunta que busca que ellos expresen directamente el delito cometido: “Les hice ver muchas obras buenas que vienen del Padre; ¿por cuál de ellas me quieren apedrear?”. En la respuesta de los judíos ya no caben dudas de las causas de su dura sentencia: “No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino porque blasfemas, ya que, siendo hombre, te haces Dios.”
Los judíos pretendían ser jueces sobre Jesús, mientras él hizo dos cosas: los denunció como jueces injustos y los llamó a fijarse en la evidencia concreta y así portarse como jueces justos. De esta manera, Jesús se quedó con el estrado de juez sobre los que pretendían enjuiciarlo.
Así dadas las cosas, lo central en la argumentación de Jesús fue que sus contenedores se confronten con las obras que hacía. No debían juzgar sus palabras sin hacer frente a la evidencia de las obras, evidencia que demostraba, de hecho, la unidad entre el Padre y el Hijo. Sin embargo, los judíos hicieron caso omiso a las milagrosas obras públicas de Jesús.
La cita que Jesús hace del Salmo 82: “Ustedes son dioses, todos son hijos del Altísimo” (82.6) debe entenderse a la luz de todo el salmo. Éste en los versículos 2 al 5, reprocha a los que juzgan injustamente y en lugar de defender a los débiles de la comunidad, favorecen los intereses de los malvados y poderosos. Pero el versículo siguiente al que cita Jesús hace una declaración importante que los judíos debían conocer: “Pero morirán como cualquier hombre, caerán como cualquiera de sus príncipes”. Finalmente, el salmo culmina de la manera que comenzó, exaltando al Señor como el juez de la tierra y de los dioses: “El Señor se levanta en la asamblea divina y juzga en medio de los dioses” (vs.1) y “Levántante, Señor, juzga a la tierra, porque tú eres el dueño de todas las naciones”. (vs.8). De esta manera, en lugar de juzgar a Jesús asimilándose a los jueces corruptos del salmo 82, debían fijarse en las obras de Jesús y reconocerlo como el Señor y juez que no está sujeto a las leyes de la muerte como el resto de los mortales.
Sin embargo sucede nuevamente la escena de la detención fallida y la salida indemne de Jesús hasta que llegue la hora fijada por el Padre: “Ellos intentaron nuevamente detenerlo, pero él se les escapó de las manos” (vs.39).
En los versículos 40-42, se presenta al pueblo simple con su fe correcta, frente a los “jueces de la religión” con su incapacidad de reconocer los signos de Dios en los tiempos. El pueblo fue capaz de hacer lo que las autoridades no podían: reconoció que, sin tener el comprobante de signos, el Bautista había dicho la verdad en cuanto a Jesús. Y, sobre la base de ese testimonio, creyeron en Jesús. El contraste con las autoridades no podía ser más grande: persistieron en su ceguera, a pesar de haber tenido no sólo el testimonio del Bautista sino también el de las obras.

• Preguntas para la lectura:

 ¿Por qué Jesús pone énfasis en la correcta interpretación de sus obras como signos divinos?
 ¿Cuál es la causa por la que los judíos polemistas insisten en apedrearlo?
 ¿Cuál es el lugar que la predicación de Juan el Bautista ocupa en el relato?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿De qué manera la reflexión de los signos y obras de Jesús fortifican mi fe?
 ¿Qué lección me aporta a mi vida cristiana la exégesis que Jesús hace del Salmo 82?
 ¿Qué aprendo de la gente simple con su fe correcta?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, te alabo por tus obras que hablan por sí mismas de que eres uno con el Padre y que el Espíritu Santo me recuerda a través de tu palabra.
¡Gloria sea al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo! Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Reflexiono en las obras y los signos de Jesús narrados en el Evangelio de Juan y reconozco en ellos la autoridad de Jesús y la voluntad del Padre.
Medito en el contraste de la actitud de fe del pueblo sencillo frente a quienes cuestionan a Jesús, poniéndose en calidad de jueces en lugar de mortales sujetos al juicio de Dios.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿De qué manera mi fe se ve renovada hoy al leer las obras de Jesús?
 ¿Cómo y a quienes voy a compartir la Buena Nueva de la persona de Jesús?

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14 de abril de 2011 – LECTIO DIVINA – JUEVES DE LA V DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Juan 8, 51-59
Jesús dijo a los judíos:
«Les aseguro que el que es fiel a mi palabra, no morirá jamás.»
Los judíos le dijeron: «Ahora sí estamos seguros de que estás endemoniado. Abraham murió, los profetas también, y tú dices: "El que es fiel a mi palabra, no morirá jamás." ¿Acaso eres más grande que nuestro padre Abraham, el cual murió? Los profetas también murieron. ¿Quién pretendes ser tú?»
Jesús respondió: «Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. Es mi Padre el que me glorifica, el mismo al que ustedes llaman "nuestro Dios", y al que, sin embargo, no conocen. Yo lo conozco y si dijera: "No lo conozco", sería, como ustedes, un mentiroso. Pero yo lo conozco y soy fiel a su palabra.
Abraham, el padre de ustedes, se estremeció de gozo, esperando ver mi Día: lo vio y se llenó de alegría.»
Los judíos le dijeron: «Todavía no tienes cincuenta años ¿y has visto a Abraham?»
Jesús respondió: «Les aseguro que desde antes que naciera Abraham, Yo Soy.»
Entonces tomaron piedras para apedrearlo, pero Jesús se escondió y salió del Templo.
Palabra del Señor

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

El texto del Evangelio de hoy es una continuidad narrativa a la lectio de ayer. La larga discusión entre Jesús y los judíos que “creyeron en él” se viene desarrollando desde el versículo 37 en torno a la paternidad con Abraham. La misma toma matices dramáticos cuando esta relación filial se discute en torno a ser un verdadero hijo de Dios (vs. 41-42), para luego virar hacia la filiación con el mismo demonio (vs.44-50).
En el versículo 51 Jesús retoma la centralidad del tema y la vuelve a hacer girar en torno a la fidelidad en su palabra “Les aseguro que el que es fiel a mi palabra, no morirá Jamás”. Esto no es nuevo en la argumentación de Jesús en esta discusión. En el vs. 31 relaciona esa fidelidad a ser un verdadero discípulo, en los versículos 36-37 a la verdadera libertad y en los vs. 47-48 a la pertenencia a Dios. Ahora la relaciona con la vida eterna.
Esto es lo que produce la ira de sus polemistas “¿Acaso eres más grande que nuestro padre Abraham, el cual murió? Los profetas también murieron. ¿Quién pretendes ser tú?” (vs. 53). En esas palabras encontraron la prueba de su acusación al pretender Jesús garantizar la vida a sus seguidores y de esa manera ser más fuerte que la muerte que había vencido al mismísimo Abraham.
La respuesta de Jesús es punzante y sin ningún tipo de eufemismos. Entre los vs. 54 al 56 declara de sí mismo que: Su gloria viene del Padre, a quién él conoce íntimamente y a cuya palabra es fiel. En la misma respuesta declara de sus polemistas que: No conocen a aquel que llaman su Dios y eso los hace mentirosos.
Pero es el retorno al tema de la filiación con Abraham el que provoca el desenlace violento de la discusión. Esto se da entre los versículos 56 al 58. Jesús profundiza el núcleo de la discusión al afirmar nada menos que: “Abraham, el padre de ustedes, se estremeció de gozo, esperando ver mi Día: lo vio y se llenó de alegría.” Según algunas tradiciones judías, Abraham había contemplado en una visión las cosas futuras. También se interpretaba la risa de Abraham (Gn.17.16-17) como risa de alegría.
Los judíos que están muy lejos de entender el contenido profético de las palabras de Jesús, las toman de una manera literal: “Todavía no tienes cincuenta años ¿y has visto a Abraham?”. Seguramente por esa ceguera espiritual, Jesús no duda en declarar su existencia trinitaria y su identificación divina, relacionándola con la respuesta que recibe Abraham de Dios acerca de su nombre: “Yo soy” Le dice: “Les aseguro que desde antes que naciera Abraham, Yo Soy.”
Jesús acabada de dar la fórmula de la revelación reservada únicamente a Dios. Mucho más que un viejo con cara de joven, Jesús se atrevió a pretender ser Dios.
Esta vez, sus interlocutores entendieron perfectamente bien lo que Jesús decía: “Entonces tomaron piedras para apedrearlo”. Pero Jesús conocedor de los tiempos en la economía soteriológica de Dios “se escondió y salió del Templo”.

• Preguntas para la lectura:

 ¿Por qué los judíos aseguran que Jesús está endemoniado?
 ¿Cómo es la ecuación de glorificación que presenta Jesús?
 ¿Qué relación tiene la afirmación del vs. 58 con Juan 1.1-18?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿Qué efecto renovador de esperanza de vida me trae las palabras de Jesús en vs.52?
 ¿Qué significa en mi vida de obediencia a la palabra de Dios el saber de boca de Jesús que él se identifica como fiel a ella?
 ¿Cómo interpreto el rol de Jesús en el universo al unir su presencia antes de Abraham, su identificación con el “Yo soy” y su unión eterna con él y su palabra?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, gracias te doy por en tu persona hay vida abundante presente y eterna.
Señor, te alabo porque en la fidelidad a tu palabra encuentro la paz que me da reconocer tu voz y tu presencia. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Releo todo el relato de la polémica entre Jesús y los judíos “que creyeron en él” en voz alta y deteniéndome en los temas principales de debate. Escribo en un papel las declaraciones personales de Jesús y luego las vuelvo a repetir y memorizar.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿Qué efectos en mi vida presente producen las palabras de Jesús “el que es fiel a mi palabra, no morirá jamás”?
 ¿Con quienes voy a compartir estas verdades profundas de la persona y la misión de Jesús?

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13 de abril de 2011 – LECTIO DIVINA – MIERCOLES V DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Juan 8, 31-42
Jesús dijo a aquellos judíos que habían creído en él:
«Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos: conocerán la verdad y la verdad los hará libres.»
Ellos le respondieron: «Somos descendientes de Abraham y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo puedes decir entonces: "Ustedes serán libres"?»
Jesús les respondió: «Les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado. El esclavo no permanece para siempre en la casa; el hijo, en cambio, permanece para siempre. Por eso, si el Hijo los libera, ustedes serán realmente libres. Yo sé que ustedes son descendientes de Abraham, pero tratan de matarme porque mi palabra no penetra en ustedes.
Yo digo lo que he visto junto a mi Padre, y ustedes hacen lo que han aprendido de su padre.»
Ellos le replicaron: «Nuestro padre es Abraham.»
Y Jesús les dijo: «Si ustedes fueran hijos de Abraham obrarían como él. Pero ahora quieren matarme a mí, al hombre que les dice la verdad que ha oído de Dios. Abraham no hizo eso. Pero ustedes obran como su padre.»
Ellos le dijeron: «Nosotros no hemos nacido de la prostitución; tenemos un solo Padre, que es Dios.»
Jesús prosiguió: «Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque yo he salido de Dios y vengo de él. No he venido por mí mismo, sino que él me envió.»
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

El versículo 31 en donde Juan identifica la audiencia a la que Jesús dirige estas palabras, presenta dificultades con el resto del relato. Esto es porque comienza hablando a “aquellos que habían creído en él”, y luego les dice a éstos que “ahora quieren matarme”(vs37). Más aún, si se sigue el diálogo más allá de la lectura de hoy, en el vs. 44 Jesús dice que “ustedes tienen por padre al demonio”. ¿Cuál es el significado de creer en este Evangelio?
Juan usa el verbo “creer” (pisteúo) alrededor de cien veces, pero nunca emplea el sustantivo “fe”. El uso frecuente del verbo en combinación con la ausencia total del sustantivo demuestra que para Juan la fe no es como un objeto. Es un proceso dinámico, creemos en él mientras seguimos viviendo sobre la base de su persona y su palabra. Para Juan la fe es verbo, no sustantivo.
El desarrollo anterior arroja más luz sobre la profundidad de la primera afirmación de Jesús, en donde las palabras permanencia y fidelidad cobran un sentido central: “Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos”. (vs.31b). También explica el por qué buscaban matarle “…porque mi palabra no penetra en ustedes” (vs.37).
Pero es la segunda afirmación la que produce una fuerte reacción de estos judíos creyentes: “conocerán la verdad y la verdad los hará libres” (vs.32). Estas palabras son una moneda de dos caras. Por un lado, la interpretación es la alegría del encuentro del camino a la libertad, pero por el otro el necesario reconocimiento de que uno está esclavizado. Esto último que fuera interpretado en clave política y social: “Somos descendientes de Abraham y jamás hemos sido esclavos de nadie”, además de no ser una verdad histórica, los alejaba de la profundidad de las palabras del Maestro. Jesús les está hablando que son esclavos de ellos mismos en el presente y a causa del pecado que reina desde Adán en todo ser humano “…todo el que peca es esclavo del pecado” (vs.34). Es más, se revela a sí mismo como el libertador verdadero y definitivo “…si el Hijo los libera, ustedes serán realmente libres” (vs.36).
En el vs. 37 Jesús retomó lo que los creyentes dijeron en el vs. 33 “ustedes son descendientes de Abraham…” y de ahí en adelante todo el resto del capítulo gira alrededor de este tema. Jesús comenzó a cuestionar la identidad que sus oyentes ostentaban sobre la base de que se identificaban a sí mismos como hijos de Abraham. No se trataba de cuestiones biológicas: el mismo Jesús admitió que eran descendientes biológicos de Abraham (vs.37). El cuestionamiento fue ético, no genético. En esto Jesús siguió una línea profética muy vieja. Aparece no sólo en Juan el Bautista (Mt.3.9) sino, por lo menos implícitamente, en Jeremías 9.25-26. La clave para identificar a la gente son sus acciones (vs. 37-39,40). Estas, diferentes de las de Abraham, demostraban que pertenecían a otro padre.
Finalmente, cuando los judíos sacan a lucir su credencial filial con Dios mismo “…tenemos un solo Padre, que es Dios”, Jesús no duda en revelarse abiertamente como el Hijo de Dios enviado por el Padre como el Mesías prometido: “yo he salido de Dios y vengo de él. No he venido por mí mismo, sino que él me envió” (vs.42). Siguiendo la lógica discursiva de Jesús, si lo que dicen sus interlocutores fuera cierto desde el punto de vista espiritual, no sólo no buscarían matarlo, sino le amarían: “Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían”.

• Preguntas para la lectura:

 ¿Cómo entiende Jesús la esclavitud y la libertad espiritual?
 ¿Qué lugar ocupa la pertenencia filial a Abraham frente a la ética a sus obras?
 ¿Qué lugar ocupa en el relato la obediencia a la palabra de Dios?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿Tengo conciencia de mi esclavitud al pecado y la necesidad de un permanente libertador?
 ¿De qué manera el creer cobra una dimensión dinámica para mí?
 ¿Cuál es mi comprensión de ser un verdadero hijo de Dios?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, gracias porque en tu palabra conocemos la verdad que nos hace libres.
Señor, ayúdanos a permanecer fieles a tus palabras.
Dios, que nuestras obras muestren obras muestren que somos tus hijos como así también nuestro amor profundo a Jesucristo. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Trato de introducirme en la escena pero sin preconceptos, intentando no juzgar a los que polemizan a Jesús, sino entendiéndolos y mirando con humildad mi propio corazón y pensamientos.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿Qué acciones y conductas voy a hacer y/o dejar de hacer para permanecer fiel a la palabra de Jesús?
 ¿Cómo voy a mostrar visiblemente mi amor a Jesús que me identifica como hijo de Dios?
 ¿De qué manera práctica voy a vivir la verdad liberadora de las palabras de Jesús?

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12 de abril de 2011 – LECTIO DIVINA – MARTES V DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Juan 8, 21-30

Jesús dijo a los fariseos:
«Yo me voy, y ustedes me buscarán y morirán en su pecado. Adonde yo voy, ustedes no pueden ir.»
Los judíos se preguntaban: «¿Pensará matarse para decir: "Adonde yo voy, ustedes no pueden ir"?»
Jesús continuó: «Ustedes son de aquí abajo, yo soy de lo alto. Ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo. Por eso les he dicho: "Ustedes morirán en sus pecados." Porque si no creen que Yo Soy, morirán en sus pecados.»
Los judíos le preguntaron: «¿Quién eres tú?»
Jesús les respondió: «Esto es precisamente lo que les estoy diciendo desde el comienzo. De ustedes, tengo mucho que decir, mucho que juzgar. Pero aquel que me envió es veraz, y lo que aprendí de él es lo que digo al mundo.»
Ellos no comprendieron que Jesús se refería al Padre.
Después les dijo: «Cuando ustedes hayan levantado en alto al Hijo del hombre, entonces sabrán que Yo Soy y que no hago nada por mí mismo, sino que digo lo que el Padre me enseñó. El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada.»
Mientras hablaba así, muchos creyeron en él.
Palabra del Señor

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

En el vs. 21 Jesús retomó y profundizó lo que había dicho a las autoridades en 7.33-34. Otra vez, fue una invitación a ellas: que salieran de sus prejuicios y llegaran ya a la luz, antes de que fuese demasiado tarde. Esta vez, la invitación vino por medio de una amenaza más clara. Mientras que en 7.34 les dijo únicamente que no iban a poder encontrarlo, ahora les explicó que “en su pecado morirán”. Es decir, Jesús manifestó que no responder a su invitación podría llevarlos a consecuencias drásticas.
La reacción de los oyentes fue doble: por un lado, hicieron caso omiso de la amenaza contra ellos; por otro lado, entendieron mal la referencia a la partida de Jesús. Lo que dijeron en el vs. 22 tiene un alto nivel de ironía, preguntaron si Jesús iba a suicidarse.
En el vs. 23 Jesús les plantea una crucial intriga del lugar de pertenencia de él con respecto a sus interlocutores: “Ustedes son de aquí abajo, yo soy de lo alto. Ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo”. Esta inesperada declaración motiva necesariamente al interrogante en torno de su identidad. Entonces ¿Quién es Jesús?
El Señor utiliza en el vs. 24 la expresión “Yo soy”. Ese nombre es el que el mismo Dios utilizó para presentarse a Moisés en la zarza ardiente: “Yo soy el que soy”. El escandalo por tamaña declaración requería una aclaración. Jesús no tarda en darla, y al hacerlo retoma la afirmación de su pertenencia al Padre que reafirma su calidad de Hijo de Dios “Pero aquel que me envió es veraz, y lo que aprendí de él es lo que digo al mundo”. (vs.26). Sin embargo, increíblemente no entendieron esta afirmación tan directa (vs.27).
Con esto Jesús volvió al tema central. El entendimiento de su identidad profunda con el Padre, será comprendida por ellos cuando se produzca el suceso de su crucificción: “Cuando ustedes hayan levantado en alto al Hijo del hombre, entonces sabrán que Yo soy” (vs.28a).
El resultado de las advertencias de Jesús fue que muchos de los presentes creyeron en él (vs.30).

• Preguntas para la lectura:

ü ¿A quiénes dirige Jesús estas advertencias?
ü ¿Cómo se relaciona este pasaje con el anterior (vs. 12-20)?
ü ¿Cuáles son las “credenciales” mesiánicas presentadas por Jesús?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

ü ¿Qué significa para mi hoy entender lo que significa que Jesús se identifique con el “Yo soy” del encuentro con Moisés?
ü ¿Qué enseñanza me ofrece la reiterada declaración de pertenencia y obediencia de Jesús con el Padre?
ü ¿Qué significa la comprensión que Jesús tiene una territorialidad diferente expresada en términos “de abajo y de arriba”?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, que pueda siempre reconocer en vos el “Yo soy”. Ayúdame a tener siempre presente que vos sos el Cristo, el pan de vida, la luz del mundo, la puerta, el buen pastor, la resurrección y la vida, el camino, la verdad, la vida, la vid verdadera y el alfa y el omega. Y por sobre todas las cosas mi Señor. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Reflexiono en la profundidad de las declaraciones de identificación de pertenencia, nombre y territorialidad de Jesús y sus implicancias en mi vida y en la de su cuerpo que es la Iglesia.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

ü ¿Cómo voy a considerar en todo momento la persona de Jesús identificándolo con el “Yo soy” del Antiguo Testamento?
ü ¿Qué renovado deseo de hacer lo que le agrada al Padre tendré en mi vida, gozando de su compañía, a la luz del ejemplo de Jesús en el vs. 29?
ü ¿Con quién voy a compartir la alegría de saber quien es Jesús?

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11 de abril de 2011 – LECIO DIVINA – LUNES v DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Juan 8, 1-11

Jesús fue al monte de los Olivos. Al amanecer volvió al Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y comenzó a enseñarles.
Los escribas y los fariseos le trajeron a una mujer que había sido sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio de todos, dijeron a Jesús: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés, en la Ley, nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres. Y tú, ¿qué dices?»
Decían esto para ponerlo a prueba, a fin de poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, comenzó a escribir en el suelo con el dedo.
Como insistían, se enderezó y les dijo: «El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra.»
E inclinándose nuevamente, siguió escribiendo en el suelo.
Al oír estas palabras, todos se retiraron, uno tras otro, comenzando por los más ancianos.
Jesús quedó solo con la mujer, que permanecía allí, e incorporándose, le preguntó: «Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Alguien te ha condenado?»
Ella le respondió: «Nadie, Señor.»
«Yo tampoco te condeno, le dijo Jesús. Vete, no peques más en adelante.»
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Guías para la lectura:

El texto de hoy aparece de alguna manera extraño a la fluidez narrativa que viene del capítulo 7 y continúa en el versículo 12 del capítulo 8. Por otro lado, éste no aparece en la mayoría de los manuscritos y otros lo incorporan en lugar diferente. Algunos biblistas sostienen que el relato parece haber sido una historia conservada primero en forma independiente y luego incluida aquí. De todas maneras, sea cual fuere su itinerario narrativo, la aceptación de este texto como inspirado es suficientemente pacífica como para considerarlo como tal.
En el relato, frente al rechazo, violencia y juicio de las autoridades humanas, brilla la luz del amor divino encarnado en Jesús. Las autoridades religiosas, viendo la pecaminosidad de la mujer, la odiaban y querían destruirla. Jesús vio la misma realidad pero sin minimizar la gravedad de su falta, buscó rescatarla en lugar de destruirla.
Para las autoridades religiosas la mujer no era otra cosa que un medio para conseguir sus propósitos. No les importaba la mujer, sino sólo atrapar a Jesús en algo que podrían acusar en su contra.
Pero los dirigentes se contradijeron en el mismo acto de llevar a la mujer ante Jesús. El mínimo absoluto que se podría haberles preguntado era: “¿Y el hombre?”. Si bien Levítico 20.10 recetaba la pena de muerte para una mujer adúltera, el mismo versículo exigía igual tratamiento para el varón adúltero. Ya que se la había sorprendido “en flagrante adulterio” (vs.4), no existía base alguna para ocuparse sólo de ella. Claramente su interés no tenía nada que ver con la verdadera justicia.
Si Jesús pronunciaba en favor de la mujer, podrían acusarlo de no tomar en serio la ley mosaica; si se declaraba en favor de la pena de muerte, entraría en conflicto con las autoridades romanas.
Por eso, Jesús no perdió el tiempo entrando en diálogo con ellos sobre cuestiones legales. Al contrario, fue al grano. Con la condición que estableció para el primer lanzador de piedras, Jesús cambió completamente el enfoque del momento. Ya no estaba bajo la lupa ni Jesús ni ella, la vida de cada uno; de hecho, el problema del pecado humano.
Resulta curioso que los primeros en dejar la escena fueron los ancianos. La invitación de Jesús a reflexionar sobre sus propias vidas ante la ley de Dios como requisito previo al juicio condenatorio impiadoso, caló hondo en corazones serenos. Hizo que los que tenían más años y por ende una idea más profunda y sabia de la vida y de sus propias miserias morales y espirituales fueran los primeros en abandonar la ejecución. Seguramente luego les siguieron los demás en orden de edad, hasta finalmente retirarse los más jóvenes, cuya impetuosidad sin experiencia muchas veces los llevaba a actitudes extremas e irreflexivas “en el nombre de la ley de Dios”.
Aquel día en el Templo Jesús hizo un llamado doble. A los dirigentes religiosos los invitó a dejar de pecar: dejar de usar la ley para sus propios intereses mezquinos y respetarla como instrumento de Dios. A la mujer también la convidó a dejar de pecar: dejar de usar el cuerpo para fines pecaminosos y dignificarlo a la altura de su imagen y semejanza Dios. En este pasaje, entonces, tanto a la mujer como a los dirigentes, y también al lector, Jesús se les aparece como para gracia divina, la gracia que viene para rescatarlos y transformarlos en verdaderos hijos e hijas del Padre.
Preguntas para la lectura:
• ¿Cuál era la intencionalidad de los “defensores de la ley mosaica”?
• ¿Qué puede significar que “Jesús, inclinándose, comenzó a escribir en el suelo con el dedo” en el contexto del relato?
• ¿En qué otros pasajes de los Evangelios Jesús interpone el autoexamen ante la ley de Dios al juicio hacia otros?
• ¿Cuál es el equilibrio subyacente en el pensamiento de Jesús entre Ley y gracia?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la meditación:

• ¿Suelo utilizar los mandatos de la Biblia primero como un arma de juicio hacia otros?
• ¿Suelo interpretar pasajes morales de la Biblia solo en un sentido parcial que no me interpelen?
• ¿Cómo conjugo en mi vida los valores de ley y gracia de Dios ante situaciones de pecado?
• ¿En qué lugar hubiera estado en la retirada de la escena?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, ayúdame a ver el pecado como vos lo ves.
A no usar varas distintas para mi vida y la de los demás.
A no ser implacable con los otros y laxo conmigo mismo, o viceversa.
A reconocer mis miserias espirituales que necesitan todos los días de tu perdón y misericordia.
A tener la sabiduría de los ancianos que entendieron la hipocresía de arrojar piedras sin reflexionar en su condición. A restaurar al caído pero también invitarlo a que no vuelva a reincidir en su pecado que ofende a Dios. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Me detengo en considerar a cada uno de las personas participantes del relato bíblico e intento comprender sus intenciones, emociones y vivencias. Luego hago un ejercicio de imaginación al pensar qué lugar ocuparía yo en esa escena. Finalmente, reflexiono en mis íntimas actitudes de juicio a otro y de mi calidad de introspección crítica espiritual. Todo esto lo concluyo con un profundo agradecimiento al Señor por su perdón y misericordias infinitas.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la acción:

• ¿Cómo voy a mirar a quienes se encuentran en una situación de “flagrante pecado”?
• ¿Cómo voy a trabajar en mi mente y corazón el equilibrio entre ley y gracia?
• ¿Qué ejercicios personales de introspección con respecto a mi vida interior voy a desarrollar?

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10 de abril de 2011 – LECTIO DIVINA – DOMINGO V DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Juan 11, 1 - 45

Había un hombre enfermo, Lázaro de Betania, del pueblo de María y de su hermana Marta. María era la misma que derramó perfume sobre el Señor y le secó los pies con sus cabellos. Su hermano Lázaro era el que estaba enfermo. Las hermanas enviaron a decir a Jesús: «Señor, el que tú amas, está enfermo.»
Al oír esto, Jesús dijo: «Esta enfermedad no es mortal; es para gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.»
Jesús quería mucho a Marta, a su hermana y a Lázaro. Sin embargo, cuando oyó que este se encontraba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba. Después dijo a sus discípulos: «Volvamos a Judea.»
Los discípulos le dijeron: «Maestro, hace poco los judíos querían apedrearte, ¿y quieres volver allá?»
Jesús les respondió: «¿Acaso no son doce la horas del día? El que camina de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo; en cambio, el que camina de noche tropieza, porque la luz no está en él.»
Después agregó: «Nuestro amigo Lázaro duerme, pero yo voy a despertarlo.»
Sus discípulos le dijeron: «Señor, si duerme, se curará.» Ellos pensaban que hablaba del sueño, pero Jesús se refería a la muerte.
Entonces les dijo abiertamente: «Lázaro ha muerto, y me alegro por ustedes de no haber estado allí, a fin de que crean. Vayamos a verlo.»
Tomás, llamado el Mellizo, dijo a los otros discípulos: «Vayamos también nosotros a morir con él.»
Cuando Jesús llegó, se encontró con que Lázaro estaba sepultado desde hacía cuatro días.
Betania distaba de Jerusalén sólo unos tres kilómetros. Muchos judíos habían ido a consolar a Marta y a María, por la muerte de su hermano. Al enterarse de que Jesús llegaba, Marta salió a su encuentro, mientras María permanecía en la casa. Marta dio a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero yo sé que aun ahora, Dios te concederá todo lo que le pidas.»
Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará.»
Marta le respondió: «Sé que resucitará en la resurrección del último día.»
Jesús le dijo: «Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?»
Ella le respondió: «Sí, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo.»
Después fue a llamar a María, su hermana, y le dijo en voz baja: «El Maestro está aquí y te llama.» Al oír esto, ella se levantó rápidamente y fue a su encuentro. Jesús no había llegado todavía al pueblo, sino que estaba en el mismo sitio donde Marta lo había encontrado. Los judíos que estaban en la casa consolando a María, al ver que esta se levantaba de repente y salía, la siguieron, pensando que iba al sepulcro para llorar allí. María llegó adonde estaba Jesús y, al verlo, se postró a sus pies y le dijo: «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.»
Jesús, al verla llorar a ella, y también a los judíos que la acompañaban, conmovido y turbado, preguntó: «¿Dónde lo pusieron?»
Le respondieron: «Ven, Señor, y lo verás.»
Y Jesús lloró.
Los judíos dijeron: «¡Cómo lo amaba!»
Pero algunos decían: «Este que abrió los ojos del ciego de nacimiento, ¿no podría impedir que Lázaro muriera?»
Jesús, conmoviéndose nuevamente, llegó al sepulcro, que era una cueva con una piedra encima, y dijo: «Quiten la piedra.»
Marta, la hermana del difunto, le respondió: «Señor, huele mal; ya hace cuatro días que está muerto.»
Jesús le dijo: «¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?»
Entonces quitaron la piedra, y Jesús, levantando los ojos al cielo, dijo: «Padre, te doy gracias porque me oíste. Yo sé que siempre me oyes, pero le he dicho por esta gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado.»
Después de decir esto, gritó con voz fuerte: «¡Lázaro, ven afuera!»
El muerto salió con los pies y las manos atados con vendas, y el rostro envuelto en un sudario.
Jesús les dijo: «Desátenlo para que pueda caminar.»
Al ver lo que hizo Jesús, muchos de los judíos que habían ido a casa de María creyeron en él.
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

En el primer párrafo del relato sobre Lázaro y sus hermanas menciona a los tres por primera vez, pero cita a las hermanas, María y Marta, como si fueran gente conocida por los lectores. Esto a pesar de que el suceso del derramamiento de perfume hecho por María, recién lo relata Juan en el capítulo 12.
Aunque, por la espectacularidad y profundo significado del milagro, es imprescindible hablar de este suceso como “la resurrección de Lázaro”, Juan presta mucha atención a los intercambios entre Jesús y las hermanas. Incluso, el significado del evento no sale de sí mismo, sino de las conversaciones entre Jesús y, especialmente Marta (vs.21-27 y 39-40). Es por eso, que la primera mención de las hermanas a modo de introducción al relato, concuerda con el enfoque que va a atravesar el hilo narrativo.
Las noticias que recibe Jesús por parte de María y Marta sobre la grave enfermedad de su amigo amado (vs.3), inmediatamente son interpretadas por el Señor como una oportunidad a fin de manifestar la gloria de Dios y la suya (vs. 4). Es más, la deliberada tardanza de dos días en atender el pedido urgente de socorrer a Lázaro (vs.6), recibe repuesta cronológica en el vs 17, circunstancia que se repite en el vs. 39 en donde se resalta que han pasado cuatro días de la muerte de Lázaro. El propósito de esa incomprendida dilación es adelantado a los discípulos antes de partir en el vs. 15 “…a fin de que crean”.
La discusión con sus discípulos (vs. 7-16) se centra en el conocimiento que ellos ya tenían de que ir a Judea era una actitud imprudente con riesgo real de muerte “Maestro, hace poco los judíos querían apedrearte ¿y quieres volver allá?” (vs.8). Tratan primero de evitar el viaje minimizando la gravedad de la salud de Lázaro “…si duerme, se curará” (vs.12). Pero cuando se dan cuenta que la decisión de Jesús es definitiva “…Vayamos a verlo” (vs.15), e incomprensible ante lo irremediable “Lázaro a muerto” (vs.14), Tomás se toma el atrevimiento de hacer una ironía de mal gusto pero que bien refleja el estado de ánimo de los discípulos “Vayamos también nosotros a morir con él”. (vs16).
El primer hecho saliente luego del viaje de tres kilómetros, lo provoca el encuentro con Marta (vs.17-27). El mismo se da fuera de la aldea, al igual que el que Jesús tiene con María (vs. 30), lo que refleja el cuidado pastoral personal que el Señor tiene por los deudos del difunto, que a su vez son sus amigas. El sepulcro de Lázaro (una cueva tan amplia a la que se podía entrar y salir caminando) demuestra que la familia era rica. Lo mismo indica el perfume que tenía Marta (12.3). Entonces, parece que Lázaro y sus hermanas constituían un hogar pudiente, conocido por los líderes de Jerusalén. Por eso muchos de ellos llegaron para consolar a las hermanas. Esta posibilidad también aumenta la importancia del milagro por la gente importante que serán los testigos de la resurrección. Siguiendo con el diálogo mantenido entre Jesús y Marta, en donde ésta realiza un probable reclamo (vs.21) seguido por una declaración de fe (vs.22) que no tiene cabal idea de lo que está por acontecer (vs.23 y 24) provoca dos declaraciones centrales en la teología soteriológica y misionológica juanina. Primero en boca de Jesús: “Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera vivirá” (vs.25) y luego en boca de Marta “Sí, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo” (vs.27)
El encuentro con María, tiene similitudes y diferencias con el anterior (vs. 28-40). María realiza un similar lamento por la ausencia de Jesús en lo días agonizantes de Lázaro “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”. Es en este encuentro en donde encontramos el versículo más breve de la Biblia, pero a su vez el más profundo y significativo en el conocimiento del corazón de Jesús: “Jesús lloró” (vs.35). ¿Por quién lloró? ¿Por Lázaro? Seguramente no, porque sabía de su inmediata resurrección. ¡Lloró en solidaridad con el llanto de sus amigas y su familia! Aun habiendo declarado su extraordinario poder sobre la muerte (vs. 25), Jesús no ignora la tragedia que significa cuando ésta golpea la puerta de sus hermanos y los acompaña con sus propias lágrimas. ¡Qué consuelo enorme para todos nosotros, en momentos de duelo personal!
Los sucesos se desencadenan rápidamente entre los versículos 41 al 45. Juan relata la resurrección de Lázaro con una sencillez impresionante. En el momento de levantar a Lázaro de entre los muertos, Jesús oró. Pero fue una oración un poco extraña, ya que la segunda (y más amplia) parte (vs.42) parece ser un comentario sobre la primera parte (vs.41). El propósito del milagro se perdería si no se lo identificara con el de ser un signo de que Jesús había venido del Padre (11.42) y que nuevamente tiene importancia directa con el objetivo narrativo de Juan en la utilización de estos signos (20.31-32).
La potente voz de Jesús que Juan describe en forma de grito “¡Lázaro, ven afuera!” son una acabada muestra de la autoridad del Señor sobre los poderes de la muerte. San Agustín decía que si Jesús no hubiera acotado su llamado al nombre de Lázaro, con la potencia de su voz, todos los muertos del poblado hubieran salido de sus sepulturas.
El rol de los espectadores fue relativamente activo, tuvieron que correr la piedra (vs.41) y quitarle las vendas (vs.44). Los efectos sobre éstos fueron trascendentes “Al ver lo que hizo Jesús, muchos…creyeron en él” (vs.45).

• Preguntas para la lectura:

• ¿Por qué Jesús dilata su salida a Betania?
• ¿Qué efecto crucial tuvo este suceso para los miembros del Sanedrín (vs.53)?
• ¿De qué manera se pueden relacionar los diálogos que Jesús tiene con Marta y con María?
• ¿Qué importancia tiene para la teología juanina este milagro?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

• ¿Qué significado puede tener el uso de los tiempos que hace el Señor en su soberana voluntad frente a nuestras urgencias?
• ¿Con quién o quienes me identifico más en el relato? ¿Con Tomás, María o Marta?
• ¿Qué me dice la actitud pastoral personal de Jesús con Marta y María?
• ¿Qué significado tiene para mi vida, la declaración de Jesús “Yo soy la resurrección y la Vida? El que cree en mí, aunque muera, vivirá”.
• ¿Qué me dicen sobre el carácter de Jesús las emociones de conmoción, turbación y llanto resaltadas por Juan?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, vos que sos la Resurrección y la Vida, aumenta mi fe para que pueda afrontar con templanza los momentos de duelo y en un futuro mi propia partida.
Señor, te alabo porque vos sos el primero en “llorar con el que llora” y dar consuelo personal y pastoral a los que están viviendo momentos de duelo y aflicción. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Me “introduzco” en toda la escena, meditando sobre la sorpresa y miedo de los discípulos, las tristezas y preguntas de María y Marta, la paz de las palabras de Jesús y el asombro por su voz portentosa llena de esperanza y vida.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

• ¿Cómo voy a entender la soberanía de Dios ante los sucesos dolorosos de la vida a la luz del manejo de los tiempos que hace Jesús?
• ¿Cómo voy a vivir hoy tendiendo estas promesas de esperanza para mañana?
• ¿Con qué persona cercana que ha sufrido una pérdida cercana voy a compartir lo que el Señor me recordó en este día?

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9 de abril de 2011 – LECTIO DIVINA – SABADO IV DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Juan 7, 40-53
Algunos de la multitud que lo habían oído, opinaban: «Este es verdaderamente el Profeta.» Otros decían: «Este es el Mesías.» Pero otros preguntaban: «¿Acaso el Mesías vendrá de Galilea? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David y de Belén, el pueblo de donde era David?» Y por causa de él, se produjo una división entre la gente. Algunos querían detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él.
Los guardias fueron a ver a los sumos sacerdotes y a los fariseos, y estos les preguntaron: «¿Por qué no lo trajeron?»
Ellos respondieron: «Nadie habló jamás como este hombre.»
Los fariseos respondieron: «¿También ustedes se dejaron engañar? ¿Acaso alguno de los jefes o de los fariseos ha creído en él? En cambio, esa gente que no conoce la Ley está maldita.»
Nicodemo, uno de ellos, que había ido antes a ver a Jesús, les dijo: «¿Acaso nuestra Ley permite juzgar a un hombre sin escucharlo antes para saber lo que hizo?»
Le respondieron: «¿Tú también eres galileo? Examina las Escrituras y verás que de Galilea no surge ningún profeta.»
Y cada uno regresó a su casa.
Palabra del Señor

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

El texto del Evangelio de hoy es la escena final que se inicia en el capítulo 7 y que tiene como contexto geográfico Jerusalén y como contexto litúrgico judío la fiesta de las chozas. Aquellos textos fueron parte de la lectio divina del día de ayer.
El antecedente inmediato del relato de hoy es una escena impactante durante la fiesta solemne del agua que tiene a Jesús como protagonista excluyente. (vs.37-39). Durante toda la fiesta de las chozas, cada día se llevaba agua al Templo desde el estanque de Siloé. Un coro repetía Isaías 12.3, y luego el sacerdote vertía el agua en tierra. El último día, el más importante, el Señor parado en ese lugar hace una declaración mesiánica clara y audaz “El que tenga sed, venga a mí; y beba el que cree en mí” (vs.37b).
Toda la discusión de los versículos siguientes tienen, entonces, como sustrato esa declaración de Jesús.
La discusión está planteada en tres grupos. Estaban los que opinaban que Jesús era “el Profeta”, los que decían abiertamente “es el Mesías” y los que deslizaron una pregunta de interpretación bíblica, en donde el lugar de procedencia y de descendencia toman un lugar central. (vs. 40-42). La división fue tan profunda que provocó que algunos querían detener a Jesús, cosa que ni siguiera éstos se animaban a llevar a cabo. (vs.44).
Los guardias ahora regresan a los oficiales. Lo que se describe en esta última sección (vs.45-52) debe haber sucedido en una reunión oficial del Sanedrín. Lo que de inmediato atrajo la atención del Concilio fue que los oficiales regresaron con las manos vacías; es decir, sin Jesús. Muy sorprendidos, los superiores exclamaron: “Por qué no lo trajeron”. En su respuesta, los guardias muestra que les había impresionado mucho las palabras de Jesús y que tuvieron el valor de admitirlo “Nadie habló jamás como este hombre”.
Llenos de violencia, los fariseos, al advertir que Jesús ha impresionado a los que habían sido enviados para arrestarlo y que los ha encantado, prorrumpen en una exclamación llena de ira, en una acusación llena de sarcasmo “¿También ustedes se dejaron engañar? ¿Acaso alguno de los jefes o de los fariseos ha creído en él? En cambio, esa gente que no conoce la Ley está maldita.” La respuesta es discriminatoria, intimidatoria, condenatoria y autoritaria. ¿Cómo estos plebeyos se atreven a opinar distinto, o por su cuenta, en discordancia a los “dueños de la religión”?
Sin embargo imprevistamente entra en escena un personaje conocido en el texto juanino, Nicodemo. Sus dichos atacan justamente el núcleo hipócrita e ignorante de los fariseos “¿Acaso nuestra Ley permite juzgar a un hombre sin escucharlo antes para saber lo que hizo?”. Lo notable del argumento de Nicodemo es que ahora es uno con autoridad religiosa quien cuestiona la exégesis farisea. Los que un momento antes han reprendido a la “chusma” por ignorancia de la ley, vean ahora puesta al desnudo su propia ignorancia. El precipitado veredicto de los del Sanedrín, juicio que implicaba que a los ojos de ellos Jesús era un farsante (7.47), merecedor del arresto (7.32) e incluso de la muerte (5.18), era una tosca violación de una ley humana básica – que incluso los paganos observaban – confirmada por una ordenanza mosaica (Ex.23.1; Dt.1.16-17), en el sentido de que la justicia debe ser imparcial y siempre debe dar al hombre la oportunidad de que se le escuche antes de condenarlo.
Con burla e indignación evidentes los fariseos respondieron y le dijeron: “¿Tú también eres galileo? Examina las Escrituras y verás que de Galilea no surge ningún profeta”. La respuesta sigue el espíritu autoritario, xenófobo y descalificador que la que antes habían tenido. Ni siquiera escucharon, y mucho menos reflexionaron en la verdad escritural y de sentido común que Nicodemo les presentó. Su agenda criminal no estaba dispuesta a detenerse ante cuestionamientos de nadie. El fin es inminente, pero debe dilatarse. Lo muestra la frase final del relato: “Y cada uno regresó a su casa” (vs.53).

• Preguntas para la lectura:

 ¿Quiénes son los personajes centrales del texto?
 ¿Cuál es el contexto geográfico, litúrgico y narrativo del texto?
 ¿Qué importancia tiene este debate en el entendimiento de lo que pasaba alrededor del “hecho de Jesús”.
 ¿Esta disputa y su contexto narrativo explica la decisión final de Jesús de concurrir a la fiesta de las chozas?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿De qué manera, la persona de Jesús sigue provocando y desafiando a la sociedad a este tipo de debates?
 ¿Me siento identificado en la intervención de Nicodemo? ¿En qué medida?
 ¿Qué causó la ceguera de los fariseos y cómo se puede prevenir?
 ¿Quién ganó la discusión y cómo me siento frente a eso?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, que pueda yo interpretar las Escrituras con humildad y dependencia de su Espíritu Santo para poder ser sabio en mis opiniones sobre tu persona.
Oro con el texto introductorio en Lucas 8. Señor, que sea yo feliz por retener tu palabra con un corazón dispuesto y pueda dar frutos de constancia. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Observo la escena y busco interpretar el núcleo argumental de las distintas posiciones para poder recrear el texto bíblico en mi mente.
Pienso en cual hubiera sido mi actitud de haber estado presente en el debate.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿Cómo voy a retener la palabra de Dios para utilizarla cuando llegue el tiempo?
 ¿Cuál va a ser mi espíritu de presentación de la palabra de Dios ante discusiones de tipo religiosa?
 ¿Qué cuidados voy a tomar para no tener una interpretación y uso inadecuado de las Escrituras?

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8 de abril de 2011 – LECTIO DIVINA – VIERNES IV DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Juan 7, 1-2. 10. 25-30

Jesús recorría la Galilea; no quería transitar por Judea porque los judíos intentaban matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las Chozas.
Cuando sus hermanos subieron para la fiesta, también él subió, pero en secreto, sin hacerse ver.
Algunos de Jerusalén decían: «¿No es este aquel a quien querían matar? ¡Y miren como habla abiertamente y nadie le dice nada! ¿Habrán reconocido las autoridades que es verdaderamente el Mesías? Pero nosotros sabemos de dónde es este; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde es.»
Entonces Jesús, que enseñaba en el Templo, exclamó:
«¿Así que ustedes me conocen y saben de dónde soy? Sin embargo, yo no vine por mi propia cuenta; pero el que me envió dice la verdad, y ustedes no lo conocen. Yo sí lo conozco, porque vengo de él y es él el que me envió.»
Entonces quisieron detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él, porque todavía no había llegado su hora.
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

El texto del Evangelio de hoy nos ubica espacialmente al indicar que Jesús recorría Galilea, pero evitaba Judea a causa de la amenaza real de muerte que pesaba sobre él.
Esto está de acuerdo con el relato de los sinópticos, el cual relata que el Señor fue de Cafarnaún en Galilea hasta los límites de Tiro y Sidón, atravesando una gran parte de Galilea; luego saliendo de Galilea, cruzó hasta Decápolis; regresó de nuevo a Galilea; salió nuevamente hacia la región de Cesarea de Filipo; y finalmente, abarcando otro gran sector del territorio galileo, regresó a Cafarnaún.
La estrategia misionera de retrasar su ingreso a Judea, si bien formaba parte del conocimiento que él tenía sobre el que su hora no había llegado, también obedece a su interés de revelarse como Mesías en ese territorio septentrional y seguramente a su deseo de darse a sí mismo la oportunidad de un retiro con sus discípulos para insistir sobre su inminente pasión.
Pero cuando llegó la fiesta de la Chozas, tuvo que presentarse a la mente de los que conocían a Jesús un interrogante; a saber, ¿era su plan ir a Jerusalén a fin de asistir a la muy importante fiesta-peregrinación? Esta fiesta establecida en Lv.23.33-44 era una fiesta de acción de gracias por la vendimia. Pero además era una conmemoración gozosa de la dirección divina concedida a los antepasados en su travesía por el desierto. Puesto que se celebraba inmediatamente después del día de la Expiación, era muy prominente la idea de gozo después de la redención. Se celebraba la ceremonia del derramamiento del agua, sacada de Siloé, en conmemoración del manantial refrescante que había brotado milagrosamente de la roca en Meribá (Ex.17.1-7), y en anticipo de las bendiciones tanto para Israel como para el mundo. Las chozas se levantaban a manera de refugio a los peregrinos que venían de todas partes para asistir a esta fiesta.
Son sus hermanos los que “aconsejan” a Jesús sobre su conveniencia de hacerse conocer en plena fiesta en Judea, a lo que éste no accede por motivos ya comentados acerca del kairos de Dios. “Mi tiempo no ha llegado todavía” (vs.6). Sin embargo, y en forma imprevista a la luz del relato, finalmente cuando sus hermanos fueron a la fiesta, Jesús decidió concurrir en forma secreta (vs.10)
La secuencia de relato bíblico (vs.14-24) básicamente describe un nuevo enfrentamiento entre Jesús y los judíos en donde el Señor, sin eufemismos, les reprocha su deseo de matarlo, y destaca como elemento desencadenante el milagro de la curación del paralítico en sábado (Jn. 5.1-9).
En la sección contenida entre los versículos 25 y 30 que forman parte de la lectura de hoy, se presenta el murmullo de los ciudadanos de Jerusalén. Estos estaban mejor informados respecto a las verdaderas intenciones de los líderes, quienes tenían su cuartel general en su propia ciudad. Los residentes en Jerusalén se sorprendieron mucho de que nadie hubiera tratado de detener a Jesús cuando hizo tan terribles acusaciones en la cara de sus oponentes (vs.19), y, además, los había acusado a ellos y a sus seguidores de una inconsecuencia patente (vs.21-24). De allí la duda capciosa de que si esta supuesta licencia no significaba un otorgamiento de hecho de su condición mesiánica por parte de las autoridades “¿Habrán reconocido las autoridades que es verdaderamente el Mesías?” (vs.26).
Sin embargo, la retórica sugerencia de los habitantes de Jerusalén, de que los dirigentes podían haber llegado a la conclusión de que éste era realmente el Cristo, se desvanece ante la objeción de que el lugar de origen de este hombre, Jesús, era bien conocido; pero el origen del verdadero Mesías sería desconocido. Según este capítulo del Evangelio de Juan había dos opiniones entre los judíos respecto al origen del esperado Mesías: según algunos, nadie sabría de donde venía (vs.27); según otros, nacería en Belén (vs.41-42).
La respuesta de Jesús se presenta como una exclamación, o sea levantando su voz conmovido hasta lo más profundo de sus ser ante la ignorancia y soberbia de esta gente. Luego de preguntar en forma irónica y retóricamente negativa el desconocimiento que ellos tenían de su persona y de su origen, Jesús retorna al concepto de su pertenencia misionera del Padre a quienes ellos no conocen y con quien el Hijo tiene una relación esencial profunda. (vs.28-29)
El texto de hoy termina remarcando una vez más la tensión existente entre los “tiempos” de sus asesinos y el "kairos" de Dios en su pasión. “Entonces quisieron detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él, porque todavía no había llegado su hora” (vs.30).

• Preguntas para la lectura:

 ¿Qué importancia tiene que este suceso se haya desencadenado durante una fiesta judía importante?
 ¿Cómo describiría la actitud de los ciudadanos de Jerusalén?
 ¿Por qué Jesús remite nuevamente al conocimiento directo del Padre como núcleo de fe?
 ¿Cómo juega en el texto la dinámica entre los tiempos de las personas y el kairos de Dios?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿De qué manera yo interpreto los tiempos de Dios en el pasaje y los relaciono con ellos en mi vida y la de su plan sobre la humanidad?
 ¿Conozco genuinamente a Jesús? ¿Y al Padre?
 En estos tiempos de Cuaresma ¿Qué oportunidad de conocimiento nuevo del Señor puedo esperar recibir?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, ayúdame a conocer tus tiempos y planes, y a adecuar los míos a ellos.
Dios, que en estos días de Cuaresma, tenga yo un mayor conocimiento del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo a través de las Escrituras y mi participación eucarística. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Miro la escena y trato de entender las verdaderas intenciones de los habitantes de Jerusalén y la repuesta angustiosa de Jesús.
Releo la respuesta de Jesús (vs. 28-29) y reflexiono en mi propio conocimiento de Dios.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿Cómo voy a interpretar los tiempos de Dios cuando no coinciden con mis tiempos y urgencias personales?
 ¿Cómo voy a intentar conocer más cada día a Jesús y al Padre?
 ¿Con quién voy a compartir mis conocimientos de Dios y para qué?

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7 de abril de 2011 – LECTIO DIVINA – JUEVES IV DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Juan 5, 31-47
Jesús dijo a los judíos:
«Si yo diera testimonio de mí mismo, mi testimonio no valdría. Pero hay otro que da testimonio de mí, y yo sé que ese testimonio es verdadero.
Ustedes mismos mandaron preguntar a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para la salvación de ustedes. Juan era la lámpara que arde y resplandece, y ustedes han querido gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: son las obras que el Padre me encargó llevar a cabo. Estas obras que yo realizo atestiguan que mi Padre me ha enviado. Y el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Ustedes nunca han escuchado su voz ni han visto su rostro, y su palabra no permanece en ustedes, porque no creen al que él envió.
Ustedes examinan las Escrituras, porque en ellas piensan encontrar Vida eterna: ellas dan testimonio de mí, y sin embargo, ustedes no quieren venir a mí para tener Vida.
Mi gloria no viene de los hombres. Además, yo los conozco: el amor de Dios no está en ustedes. He venido en nombre de mi Padre y ustedes no me reciben, pero si otro viene en su propio nombre, a ese sí lo van a recibir. ¿Cómo es posible que crean, ustedes que se glorifican unos a otros y no se preocupan por la gloria que sólo viene de Dios?
No piensen que soy yo el que los acusaré ante el Padre; el que los acusará será Moisés, en el que ustedes han puesto su esperanza. Si creyeran en Moisés, también creerían en mí, porque él ha escrito acerca de mí. Pero si no creen lo que él ha escrito, ¿cómo creerán lo que yo les digo?»
Palabra del Señor

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

Este texto es la continuación del discurso de Jesús ante los judíos de la lectio divina de ayer.
Dadas las afirmaciones de Jesús, las autoridades tenían todo el derecho de pedir testimonio. Por eso, el cambio de los temas de juicio y vida (resurrección) al tema del testimonio no es un salto inesperado, sino un avance lógico. Aún más, hay que acordarnos del contexto: el ambiente es casi el de un proceso legal formal. A Jesús lo tenían por criminal a causa de su violación del sábado y lo que, a los ojos de ellos, era una blasfemia, el llamarse Hijo de Dios, haciéndose igual a él.
Jesús comenzó por reconocer el marco de referencia de las autoridades, quienes se basaban en Deuteronomio 19.15, que plantea la necesidad de dos o más testigos. No significa que el propio testimonio de Jesús era falso, sino sólo que carecía de validez legal sin el respaldo de “otro”. En el contexto vemos que este “otro”, quien está detrás de los demás testigos, es Dios mismo (vs.37).
El primer testigo citado por Jesús era el Bautista. Con una buena medida de ironía Jesús dijo: “ustedes han querido gozar un instante de su luz” (vs.35). Pero el Bautista había inquietado a las autoridades (1.19-27) sin haber realizado signos (10.41). Es decir, las autoridades ya tenían un testimonio que no apreciaban. Para llegar a reconocer a Jesús debían cambiar su criterio en cuanto al Bautista (vs.33-34) “Ustedes mismos mandaron preguntar a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para la salvación de ustedes”.
Pero el caso de Jesús no descansaba únicamente en los hombros del Bautista. A la voz de Juan el Bautista se añadía la de las obras milagrosas que Jesús realizaba. Es precisamente el carácter testimonial de los milagros lo que explica la palabra favorita que se una en Juan a referirse a ellos como “signos”. Los milagros eran signos llenas de sentido, y su mensaje era el testimonio de que Jesús había venido de Dios. “Estos (signos) han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre” (20.31).
Seguidamente, además del testimonio del Bautista y de sus obras, Jesús ofreció a sus oyentes el testimonio del Padre. Aquí Jesús se refirió a un testimonio que sus oyentes no aprovechaban “Ustedes nunca han escuchado su voz ni han visto su rostro, y su palabra no permanece en ustedes, porque no creen al que él envió” (vs. 37-38).
En su presentación de la palabra de Dios como su testigo final, Jesús hace una crítica profunda del uso que daban a las Escrituras. Jesús utiliza el término traducido como “examinan” en su forma griega indicativa. Es decir, Jesús no llamó a las autoridades a leer la Biblia, sino señaló que la forma no espiritual que practicaban no los conducía a la verdad. De haber sido distinto, habrían llegado a Jesús para recibir vida (vs.40).
En sus palabras finales, Jesús les advierte que el mismo Moisés, en quien ellos muchos se gloriaban pero no escuchaban ni obedecían, será su acusador principal frente a Dios por no haber entendido que la hora del Mesías prometido había llegado. “No piensen que soy yo el que los acusaré ante el Padre; el que los acusará será Moisés, en el que ustedes han puesto su esperanza. Si creyeran en Moisés, también creerían en mí, porque él ha escrito acerca de mí” (vs. 45-46).

• Preguntas para la lectura:

 ¿Cuál es el contexto narrativo de esta segunda parte del discurso de Jesús?
 ¿Quiénes son los cuatro testigos que Jesús ofrece en su defensa?
 ¿Por qué Jesús les reclama que nunca han oído la voz del Padre luego del suceso audible en su bautismo?
 ¿Qué lugar ocupa el adecuado uso de las Escrituras en el discurso de Jesús?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿De qué manera estos contundentes testigos de Jesús fortalecen mi fe en él?
 ¿Qué significa para mi vida el testimonio de Juan el Bautista?
 ¿Qué importancia tiene en mi comprensión de mi vida cristiana el testimonio de la palabra de Dios?
 ¿Podría decir Jesús de mi “yo te conozco, el amor de Dios está en vos? Esto en franca oposición del versículo 42.

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, te alabo porque en tu humildad, los testimonios de tu autoridad como Señor te exaltan sobre todo nombre “para que al nombre de Jesús, doble la rodilla todo lo que hay en el cielo, en la tierra y en los abismos, y toda lengua proclame para gloria de Dios Padre: “Jesucristo es el Señor”. Amén

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Medito en los cuatro testigos (Juan el Bautista, el Padre, sus obras y las Escrituras) de Jesús y en su significado en su ministerio mesiánico.
Vuelvo a leer el texto en voz alta y despacio, poniendo especial atención en cada palabra y buscando la idea clave en cada párrafo.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿De qué manera voy a examinar las Escrituras para que sean de provecho para mi vida cristiana luego de leer la advertencia de Jesús en su discurso?
 ¿De qué manera voy a reafirmar mi esperanza en Jesús como centro de mi fe?
 ¿Necesitaré de más elementos o testigos que éstos para afirmar mi fe en Jesucristo?

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6 de abril de 2011 – LECTIO DIVINA – MIERCOLES IV DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Juan 5, 17-30
Jesús dijo a los judíos:
«Mi Padre trabaja siempre, y yo también trabajo.» Pero para los judíos esta era una razón más para matarlo, porque no sólo violaba el sábado, sino que se hacía igual a Dios, llamándolo su propio Padre. Entonces Jesús tomó la palabra diciendo:
«Les aseguro que el Hijo no puede hacer nada por sí mismo sino solamente lo que ve hacer al Padre; lo que hace el Padre, lo hace igualmente el Hijo. Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace. Y le mostrará obras más grandes aún, para que ustedes queden maravillados.
Así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, del mismo modo el Hijo da vida al que él quiere. Porque el Padre no juzga a nadie: él ha puesto todo juicio en manos de su Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.
Les aseguro que el que escucha mi palabra y cree en aquel que me ha enviado, tiene Vida eterna y no está sometido al juicio, sino que ya ha pasado de la muerte a la Vida.
Les aseguro que la hora se acerca, y ya ha llegado, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oigan, vivirán. Así como el Padre dispone de la Vida, del mismo modo ha concedido a su Hijo disponer de ella, y le dio autoridad para juzgar porque él es el Hijo del hombre.
No se asombren: se acerca la hora en que todos los que están en las tumbas oirán su voz y saldrán de ellas: los que hayan hecho el bien, resucitarán para la Vida; los que hayan hecho el mal, resucitarán para el juicio.
Nada puedo hacer por mí mismo. Yo juzgo de acuerdo con lo que oigo, y mi juicio es justo, porque lo que yo busco no es hacer mi voluntad, sino la de aquel que me envió.»
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

Este pasaje es una continuación de la lectio divina del día de ayer. Se da inmediatamente después de la curación de un enfermo en la piscina de Betesda.
Los judíos testigos del milagro, acusan a Jesús de haber realizado la curación durante el día de reposo y de haber provocado que el ex–enfermo viole el sábado al llevar consigo la camilla que ya no necesitaba. La respuesta de Jesús es contundente y reveladora: “Mi Padre trabaja siempre, y yo también trabajo” (vs.17). En el versículo siguiente, Juan deja clarísima constancia de la manera que esta declaración mesiánica los ha enardecido: “Pero para los judíos esta era una razón más para matarlo, porque no sólo violaba el sábado, sino que se hacía igual a Dios, llamándolo su propio Padre”. Bajo este contexto de altísimo conflicto, Jesús les da un discurso clave en su revelación misionológica.
Jesús aborda el tema del juicio y lo hace en relación íntima con la resurrección: los judíos que creían en la resurrección no pensaban en muchas resurrecciones individuales, sino en una general. Esta llegaría al final de la presente edad pecaminosa y llevaría a los resucitados frente al tribunal divino. Para los aprobados, entonces, la combinación resurrección-juicio sería también el comienzo de la edad venidera gloriosa. En este sentido, lo que Jesús dijo en los vs. 28-29 concordaba con la expectativa general: “No se asombren: se acerca la hora en que todos los que están en las tumbas oirán su voz y saldrán de ellas: los que hayan hecho el bien, resucitarán para la Vida; los que hayan hecho el mal, resucitarán para el juicio”
Pero Jesús no sólo repitió las expectativas generales. A la par de la visión común de escatología futura, añadió el anuncio de una escatología realizada: “Les aseguro que la hora se acerca, y ya ha llegado, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oigan, vivirán” (vs.25). La buena e novedosa noticia de Jesús fue que el futuro había invadido al presente ya, en su propia persona. Lo que Jesús hizo simbólicamente con el paralítico (en cierto sentido pasó de muerte a vida) podría hacerlo literalmente con ellos. El juicio escatológico podría definirse en el presente: “Les aseguro que el que escucha mi palabra y cree en aquel que me ha enviado, tiene Vida eterna y no está sometido al juicio, sino que ya ha pasado de la muerte a la Vida” (vs.24).
Otro aspecto importante en el discurso de Jesús es que él no pretendía competir con el Padre. Al contrario, cuatro veces en estos versículos enfatizó su completa dependencia del Padre: “el Hijo no puede hacer nada por sí mismo sino solamente lo que ve hacer al Padre” (vs.19); “el Padre no juzga a nadie; él ha puesto todo juicio en manos de su Hijo” (vs.22); “Así como el Padre dispone da la Vida, del mismo modo ha concedido a su Hijo disponer de ella, y le dio autoridad para juzgar porque él es el Hijo del hombre” (vs.26-27); “Nada puedo hacer por mí mismo. Yo juzgo de acuerdo con lo que oigo, y mi juicio es justo, porque lo que yo busco no es hacer mi voluntad, sino la de aquel que me envió” (vs.30).
En definitiva, Jesús les lanzó el reto desafiantede invitarlos a reconocer la presencia de Dios en su propia persona y la inminencia del juicio que por si lo anterior fuera poco, estaba delegado por el Padre en él mismo.

• Preguntas para la lectura:

 ¿Cuál es el desencadenante del discurso de Jesús?
 ¿Por qué Jesús se decide a dar un discurso tan revelador y desafiante sobre su identidad como Mesías frente a los judíos?
 ¿Qué conceptos de identidad esencial de sí mismo con el Padre son revelados en el texto?
 ¿Cómo será el lugar de Jesús en el día del juicio de acuerdo al presente relato bíblico?
 ¿Cuáles son los requerimientos dados por Jesús para recibir Vida?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿De qué manera influyen en mi vida espiritual esa profunda identificación de Jesús con el Padre?
 ¿Qué pensamientos me invaden al comprender que el juicio estará a cargo de Cristo por voluntad del Padre?
 Si para Jesús mismo, era esencial buscar hacer la voluntad del Padre y no la suya (vs.30). ¿Qué actitud debo tomar yo ante la voluntad de Dios?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, vos que dijiste “Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí no morirá jamás”, dame la paz y confianza que estas palabras me infunden a la hora de mis temores y al recordar a mis seres queridos que ya no están.
Señor, que yo pueda aprender de tu dependencia humilde a la voluntad del Padre, para poder vivir siempre en la voluntad de Dios. Amén

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Leo nuevamente y en voz alta y pausada las palabras en el discurso de Jesús, buscando retener en mi mente y corazón aquellas que me dan seguridad de que mi futuro está en manos del Cristo que por amor dio su vida por mí.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿De qué manera voy a buscar imitar a Jesús en su dependencia con el Padre?
 ¿Con quién voy a compartir estas buenas nuevas del Evangelio de Cristo?
 ¿De qué manera voy a honrar al Hijo para de esa manera honrar al Padre que lo envió (vs.23)?

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5 de abril de 2010 – LECTIO DIVINA – MARTES IV DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Juan 5, 1-3a. 5-16
Se celebraba una fiesta de los judíos y Jesús subió a Jerusalén.
Junto a la puerta de las Ovejas, en Jerusalén, hay una piscina llamada en hebreo Betsata, que tiene cinco pórticos. Bajo estos pórticos yacía una multitud de enfermos, ciegos, paralíticos y lisiados, que esperaban la agitación del agua.
Había allí un hombre que estaba enfermo desde hacía treinta y ocho años. Al verlo tendido, y sabiendo que hacía tanto tiempo que estaba así, Jesús le preguntó: «¿Quieres curarte?»
El respondió: «Señor, no tengo a nadie que me sumerja en la piscina cuando el agua comienza a agitarse; mientras yo voy, otro desciende antes.»
Jesús le dijo: «Levántate, toma tu camilla y camina.»
En seguida el hombre se curó, tomó su camilla y empezó a caminar.
Era un sábado, y los judíos dijeron entonces al que acababa de ser curado: «Es sábado. No te está permitido llevar tu camilla.»
El les respondió: «El que me curó me dijo: "Toma tu camilla y camina."» Ellos le preguntaron: «¿Quién es ese hombre que te dijo: "Toma tu camilla y camina?"»
Pero el enfermo lo ignoraba, porque Jesús había desaparecido entre la multitud que estaba allí.
Después, Jesús lo encontró en el Templo y le dijo: «Has sido curado; no vuelvas a pecar, de lo contrario te ocurrirán peores cosas todavía.»
El hombre fue a decir a los judíos que era Jesús el que lo había curado. Ellos atacaban a Jesús, porque hacía esas cosas en sábado.
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

El relato juanino se corresponde al tercer signo de los siete que corresponden a la primera mitad del Evangelio.
El espectáculo alrededor de la piscina junto a la puerta de las Ovejas era estremecedor. Una multitud de enfermos yacía esperando la agitación del agua para ser sanados. Habría una creencia popular que decía que el primero que ingresaba a la pileta en ese momento del mover del agua era sanado.
Jesús entra en escena, pero ninguno de los enfermos lo mira a él. Todos tienen la mirada puesta en el agua esperando no perderse el momento de la agitación. El Agua de Vida estaba entre ellos y no se dieron cuenta, siguieron creyendo la fábula de una creencia popular sobre un agua milagrera.
El enfermo en la camilla que inmediatamente pasa a tener un rol protagónico en el texto, no es la excepción. No mira a Jesús, solo observa el agua y sus propias limitaciones. Esas limitaciones que lo llevaron a pasar sus treinta y ocho años de enfermo en la misma condición. Su esperanza de sanidad era a todas luces irrealista. ¿Quién de los enfermos alrededor de él iban a ceder su oportunidad de llegar a la piscina para cargar la camilla de otro?
Como en otros relatos de sanidad realizados por Jesús, es el mismo Maestro quien toma la iniciativa de comenzar el diálogo. Y lo hace con una pregunta aparentemente innecesaria ¿Quieres curarte? (vs.6). ¿Existía en este enfermo una especie de auto conmiseración que le llevaría a haber perdido las reales esperanzas de sanidad y con ello el deseo ferviente de serlo? La respuesta del enfermo es de un pesimismo realista: “Señor, no tengo a nadie que me sumerja en la piscina cuando el agua comienza a agitarse; mientras yo voy, otro desciende antes.” (vs.7) ¿Esperaba el enfermo que este extraño preguntón le lleve en andas a la piscina? Lejos estaba Jesús de esa metodología y muy distante el enfermo de conocer quien tenía enfrente de él.
Jesús, como siempre, realiza algo inesperado. Le da la orden al enfermo de hacer lo imposible “Levántate, toma tu camilla y camina” (vs.8). Lo que sigue es de una simpleza asombrosa “en seguida el hombre se curó, tomó su camilla y empezó a caminar” (vs.9a).
Se ve claramente en la acción milagrosa, el poder transformador de la palabra de Cristo y la fe del enfermo en creer en esa palabra poderosa, más allá de sus limitaciones, realidades y “ofertas milagreras”.
Pero cabe aquí una pregunta de orden pragmático. ¿Por qué Jesús le pide que lleve su camilla ya sanado? ¿Qué utilidad podría tenerle ahora? Hay dos líneas de respuesta a este interrogante. Primero, con su camilla bajo el brazo, y luego de treinta y ocho años de ser conocido como “el enfermo en la camilla”, era un testimonio irrefutable de sanidad personal realizada por Jesús. La segunda línea de respuesta es similar pero se explica en el contexto de los versículos siguientes: “Era un sábado, y los judíos dijeron entonces al que acababa de ser curado: «Es sábado. No te está permitido llevar tu camilla.»” (vs. 9b-10). A los religiosos de esa época poco les importaba la nueva vida de sanidad del enfermo, solamente estaban preocupados porque desde su interpretación del reposo sabático, llevar una camilla era considerado un trabajo.
Como en otros relatos de milagros de Jesús, éste desaparece de la escena para reaparecer ante el enfermo sanado a los fines de revelar su identidad y dar una indicación propia de un discipulado. (vs.14).
En relación al texto: “Has sido curado; no vuelvas a pecar, de lo contrario te ocurrirán peores cosas todavía.” (vs.14) no es adecuado sacar la conclusión de que el Señor quiso decir: “Hace más de treinta y ocho años cometiste un pecado. La consecuencia fue que quedaste físicamente enfermo. Ahora no peques más; de otro modo te puede suceder algo peor”. Por el contrario, puesto que el verbo se halla en el presente, lo podríamos traducimos como “no continúes pecando”, el significado es más bien referente a la situación presente de este hombre y no a lo que pudiera haber sucedido treinta y ocho años antes. En aquel momento estaba sin reconciliarse con Dios. Jesús sabía esto. Por ello le advierte que no continúe en esta condición pues de otra forma le aguarda algo peor que la enfermedad física de que acaba de ser librado. De ahí se ve que el relato no contiene referencia consistente que haga una relación directa del pecado como la causa de la enfermedad física de este hombre. Esta explicación concuerda también con las palabras de Cristo en 9.3.
Este conocimiento del causante intelectual del quebrantamiento sabático les lleva a los judíos fundamentalistas a hacer planes de asesinato. (vs.16 y siguientes)

• Preguntas para la lectura:

 ¿En qué lugar se realizar el milagro y qué significado tiene para el relato?
 ¿Cuáles son los personajes centrales del texto y que actitud asumen?
 ¿Por qué Juan destaca este signo (es el único evangelista que lo narra)?
 ¿Cómo se compara la falsa fuente de esperanza y la verdadera en el texto?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿Cómo es la actitud de los enfermos frente a las opciones de sanidad y cómo es la mía cuando ésta llega a mi vida o a la de mis seres queridos?
 ¿Qué importancia le doy a las promesas contenidas en la palabra de Dios cuando la adversidad golpea mi puerta?
 ¿Tengo alguna actitud de juicio religioso cuando a mi lado sucede algún hecho milagroso atribuido al poder de Dios?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, hazme sensible a tu voz cuando me hablas en la enfermedad.
Señor, que yo pueda tener la piedad de Jesús que se acercó al sufriente para darle alivio cuando nadie se interesa en él.
Señor, líbrame de fundamentalismos vacíos de amor y llenos de juicio hacia otros hermanos que en su simpleza buscan la ayuda de Dios. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Observo la escena en el estanque y pienso cuál sería mi proceder si hubiera estado allí con respecto al enfermo en la camilla.
Reflexiono sobre la importancia de reconocer en Cristo todos los atributos de poder y gracias que necesito cuando estoy pasando un mal momento.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿Qué actitud proactiva voy a tomar frente a la enfermedad de mi prójimo?
 ¿Cómo voy a discernir la verdadera esperanza de la fabulada?
 ¿Qué pensamientos voy a desarrollar en mi corazón a la luz de este pasaje para no tomar la actitud de los religiosos fundamentalistas desprovistos de amor?

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4 de abril de 2011 – LECTIO DIVINA – LUNES IV DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Juan 4, 43-54

Jesús partió hacia Galilea. El mismo había declarado que un profeta no goza de prestigio en su propio pueblo. Pero cuando llegó, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la Pascua; ellos también, en efecto, habían ido a la fiesta.
Y fue otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había allí un funcionario real, que tenía su hijo enfermo en Cafarnaún. Cuando supo que Jesús había llegado de Judea y se encontraba en Galilea, fue a verlo y le suplicó que bajara a curar a su hijo moribundo.
Jesús le dijo: «Si no ven signos y prodigios, ustedes no creen.»
El funcionario le respondió: «Señor, baja antes que mi hijo se muera.»
«Vuelve a tu casa, tu hijo vive», le dijo Jesús.
El hombre creyó en la palabra que Jesús le había dicho y se puso en camino. Mientras descendía, le salieron al encuentro sus servidores y le anunciaron que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora se había sentido mejor. «Ayer, a la una de la tarde, se le fue la fiebre», le respondieron.
El padre recordó que era la misma hora en que Jesús le había dicho: «Tu hijo vive.» Y entonces creyó él y toda su familia.
Este fue el segundo signo que hizo Jesús cuando volvió de Judea a Galilea.
Palabra del Señor

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

Tomando Jesús para sí las palabras del proverbio popular “Nadie es profeta en su propia tierra”, decide salir de Jerusalén donde había hecho muchos milagros para dirigirse a Galilea. Llega entonces a Caná, donde había convertido el agua en vino, la cual se constituyó en el primero de los siete signos sobre las cuales están sustentada la primera parte del Evangelio juanino. Pero ahora, su fama había crecido enormemente, ya nada sería igual para el Galileo. (vs. 43-46a)
En Cafarnaún, unos 30 kilómetros de Caná, vivía un funcionario real que estaba viviendo un drama insoportable, una enfermedad terminal de su hijo. Desesperado por la situación, decide peregrinar el camino a Caná solo para buscar a Jesús y traerlo donde se encontraba su hijo para ser sanado. (vs. 46b-47).
Todo este pasaje puede muy bien leerse en “código” de la lección de fe que recibió el funcionario de parte de Jesús. Resulta evidente que el funcionario tenía fe en lo que Jesús podía hacer por su hijo, pero esta estaba basada en su forma de manejar la acción de Jesús, de acuerdo a su necesidad de ver y palpar el milagro. En su mente, solo cabía una posibilidad: Convencer a Jesús para que regrese con él a Cafarnaún y que pusiera su mano sobre su hijo enfermo.
Las respuestas de Jesús son tan sorprendentes como pedagógicas: Primero le reprocha “Si no ven signos y prodigios, ustedes no creen” y luego ante la insistencia del funcionario directamente lo envía de regreso a su casa ¡sin Jesús! (vs.48-50a).
Este giro en la voluntad de un hombre acostumbrado a dar órdenes y de que su voluntad se cumpla en tiempo y forma que él lo determinaba, le quita el manejo de la situación y lo lleva a un campo de fe, mucho más profundo. Solo puede ahora ceder el comando de la situación y creer es la palabra de Jesús (vs.50b). Ese peregrinaje de vuelta, es también un replanteo profundo de su fuente de fe. Ya no debe ser más en que Jesús haga lo que él quiera y que pueda verlo, sino que Jesús tome el control de la situación y creer en sus promesas. ¡Todo un cambio teológico profundo! El desandar en soledad esos kilómetros con ese pensamiento sin dudas fue forjando en él ese cambio.
No alcanza a llegar a destino cuando le salieron a su encuentro sus servidores dándole la inmensa noticia de que su hijo estaba sano. De todas maneras, este funcionario necesita corroborar su sustento de fe y consultar sobre la hora del suceso. Al constatar tiempo y espacio que dan sustento a la poderosa voz de Cristo, su fe se termina de fortalecer de tal manera, que toda su familia se vuelve cristiana.
 Preguntas para la lectura:
• ¿Cuáles son los siete signos del Evangelio de Juan?
• ¿Qué importancia tienen estos de acuerdo a Juan 20.30-31?
• ¿Cuál es la enseñanza central del pasaje?
• ¿Cuál es el versículo clave de la narración?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

• ¿Suelo intentar “manejar” el qué, el cómo y el cuándo de un pedido que le hago al Señor?
• ¿Está mi fe centrada en lo que veo o en lo que Cristo es y dice?
• ¿Estoy dispuesto a peregrinar en mi fe aprendiendo las lecciones de Jesús en su Palabra?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, ayúdame a creer en tus palabras pues solo en ellas hay vida eterna.
Señor, que mi fe no se base en lo que pueda palpar sino en lo que vos puedas decir.
Señor, líbrame de intentar manejar tu voluntad, antes bien, enséñame a sujetarme y gozarme en la tuya. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Veo la escena y el dialogo de Jesús con el funcionario e intento aprender cómo la voz calmada y amorosa de Jesús va moldeando el carácter y la situación desesperada del funcionario.
Me pongo en la situación del funcionario y con sinceridad pienso de qué manera yo reaccionaría con mi fe ante una situación similar.
Trato de acompañar al funcionario en su peregrinación de fe, buscando también perfeccionar la mía.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

• ¿Cómo voy a acercarme a Jesús en una petición precisa y que agobia mi corazón?
• ¿ Qué lugar le voy a dar a las promesas de Dios en su palabra como sustento de mi fe en Cristo?
• ¿Qué partes débiles de mi fe que dependen de los vaivenes de las circunstancias voy a fortalecer a partir de la lectura del Evangelio de hoy?

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3 de abril de 2011 – LECTIO DIVINA – DOMINGO IV DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Juan 9, 1-41
Jesús, al pasar, vio a un hombre ciego de nacimiento. Sus discípulos le preguntaron: «Maestro, ¿quién ha pecado, él o sus padres, para que haya nacido ciego?»
«Ni él ni sus padres han pecado, respondió Jesús; nació así para que se manifiesten en él las obras de Dios. Debemos trabajar en las obras de aquel que me envió, mientras es de día; llega la noche, cuando nadie puede trabajar. Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo.»
Después que dijo esto, escupió en la tierra, hizo barro con la saliva y lo puso sobre los ojos del ciego, diciéndole: «Ve a lavarte a la piscina de Siloé», que significa «Enviado.»
El ciego fue, se lavó y, al regresar, ya veía. Los vecinos y los que antes lo habían visto mendigar, se preguntaban: «¿No es este el que se sentaba a pedir limosna?»
Unos opinaban: «Es el mismo.» «No, respondían otros, es uno que se le parece.»
El decía: «Soy realmente yo.»
Ellos le dijeron: «¿Cómo se te han abierto los ojos?»
El respondió: «Ese hombre que se llama Jesús hizo barro, lo puso sobre mis ojos y me dijo: "Ve a lavarte a Siloé". Yo fui, me lavé y vi.»
Ellos le preguntaron: «¿Dónde está?»
El respondió: «No lo sé.»
El que había sido ciego fue llevado ante los fariseos. Era sábado cuando Jesús hizo barro y le abrió los ojos. Los fariseos, a su vez, le preguntaron cómo había llegado a ver.
El les respondió: «Me puso barro sobre los ojos, me lavé y veo.»
Algunos fariseos decían: «Ese hombre no viene de Dios, porque no observa el sábado.»
Otros replicaban: «¿Cómo un pecador puede hacer semejantes signos?» Y se produjo una división entre ellos. Entonces dijeron nuevamente al ciego: «Y tú, ¿qué dices del que te abrió los ojos?» El hombre respondió: «Es un profeta.»
Sin embargo, los judíos no querían creer que ese hombre había sido ciego y que había llegado a ver, hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron: «¿Es este el hijo de ustedes, el que dicen que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?»
Sus padres respondieron: «Sabemos que es nuestro hijo y que nació ciego, pero cómo es que ahora ve y quién le abrió los ojos, no lo sabemos. Pregúntenle a él: tiene edad para responder por su cuenta.»
Sus padres dijeron esto por temor a los judíos, que ya se habían puesto de acuerdo para excluir de la sinagoga al que reconociera a Jesús como Mesías. Por esta razón dijeron: «Tiene bastante edad, pregúntenle a él.»
Los judíos llamaron por segunda vez al que había sido ciego y le dijeron: «Glorifica a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es un pecador.»
«Yo no sé si es un pecador, respondió; lo que sé es que antes yo era ciego y ahora veo.»
Ellos le preguntaron: «¿Qué te ha hecho? ¿Cómo te abrió los ojos?»
El les respondió: «Ya se lo dije y ustedes no me han escuchado. ¿Por qué quieren oírlo de nuevo? ¿También ustedes quieren hacerse discípulos suyos?»
Ellos lo injuriaron y le dijeron: «¡Tú serás discípulo de ese hombre; nosotros somos discípulos de Moisés! Sabemos que Dios habló a Moisés, pero no sabemos de donde es este.»
El hombre les respondió: «Esto es lo asombroso: que ustedes no sepan de dónde es, a pesar de que me ha abierto los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, pero sí al que lo honra y cumple su voluntad. Nunca se oyó decir que alguien haya abierto los ojos a un ciego de nacimiento. Si este hombre no viniera de Dios, no podría hacer nada.»
Ellos le respondieron: «Tú naciste lleno de pecado, y ¿quieres darnos lecciones?» Y lo echaron.
Jesús se enteró de que lo habían echado y, al encontrarlo, le preguntó: «¿Crees en el Hijo del hombre?»
El respondió: «¿Quién es, Señor, para que crea en él?»
Jesús le dijo: «Tú lo has visto: es el que te está hablando.»
Entonces él exclamó: «Creo, Señor», y se postró ante él.
Después Jesús agregó: «He venido a este mundo para un juicio: Para que vean los que no ven y queden ciegos los que ven.»
Los fariseos que estaban con él oyeron esto y le dijeron: «¿Acaso también nosotros somos ciegos?»
Jesús les respondió: «Si ustedes fueran ciegos, no tendrían pecado, pero como dicen: "Vemos", su pecado permanece.»
Palabra del Señor

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

La lectura del Evangelio de hoy conocida como la “Curación de un ciego de nacimiento” puede dividirse en siete segmentos:

1. La curación del ciego (vs-1-7),
2. La pregunta de los vecinos y conocidos (vs.8-12),
3. El primer interrogatorio de los fariseos al ex-ciego (vs.13-17),
4. La comparecencia de los padres (vs.18-23),
5. El segundo interrogatorio al ex-ciego (vs.24-34),
6. El reencuentro de Jesús con el ex –ciego (vs.35-39) y
7. El diálogo final entre Jesús y los fariseos. (vs.40-41)

1. La pregunta de los discípulos introduce el tema que funciona como un telón de fondo para todo el capítulo: ¿Quién es el pecador? A principio, la pregunta está limitada: ¿Será el ciego o sus padres? Pero, con el avance del capítulo, la pregunta se amplía: ¿Será Jesús? (vs.24), ¿Los fariseos? (vs.41). Al mismo tiempo está en juego otro gran tema: la manera en que Dios responde al pecado, ¿es motivo para rechazar y marginar a las personas, o razón para rescatarlas? Si se puede echarle la culpa a las victimas sabiendo que es un problema entre ellos y Dios, entonces ¿no es necesario atender las necesidades de mi prójimo, ni “interferir” en la justicia de Dios?
La pregunta de los discípulos refleja la comprensión común de aquel entonces. La enfermedad se veía como un castigo por el pecado. Precisamente en este punto Jesús contradijo la perspectiva de los discípulos. No sólo rehusó contestar su pregunta. Le dio vuelta. Ellos veían la ceguera como efecto y buscaban su causa, Jesús, por el contrario, la tomó como causa o motivo “para que se manifiesten en él las obras de Dios” (vs.3). Era una oportunidad para hacer la voluntad de Dios. Sería un error sacar la conclusión de que Dios había cegado al hombre precisamente para darle un quehacer a Jesús en este momento. Sería caer nuevamente en el error de los rabinos; buscar causa y no soluciones.
La tarea de Jesús fue doble y precisamente de allí salió su función como “luz”. Jesús curó al ciego, acto que representaba las bendiciones de la edad mesiánica (Is.35.5). La otra parte tiene que ver que Jesús decide elaborar una masa en un día sábado para la curación, cuando podría haberla hecho solo con su palabra y-o en otro día.
Jesús retó a las autoridades a reconocer como “obra de Dios” lo que era para ellos la violación de la voluntad de Dios expresada en la ley.
2. La transformación del ciego fue tan radical y tan fuera de la experiencia humana que a la gente le costó creerla. En la explicación del ex-ciego aparece su primer testimonio “Ese hombre que se llama Jesús…” (vs.11a). En el resto del capítulo Juan nos relata cómo el ciego progresó en su comprensión de Jesús hasta confesarlo plenamente. “Creo Señor…” (vs.38). El desarrollo de la reacción del que había sido ciego es uno de los hilos narrativos importantes del capítulo.
3. Absolutamente insensibles a la alegría y gozo que puede sentir una persona que por primera vez en toda su vida recibe uno de los sentidos fundamentales como es la vista, los “dueños de la religión” solamente se preocupan por cuestiones menores de observancia religiosa. De esta manera, no tienen mejor idea que poner en el banquillo de los acusados al ex –ciego, a quien acusaban antes por su ceguera y ahora lo hacen porque ve.
Los fariseos, en lugar de revisar los criterios teológicos de enfermedad-pecado, frente una realidad tan abrumadora, le pidieron criterios al hombre que, según ellos, había nacido en pecado. Pero si ellos querían esquivar la responsabilidad de su postura frente a Jesús, el hombre curado no. Su respuesta a la pregunta fue clara, directa y concisa: “Es un profeta” (vs.17).
4. Es sorprendente la reacción de las autoridades en el vs.18. O quizá no: el que había sido ciego no les dio lo que querían. En vez de suministrarles algo más con que criticar o descartar a Jesús, les ofreció un testimonio demasiado positivo. Entonces, chocaron con otro problema; no sólo tenían inconvenientes con Jesús, sino también debían deshacerse del testimonio del hombre curado. Por tanto, su plan era negar que aquel hombre jamás había sido ciego. Además, en su interminable afán por encontrar culpables teológicos deciden sacar bajo presión alguna declaración comprometedora para los padres sobre Jesús.
La respuesta de los padres “Pregúntenle a él” (vs.21) no debe provocar en nosotros un juicio sobre estas personas. El mismo Juan nos aclara que el temor a que los fariseos los expulse de la sinagoga y con ello de la vida religiosa y social fue la causa de tal respuesta. (vs.22)
5. Las autoridades no lograron que el milagro desapareciera. Aunque los padres no querían solidarizarse con su hijo, tampoco podían negar que había nacido ciego. Por eso, renovaron su ataque al hombre sanado. El plan final y única alternativa era desacreditar por boca del ex-ciego al autor del milagro.
Las respuestas del ciego sanado van de mayor a menor. De la simple pero aplastante “Yo no sé si es pecador, lo que sé es que antes yo era ciego y ahora veo” (vs.25), pasa a una desafiante ironía producto de alguien que ya no quiere seguir frente a tan absurdo juicio teológico: “Ya se los dije a ustedes y no me han escuchado. ¿Por qué quieren oírlo de nuevo? ¿También quieren hacerse discípulos suyos” (vs.27). Lo que provoca la ira descontrolada de los fariseos. Finalmente, el ex–ciego se propone a dar su humilde interpretación teológica de lo sucedido “Si este hombre no viniera de Dios, no podría hacer nada” (vs.33).
¿Fallo inevitable? Fue expulsado de la sinagoga. Pero sus ojos ahora no solamente veían lo que le rodeaban sino la verdad del evangelio de Cristo y su luz que iluminaba todo el mundo. La insistencia de los fariseos los conduce a cegarse completamente y a hundirse en el pecado.
6. Es el Buen Pastor que va en búsqueda de la oveja expulsada del mundo religioso. Le habla, se le revela de manera indubitable, a lo que el ciego sanado ahora hace la declaración final de fe mesiánica: “Creo Señor, y se postró ante él” (vs.38).
7. Finalmente, Jesús explicita su declaración del vs.39 “…y queden ciegos los que ven”. El gran error de los fariseos no fue ser ciegos. El problema era que, siendo ciegos, pretendían ver. Esa pretensión los condujo a rechazar la posibilidad de recibir una nueva visión de Jesús. Entonces, tanto para Juan como par el refrán popular: “No hay peor ciego que el que no quiere ver”.
• Preguntas para la lectura:
• ¿Durante que fiesta se produce este milagro y qué significado tiene en la historia?
• ¿Cuál es progreso de revelación de la persona de Cristo que vive el ciego?
• ¿Qué estaban realmente “protegiendo” los fariseos con tanta insistencia en sus interrogatorios?
• ¿Cuál es la importancia de la intervención final de Cristo en diálogo con el ciego sanado y luego con los fariseos?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la meditación:

¿Cuál es mi actitud ante una enfermedad o sufrimiento de otro? ¿Indiferencia, condena, interpretación teológica o piedad práctica?
¿Qué ocupa mi primer lugar en mi pensamiento cristiano, el dogma menor o la piedad ante la necesidad urgente?
¿Tengo la iniciativa amorosa de Jesús de ir siempre en búsqueda de los necesitados?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, ayúdame a tener el amor de Jesús para con los necesitados y de esa manera ser como él me pide, ser luz del mundo.
Señor, líbrame de religiosidad vacía y de una teología acusadora hacia mis semejantes.
Señor, que en mi vida espiritual pueda tener una luz y visión creciente de la persona de Cristo. Amén

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Miro la escena y trato de ver el accionar del ciego, los vecinos, los fariseos y Jesús, y aprender de aquellas que son sanas de las que no lo son.
Reflexiono acerca de la importancia del amor sobre las discusiones teológicas menores que me quitan de la mira en ese mandato cristiano primario.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:
• ¿Cómo voy a ver a los necesitados e impedidos físicamente a la luz del Evangelio de hoy?
• ¿Qué acción de amor voy a tomar con ellos en forma concreta?
• ¿De qué manera compartiré de forma valiente la luz de Cristo y su Evangelio, aunque esto me cause la reprobación social o de mi entorno?

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2 de abril de 2011 – LECTIO DIVINA – SABADO III DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Lucas 18, 9-14
Refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, dijo también esta parábola:
«Dos hombres subieron al Templo para orar; uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, de pie, oraba así: "Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas."
En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "íDios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!."
Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado.»
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

Lucas, el evangelista, titula la parábola de Jesús en el versículo 9 diciendo: “Refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, dijo también esta parábola”. En ese título está resumida de manera precisa el motivo y los destinatarios de las palabras del Maestro.
Jesús lleva adelante el relato de la parábola desarrollando un fuerte contraste entre sus dos únicos personajes. Las únicas similitudes entre ambos son que se trataba de hombres y que subieron al Templo a orar. Pero allí se acaban las analogías y comienzan los antagonismos.
Hay diferencias de “status religioso-social”. Uno era fariseo y el otro era publicano. El contraste era muy fuerte para los oyentes dado que uno era considerado un maestro y modelo de la Ley de Dios, mientras que el segundo era la representación de la traición ante el poder imperial. Si el fariseo era respetado por la sociedad judía religiosa, el publicano era objeto de la desaprobación social dado que siendo judío, recaudaba impuestos para Roma, haciéndolo muchas veces de manera poco transparente u ortodoxa.
Hay diferencias en su postura al orar que sin duda eran consecuencia de la posición de su corazón frente a Dios. Mientras que el fariseo lo hacía de pie al estilo de la ortodoxia más pura, el publicano oraba de lejos, con la mirada baja y golpeándose el pecho.
Pero sin duda que la diferencia central está en el contenido de sus suplicas. La oración del fariseo estaba llena de arrogancia religiosa y desprecio hacia los demás “te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano”. Además exalta siempre su persona dando argumentos de autojustificación sin realizar pedido alguno a Dios: “Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de mis entradas”. La oración del publicano es simple, profunda y humilde: “¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy pecador!”.
El cobrador de impuestos reza de verdad, a diferencia del fariseo, para quien la gratitud expresada a Dios no es sino una declaración de autosatisfacción ante Él, pues no tiene verdadera necesidad de Dios para mantenerse en su gracia. El publicano fue a suplicar a Dios acongojado por su conciencia de pecado frente a un Dios santo. El fariseo realmente no fue a orar, fue a informarle a Dios acerca de lo bueno que era él.
Jesús finaliza su parábola dando una sentencia sorprendente: El publicano fue justificado ante Dios mientras que el fariseo no. ¿La causa? El publicano se humilló mientras que el fariseo se ensalzó.
La expresión proverbial utilizada por Jesús “el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado” se encuentra también en 14.11, en Mt 23.12 y de forma equivalente en Mt.18.4. Como en las Bienaventuranzas, los pasivos “será humillado”, “será ensalzado”, se refieren a la intervención divina, mencionada expresamente en el Magníficat: “Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes” (Lc.1.52). Se atribuye a Hillel (aproximadamente año 200 a.C.) el siguiente axioma: “Mi humillación es mi exaltación, y mi exaltación es mi humillación”. Éste es un axioma secular, mientras que para Jesús, en Lc. 18, lo que cuenta es la situación del hombre ante Dios.
“Los hombres que no se olvidan de lo que son comprenden fácilmente cuán útil y necesaria es la medicina de la penitencia. Está escrito: Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes. Aquel fariseo no hallaba tanto gozo en su salud como en compararla con las enfermedades ajenas. Dado que había venido al médico, le hubiera sido más útil mostrar, confesándolos, los males que le tenían enfermo a él, en lugar de ocultar sus heridas y osar gloriarse frente a las cicatrices ajenas. No es, pues, extraño que saliera más curado el publicano, que no tuvo reparos en mostrar lo que le dolía” (Agustín, Sermón 351)

• Preguntas para la lectura:

 ¿Quiénes son los destinatarios de esta parábola?
 ¿Cómo puedo resumir las características diferenciales entre los dos personajes?
 ¿Cuál es el versículo central de la parábola?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿Cuál es la posición real de mi corazón al rezar a Dios?
 ¿Tengo inclinación a la autojustificación o a informar a Dios sobre mis méritos religiosos cuando oro?
 ¿De qué manera puedo buscar tener una actitud humilde en la presencia del Señor cuando estoy en la iglesia?


3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, oro con palabras del publicano: ¡Ten piedad de mí que soy un pecador!
Oro con el Salmo de hoy: ¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas! ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado! Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Me introduzco en el relato de la parábola observando con detenimiento la actitud y palabras del fariseo y del publicano, buscando encontrar lo que anida en sus corazones.
Reflexiono acerca de las oraciones que he tenido últimamente, tratando de relacionarlas con los dos ejemplos de la parábola.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿Cómo voy a preparar mi corazón la próxima vez que me disponga a rezar?
 ¿Cómo voy a evaluar luego, de acuerdo a la enseñanza de esta parábola, el resultado espiritual de esa oración?
 ¿Qué hábitos de oración voy a desarrollar para tener un corazón orante que agrade a Dios?

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1 de abril de 2011 – LECTIO DIVINA – VIERNES III DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Marcos 12, 28b-34
Un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Cuál es el primero de los mandamientos?».
Jesús respondió: «El primero es: Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento más grande que éstos.»
El escriba le dijo: «Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios.»
Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: «Tú no estás lejos del Reino de Dios.»
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

El diálogo ente el escriba y Jesús se da a continuación o más precisamente a raíz de una disputa previa del Señor con los saduceos “Un escriba que los oyó discutir, al ver que les había respondido bien, se acercó y le preguntó…” (vs.28a). El escriba ve con simpatía como Jesús avala la teología de la resurrección, tema que dividía fuertemente a los saduceos de los escribas y fariseos. Con esa identificación soteriológica, este escriba avanza en su interrogatorio a Jesús para conocer más de su “pureza doctrinal”. Ahora el tema central es sobre el mandamiento principal.
Tenemos aquí una conversación que parece tener un tono más amigable. La pregunta del escriba se relaciona con una práctica común entre los estudiosos de la ley de intentar resumir los seiscientos trece mandamientos que la componían en uno o dos principios fundamentales que pudieran ser utilizados luego como clave hermenéutica para descifrar todo lo demás. Las opiniones rabínicas eran muchas, pero predominaban la que mantenía que la observancia del sábado tenía peso como todos los demás mandamientos juntos: era el mandamiento que resumía en sí toda la Ley.
La expresión “el primero de los mandamientos” significa en realidad “el más importante de todos”. El escriba está interesado en el orden de importancia, no el orden de aparición. Jesús interpreta correctamente esta ecuación y lo expresa al final de sus citas cuando dice “No hay otro mandamiento más grande que éstos”.
Jesús le cita Deuteronomio 6.4, pasaje conocido como la Shema – del verbo shema: oye –, recitado diariamente por los judíos piadosos. El amor a Dios es el primero y más importante de todos los mandamientos según Jesús.
El segundo mandamiento en importancia es una cita de Levítico 19.18b. Prójimo, en este contexto, se refería a otro israelita, especialmente al pobre y marginado. Posiblemente Jesús lo esté utilizando en un sentido más general, incluyendo como prójimo a aquellos que coexistían con los judíos en Palestina, es decir, los romanos y los griegos.
Para Jesús, toda la ley se resumía en dos principios fundamentales: amar a Dios y amar al prójimo. Si analizamos el decálogo, los diez mandamientos, en Éxodo 20.1-17, vemos que estos también se dividen entre los que tratan del amor de Dios (los primeros cuatro) y los que tratan del amor al prójimo (los seis siguientes). Jesús recuerda a Israel que su único Señor es Dios, no los dirigentes que explotan al pueblo (11.17), ni el César que lo somete (12.16) ni el dios de los muertos (12.27).
La precisa exégesis bíblica de Jesús produce primero la “aprobación” del escriba: “Muy bien, Maestro, tienes razón…” a lo que éste a su vez le agrega una interpretación de derecho positivo muy importante “…vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios”. Esta declaración se alinea con la de los profetas contra los sacerdotes “misericordia quiero, no sacrificios” (Oseas 6.6.). Esta respuesta del escriba provoca la reafirmación y reaprobación del mismo Jesús “Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente…” Finalmente, el Señor relaciona la conclusión espiritual de las Escrituras del escriba con su cercanía al Reino de Dios: “Tú no estás lejos del Reino de Dios”.
Los presentes en las tres discusiones teológicas, con fariseos primero (vs. 13-17), con los saduceos luego (vs.18-27) y finalmente con el escriba (vs.28-34), abrumados por las respuestas de Jesús, no se atrevieron a hacerle más preguntas (vs.34).

• Preguntas para la lectura:

 ¿Cuál es el contexto narrativo del pasaje?
 ¿Qué importancia tiene la discusión en la comprensión de Jesús de la Ley?
 ¿Por qué la culminación del diálogo culmina con una referencia directa a la cercanía del Reino de Dios?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿Cuál es para mí el mandamiento más importante?
 ¿De qué manera vivo el amor a Dios con todo mi ser?
 ¿Tengo siempre presente que el amor al prójimo es dependiente y determinante de la magnitud de mi amor a Dios?
 ¿Tengo la cercanía con Dios y su palabra para poder acercame con confianza a “discutir teología práctica” a los pies del Maestro?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, ayúdame a amarte con todo mi corazón, con toda mi alma, con todo mi espíritu y con todas mis fuerzas.
Señor, enséñame a amar a mi prójimo como a mí mismo.
Maestro, recíbeme como alumno y discípulo en tu Reino. Amén

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Repaso en mi mente lentamente aquellos preceptos y mandamientos que usualmente busco respetar y los repienso a la luz de estos dos principales mandamientos.
Trato de meditar en la relación directa entre la práctica del amor cristiano y mi cercanía al Reino de Dios.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿Cómo voy a vivir mi amor a Dios con todo mi ser hoy?
 ¿Qué actitud de amor a mi prójimo voy a realizar que me haga exteriorizar mi amor a Dios?
 ¿Cómo voy a reordenar mis prioridades religiosas prácticas a la luz de estos dos mandamientos de amor principales?

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31 de marzo de 2011 – LECTIO DIVINA – JUEVES III DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 14-23
Jesús estaba expulsando a un demonio que era mudo. Apenas salió el demonio, el mudo empezó a hablar. La muchedumbre quedó admirada, pero algunos de ellos decían: «Este expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios.» Otros, para ponerlo a prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo.
Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: «Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra. Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podrá subsistir su reino? Porque -como ustedes dicen- yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul. Si yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces. Pero si yo expulso a los demonios con la fuerza del dedo de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes.
Cuando un hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones están seguras, pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita el arma en la que confiaba y reparte sus bienes.
El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.»
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

En el relato del Evangelio se narra la curación de un mudo por parte de Jesús a raíz de una práctica exorcista. Al igual que otros milagros, hubo gente que se alegró por la salud recobrada de la persona, pero otros solo podían ver un nuevo motivo de disputa y controversia (vs14).
Algunos de estos últimos atribuían la sanidad realizada por Jesús a un poder recibido del demonio (vs.15), mientras que otros le pedían otras credenciales celestiales que sustentaran lo hecho (vs.16).
La respuesta de Jesús ante el primero de los planteos es de una lógica cartesiana incontrastable. En primer lugar argumenta que de ser así, se presentaría el absurdo insostenible de un reino peleándose entre sí. (¿el demonio expulsando demonios?) (vs.17-18). El segundo argumento los involucra incómodamente en el razonamiento. Si él utiliza ese poder demoníaco, eso implicaría que sus propios seguidores también lo hacen, lo que los pondría sujetos a igual juicio por esto. (vs.19)
Ante el segundo de los planteos, Jesús asumiendo que sus oponentes no han podido sostener el primero, les revierte la carga de la prueba. O sea, si la anterior acusación es falsa, va de suyo que el poder que Jesús utiliza es el de Dios. Ergo si esto es así, ellos deben aceptar lógicamente que están frente a la venida del Reino de Dios. (vs.20).
Para finalizar su argumento, Jesús les responde con el mismo lenguaje de “uso de poder y de fuerza” que sus oponentes utilizan. Allí les expone la dual lucha entre dos hombres fuertes que luchan por un palacio en obvia alusión a su propio poder superador del que ostenta el demonio. (vs.21-22)
Todo este planteo dicotómico de poderes, reinos y señales, le abre el camino a Jesús para hacer la declaración que es el lumen de su exposición: “El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama” (vs.23)
En la lucha entre Cristo y Satanás, es imposible la neutralidad. Véanse también Mt.12.30; Mr.9.40. Si una persona no está de parte de Cristo, le tiene inquina, es decir, está contra Cristo. Hacer concesiones significa el fracaso. Cuando los “hijos de Dios” se casan con “las hijas de los hombres”, el resultado es el diluvio (Gn.6.1,2,13). Cuando el rey Saúl trae a Dios su ofrenda de obediencia parcial, es rechazado (1 S. 15.1-23). Por subordinar la verdadera religión de Jehová a los mezquinos intereses políticos, Jeroboam trae una maldición sobre si, sobre su familia y sobre su nación (1 R.12.25-30; 13.4,5; 14.6-16). La política de “temer al Señor y adorar los dioses propios” (2 R.17.33) jamás tiene éxito. Josué sabía esto (Jos.24.15), y también Elías (1 R.18.21).
“Algunos de ellos – pues allí estaban los escribas y fariseos -, teniendo el corazón embriagado de soberbia y de envidia, convirtieron el milagro en aditamento de su enfermedad, y abandonando los elogios hicieron lo contrario. En efecto, despojando a Cristo de lo que había realizado de forma divina, se lo atribuyeron al diablo como si fuera omnipotente y convirtieron a Beelzebul en la fuente del poder de Cristo. En cambio otros, enfermos de una malicia semejante se lanzaban desconsideradamente a decir palabras necias. Empujados por la envidia buscaban un signo del cielo hecho por Él” (Cirilo de Alejandría, Comentario del Ev. de Lucas).

• Preguntas para la lectura:

 ¿Cuáles son las diferentes actitudes ante el milagro de sanación?
 ¿Cuáles son los núcleos conceptuales de los dos argumentos opositores?
 ¿Cuál es la lógica central de las respuestas de Jesús?
 ¿Qué importancia tiene la declaración del vs. 23 en todo este relato?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿Me preocupo más por cuestionar situaciones teológicas menores en lugar de apreciar el mover de Dios a mí alrededor?
 ¿Qué significa en la práctica estar con o en contra de Jesús de acuerdo a la lectura del Evangelio de hoy?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, ayúdame a apreciar los milagros cotidianos que por mi ceguera o soberbia no puedo apreciar ni agradecer.
Señor, enséñame la manera de siempre tomar opciones de vida que me hagan estar a favor y no en contra tuyo. Amén

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Observo la escena de la liberación del mudo y trato de pensar cómo hubiera reaccionado ante este suceso tan impactante.
Escucho lentamente las declaraciones argumentales de Jesús, tratando de meditar en los simple y profundo de su lógica.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿Cómo voy a observar la maravilla de los milagros cotidianos del Señor?
 ¿Cuál va a ser mi comprensión vivencial de la victoria de Cristo sobre todos los poderes del mal?
 ¿Qué voy a hacer con las decisiones de hoy que me pongan en la disyuntiva de estar en la práctica obrando a favor o en contra de Cristo?

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30 de marzo de 2011 – LECTIO DIVINA – MIERCOLES III DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 17-19
Jesús dijo a sus discípulos:
«No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice.
El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.»
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

El texto del Evangelio de hoy se encuentra dentro del sermón de la montaña.
Jesús ha estado amonestando a sus oyentes que deben dejar que su luz alumbre haciendo buenas obras para la gloria del Padre celestial. Los escribas y fariseos tenían reputación de ser los guardianes de la ley de Dios. Sin embargo, Jesús estaba a punto de denunciarlos como hipócritas (5.20; 6.1,2,5,16). ¿Significaba esto que había venido a socavar la autoridad de las Escrituras? Jesús les responde “No piensen que vine a abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento”.
Los detractores de Jesús ya habían comenzado a considerarlo un revolucionario destructivo, un iconoclasta que quería romper todo vínculo con el pasado (Jn.5.18). Esta actitud hacia Jesús nunca los dejó sino más bien creció en ellos (Mt.26.59-61).
Ante esto Jesús, muestra que su ministerio no está en conflicto con el Antiguo Testamento sino que está en armonía con él; en realidad, que sin Él el Antiguo Testamento estaba incompleto, sin cumplimiento. Jesús incluye una doble interpretación del tiempo profético bíblico, Él es el primero en cumplir la ley y de esa manera resalta su vigencia y por otro lado, las profecías mesiánicas se cumplen en su persona en forma total.
Inmediatamente, Jesús reafirma el concepto de cumplimiento total de las Escrituras en un sentido escatológico. Ni siquiera una iota (una i) ni una keraia (una coma) desaparecerán de la ley, esto es, del Antiguo o Primer Testamento, hasta que todo llegue a su realización. Reafirma así el anuncio profético de Isaías “la hierba se seca, la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre” (Is.40.8).
Luego Jesús va un paso más allá de su “apología sobre su comprensión de la Ley”. Dirige como maestro de la misma una enseñanza precisa de su obediencia y sus consecuencias en la economía de Dios. Cumplir y enseñar hasta el más pequeño de estos mandamientos, será la medida de su consideración en el Reino de los Cielos.
No todo mandamiento de la ley es igual en su significancia. Los rabinos dividían la ley en 613 mandamientos. Consideraban que 248 de estos eran positivos y 365 eran negativos. Algunos rabinos consideraban que Dt. 22.6 era el más pequeño o menos importante de todos “Si mientras vas caminando, encuentras en un árbol o en el suelo un nido de pájaros con pichones o con huevos, y la madre está echada encima de ellos, no tomes a la madre con su cría. Deja en libertad a la madre y toma para ti los pichones”
De todas maneras, lejos de realizar Jesús una invitación a un legalismo vacío de contenido espiritual, está reafirmando la vigencia de las Escrituras y mostrándose a sí mismo como exégeta y centro del cumplimiento escatológico y soteriológico. Por ello, no es de extrañar que inmediatamente después advierta a sus oyentes sobre la hipocresía fundamentalista “Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos” (Mt.5.20).
“Esta es una manera magnífica de introducir la superación de las obras de la Ley, superación que, sin abolirla, constituye un mejoramiento progresivo. En efecto, manifiesta que la entrada en el cielo es ofrecida a los apóstoles únicamente si superan la justicia de los fariseos. Así pues, una vez expuestas las prescripciones de la Ley, las supera perfeccionándolas, no aboliéndolas” (Hilario de Poitiers, Sobre el Ev. de Mateo)

• Preguntas para la lectura:

 ¿Qué opinión tiene Jesús sobre la vigencia pasada, presente y futura de las Escrituras?
 ¿Cómo se ubica Jesús en el cumplimiento de la ley y los profetas bíblicos?
 ¿Cuál es su enseñanza sobre el respeto a toda enseñanza de la Biblia?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿Considero como una integridad de revelación de Dios tanto el Antiguo (Primer) Testamento como el Nuevo (Segundo) Testamento?
 ¿Veo a Cristo como el núcleo central de las Escrituras?
 ¿Cuál es mi responsabilidad al enseñar la Biblia a otros?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Padre, gracias por tu palabra que son para mí Espíritu y Vida.
Señor, Junto con los Apóstoles digo “¿Señor a quien iré? Solo tú tienes palabras de Vida Eterna”
Que el Espíritu Santo que inspiró las Escrituras, me auxilie en mi tarea de enseñarla a otros de manera completa. Amén

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Reflexiono en las palabras de Jesús, viendo su sufriente cumplimiento de las profecías mesiánicas en la cruz.
Medito en aquellas enseñanzas de la Biblia que en su momento no me parecieron importantes por estar en el Antiguo Testamento y en su importancia para mi vida.
Contemplo a Jesús como mi maestro, a cuyos pies deseo aprender más de la palabra de Dios.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿Voy a meditar en toda la Escritura como una integridad de la revelación divina?
 ¿Cómo voy a interpretar el texto bíblico teniendo a Jesús como exégeta?
 ¿Cómo voy a enseñar en forma completa la Biblia?
 ¿Cómo voy a vivir la Palabra para ser bien considerado en el Reino de los Cielos?

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29 de marzo de 2011 – LECTIO DIVINA – MARTES II DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18, 21-35
Se adelantó Pedro y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?»
Jesús le respondió: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Por eso, el Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores. Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos. Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda.
El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: "Señor, dame un plazo y te pagaré todo."
El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda.
Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: "Págame lo que me debes."
El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: "Dame un plazo y te pagaré la deuda."
Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor. Este lo mandó llamar y le dijo: "íMiserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda. ¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de tí?"
E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía.
Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de
corazón a sus hermanos.»
Palabra del Señor

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

Todo el contexto de la lectura del Evangelio de hoy está enmarcado en el tema del perdón. Jesús viene hablando acerca de la metodología reconciliadora del perdón (vs.15-20). Allí pone la responsabilidad de la restauración de la relación perdida en el ofendido, dejando de lado de una vez la discusión interminable de quien debe acercarse primero ante un conflicto personal. La metodología es trabajosa e incansable ya que no se agota en un primer contacto, sino que en la búsqueda de la sanidad reconciliadora el ofendido sigue adelante involucrando en su empresa a otros hermanos y hasta toda la comunidad de fe.
Entonces Pedro advirtiendo lo costoso que resulta para el orgullo personal la búsqueda sincera de la reconciliación, intenta encontrar límites “razonables” (¿siete?) al perdón con su pregunta: “Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete?”. La respuesta de Jesús es categórica “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”. Aquí el uso de un múltiplo de siete, número que simboliza la perfección, es una manera de decir que para el perdón no debe haber límites.
La parábola continúa con el tema del perdón, tratado en 18.21-22. Jesús la relaciona directamente cuando comienza su relato diciendo “Por eso…”. Además, hace una referencia al continente dentro del cual se encuadra el perdón cristiano “…el Reino de Dios se parece a…”.
En la parábola, un personaje central es el servidor del rey que se vio obligado junto con sus colegas a rendirle cuentas del uso del dinero real. La deuda que este tenía con el rey era inmensa (diez mil talentos) y a la vez imposible para hacerle frente. Entonces, el rey inmediatamente expide su sentencia “que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía para saldar la deuda”. El deudor desesperado ante la inminente condena solo atina en actitud humillante a solicitar mayor plazo para pagar, cosa que se puede inferir solo dilataría un tiempo su inevitable condena.
El rey toma con su servidor una actitud sorprendente. No le da mayor plazo ¡le perdona toda la deuda! ¿La razón? Solamente su compasión. Resulta evidente a esta altura de la parábola que Jesús simboliza al rey con Dios y al servidor con todo los que pecamos contra él, teniendo una deuda imposible de afrontar, con o sin moratoria. Solo la compasión y el perdón de Dios nos puede librar de tamaña deuda.
Sin embargo, la parábola toma un rumbo inesperado. En forma inmediata “al salir…”, este servidor perdonado se encuentra con uno de sus compañeros quien tenía una deuda insignificante con él (cien denarios). Un talento equivalía a seis mil denarios (o el salario por seis mil días de trabajo). Diez mil talentos equivaldrían a sesenta millones de denarios. La diferencia entre esta suma y la del versículo 28 (cien denarios) es intencionalmente exagerada. Este compañero toma una actitud idéntica en su forma y contenido a la que minutos antes el ahora acreedor había tenido con el rey. El texto bíblico dice: “se arrojó a sus pies y le suplicó: Dame un plazo y te pagaré la deuda” (versículo 26 y 29 son deliberadamente similares). Penosamente, el acreedor toma un camino diferente al que recibió del rey, lo pone en la cárcel hasta que pagara la deuda, cosa que aparece como improbable en esas condiciones de privación de libertad de trabajo.
Son los colegas de ambos que fueron testigos de toda la escena quienes con gran pena ponen al corriente al rey de lo sucedido. El rey califica duramente al servidor perdonado, lo llama “miserable”. En su pregunta se encuentra el climax narrativo y centro de la enseñanza de Jesús “¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de ti?”.
Finalmente el rey dicta nuevamente sentencia, pero ahora indignado ésta resulta más dura que la primera. En el versículo 34, Jesús alude al uso que algunos déspotas orientales hacían de la tortura, mediante la cual obligaban a un deudor a revelar el monto total de sus bienes.
La enseñanza de la parábola Jesús la expone sin eufemismos en el versículo 35 “Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos”.
De manera que el perdón cristiano tiene una regla comparativa que es imposible igualar. Aquél que ha recibido y entendido la magnitud de su pecado perdonado por Dios, no puede sino perdonar cualquier ofensa recibida que resultará infinitamente menor al perdón recibido. Una actitud distinta resulta no solo injusta, sino miserable.

• Preguntas para la lectura:

 ¿Cuál es el motivo por el que Jesús le responde con el conocido “setenta veces siete” a Pedro?
 ¿A quiénes representan cada uno de los tres personajes principales en la parábola?
 ¿Cuál es el versículo central en la parábola y por qué?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿Cuántas veces debo estar dispuesto a perdonar?
 ¿Quién y cuál es mi vara comparativa para perdonar?
 ¿Existe en mi corazón la actitud del servidor despiadado?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, gracias por tu infinito perdón de mi deuda de pecado que no podía nunca pagar por mi cuenta ni aún recibiendo de tu parte innumerables moratorias.
Señor, perdóname porque tantas veces tomé una actitud miserable con alguien que debí perdonar.
Señor, ayúdame a perdonar siempre, todas la veces que sea necesario, y teniendo en cuenta la infinita relación con el perdón y la misericordia recibida de tu parte conmigo. Amén

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Me ubico en la escena de la parábola como un servidor del rey que debe rendir cuentas de mi mayordomía de bienes cristianos recibidos. Recibo del rey su perdón y reflexiono sobre mi actitud con alguien que me ha ofendido.
Medito en la infinita distancia que existe entre el tamaño de la deuda que tengo con Dios por mis pecados, y la que otros tienen conmigo por sus ofensas.
Con gratitud a Dios, me libero de la culpa de mis pecados y a la vez libero dentro de mi corazón a quienes me han hecho daño y les gurdo rencor.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿A qué persona que me ha ofendido y busco una revancha voy a hacer destinataria hoy de mi perdón?
 ¿Cómo será mi actitud respecto a mi posición de auto justificación ante Dios entendiendo el lugar del servidor en la parábola?
 ¿De qué manera renovada voy a vivir en gozo y gratitud por el infinito perdón recibido de Dios?

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28 de marzo de 2011 – LECTIO DIVINA – LUNES III DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Lucas 4, 24-30

Cuando Jesús llegó a Nazaret, dijo a la multitud en la sinagoga:
«Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra. Yo les aseguro que había muchas viudas en Israel en el tiempo de Elías, cuando durante tres años y seis meses no hubo lluvia del cielo y el hambre azotó a todo el país. Sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda de Sarepta, en el país de Sidón.
También había muchos leprosos en Israel, en el tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, el sirio.»
Al oír estas palabras, todos los que estaban en la sinagoga se enfurecieron y, levantándose, lo empujaron fuera de la ciudad, hasta un lugar escarpado de la colina sobre la que se levantaba la ciudad, con intención de despeñarlo. Pero Jesús, pasando en medio de ellos, continuó su camino.
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

El texto del Evangelio de hoy, se encuentra dentro de la predicación de Jesús en Nazaret, que san Lucas se ubica al inicio de su ministerio. Aunque el evangelista en su prólogo anuncia que su relato de los hechos públicos de Jesús se hará respetando el orden cronológico (1.3), es claro que aquí el mismo se altera levemente. El comentario de Jesús en el versículo 23 parece indicar que este suceso en la sinagoga se da a posteriori de su visita a Capernaún narrada en los capítulos siguientes. De todas maneras, la ubicación prioritaria que Lucas da a este relato, nos debe dar de por sí la importancia que para el evangelista tiene este hecho en el futuro del ministerio público de Jesucristo.
En el culto sabático sinagogal, el que presidía podía invitar a cualquier varón adulto, judío, a leer en voz alta un pasaje de las Escrituras y explicarlo. Esto es lo que sucede con Jesús a quien se le da el rollo de cuero con el texto bíblico, en este caso el del libro de profeta Isaías.
Jesús hace suyas las palabras del profeta para declarar que su mensaje y ministerio están dirigidos a los pobres y a los oprimidos y a todas las necesidades humanas. Luego de la lectura de las Escrituras que se hacía de pie, Jesús se sentó adoptando la clásica postura de quien iba a impartir una exhortación o enseñanza a partir del texto leído. La declaración de que “hoy” se ha cumplido esta profecía mesiánica tiene una evidente declaración pública en donde la escatología y la soteriología mesiánica se unen en su mismísima persona.
De todas maneras, no parece ser esta impresionante declaración la que produce la ira de sus oyentes ocasionales, sino la que Jesús añade a continuación y está contenida en el texto del día de hoy.
Al citar Jesús los relatos de Elías con la viuda de Sarepta y de Eliseo con Naamán el sirio, sumado a su introducción con la expresión proverbial “…ningún profeta es bien recibido en su propia tierra”, les está advirtiendo a la audiencia sin eufemismos que el Mesías esperado no tendrá acogida entre ellos, sino que su rechazo hará que el mismo se dirija también al “pueblo no esperado” y no solo al “pueblo elegido”. Este contenido universal de la salvación mesiánica, tenía para los oyentes un elemento insultante para su orgullo, lejos del recuerdo de la promesa abrahámica de un Dios que iba a bendecir a todos los pueblos de la tierra.
Por cierto, esta declaración de Jesús era muy significativa. Era una lección que el auditorio inmediato de Jesús aquí en Nazaret necesitaba en este inolvidable día de reposo. Pero a la vez era útil a un propósito más grande. Era un claro indicio de la llegada de una nueva era en la historia de la redención, que no era sino un largo período durante el cual la puerta de la salvación, comenzando desde Jerusalén, se abriría más y más para todo aquel que se acerca con sinceridad, sin distinción de raza o nacionalidad.
“Entiende al mismo tiempo que la pasión en su cuerpo no ha sido obligada, sino voluntaria; no ha sido apresado por los judíos, sino que Él se ha ofrecido. Cuando quiere, es arrestado, cuando quiere, cae; cuando quiere, es crucificado; cuando quiere, nadie le retiene. En esta ocasión subió a la cima de la montaña para ser precipitado; pero descendió en medio de ellos, cambiando repentinamente y quedando estupefactos aquellos espíritus furiosos, pues no había llegado aún la hora de su pasión. Él quería mejor salvar a los judíos que perderlos, a fin de que el resultado ineficaz de su furor los hiciese renunciar a querer lo que no podía realizar”. Ambrosio, Exposición sobre Ev. de Lucas.

• Preguntas para la lectura:

• ¿En qué contexto se da el relato del Evangelio de hoy?
• ¿Qué importancia tiene que Jesús haga esta declaración mesiánica en el inicio de su ministerio público y en su ciudad de pertenencia?
• ¿Qué fue lo que realmente provocó la ira de la audiencia?
• ¿Cómo se entiende el frustrado intento de asesinato de Jesús?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

• ¿He meditado en el alcance universal de la salvación de Cristo?
• ¿Alguna vez me he sentido perteneciente a un sector exclusivo de la misericordia de Dios?
• ¿Cómo hubiera reaccionado yo mismo si estaría en la sinagoga en aquel momento?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, ayúdame a entender la salvación tan grande que tenemos todos en Cristo Jesús.
Señor, gracias porque a pesar de ser “olivo injertado” del tronco judío, tu salvación nos alcanzó.
Señor, ayúdame a compartir a todos este extraordinario amor redentor tuyo. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Trato de situarme dentro de la audiencia en la sinagoga de Nazaret, y escuchar a Jesús en su sermón. Medito en sus palabras, mientras reflexiono en mi actitud hacia ellas.
Reflexiono en las palabras del salmo del día de hoy a la luz de lo aprendido y meditado en el Evangelio:
Espero en el Señor y confío en su palabra,
porque en él se encuentra la misericordia
y la redención en abundancia.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

• ¿De qué manera voy a mirar la grandeza de la salvación en Cristo para todos los pueblos a partir de la lectura de hoy?
• ¿Con quiénes voy a compartir este mensaje de redención tan grande?

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27 de marzo de 2011 – LECTIO DIVINA – DOMINGO III DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Juan 4, 5-42

Jesús llegó a una ciudad de Samaría llamada Sicar, cerca de las tierras que Jacob había dado a su hijo José. Allí se encuentra el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se había sentado junto al pozo. Era la hora del mediodía.
Una mujer de Samaría fue a sacar agua, y Jesús le dijo: «Dame de beber.»
Sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos.
La samaritana le respondió: « ¡Cómo! ¿Tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?» Los judíos, en efecto, no se trataban con los samaritanos.
Jesús le respondió: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú misma se lo hubieras pedido, y él te habría dado agua viva.»
«Señor, le dijo ella, no tienes nada para sacar el agua y el pozo es profundo. ¿De dónde sacas esa agua viva? ¿Eres acaso más grande que nuestro padre Jacob, que nos ha dado este pozo, donde él bebió, lo mismo que sus hijos y sus animales?»
Jesús le respondió: «El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed, pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en manantial que brotará hasta la Vida eterna.»
«Señor, le dijo la mujer, dame de esa agua para que no tenga más sed y no necesite venir hasta aquí a sacarla.»
Jesús le respondió: «Ve, llama a tu marido y vuelve aquí.»
La mujer respondió: «No tengo marido.»
Jesús continuó: «Tienes razón al decir que no tienes marido, porque has tenido cinco y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad.»
La mujer le dijo: «Señor, veo que eres un profeta. Nuestros padres adoraron en esta montaña, y ustedes dicen que es en Jerusalén donde se debe adorar.»
Jesús le respondió: «Créeme, mujer, llega la hora en que ni en esta montaña ni en Jerusalén se adorará al Padre. Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero la hora se acerca, y ya ha llegado, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque esos son los adoradores que quiere el Padre. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.»
La mujer le dijo: «Yo sé que el Mesías, llamado Cristo, debe venir. Cuando él venga, nos anunciará todo.»
Jesús le respondió: «Soy yo, el que habla contigo.»
En ese momento llegaron sus discípulos y quedaron sorprendidos al verlo hablar con una mujer. Sin embargo, ninguno le preguntó: « ¿Qué quieres de ella?» o « ¿Por qué hablas con ella?»
La mujer, dejando allí su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente: «Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que hice. ¿No será el Mesías?»
Salieron entonces de la ciudad y fueron a su encuentro.
Mientras tanto, los discípulos le insistían a Jesús, diciendo: «Come, Maestro.» Pero él les dijo: «Yo tengo para comer un alimento que ustedes no conocen.»
Los discípulos se preguntaban entre sí: « ¿Alguien le habrá traído de comer?»
Jesús les respondió:
«Mi comida es hacer la voluntad de aquel que me envió y llevar a cabo su obra. Ustedes dicen que aún faltan cuatro meses para la cosecha. Pero yo les digo: Levanten los ojos y miren los campos: ya están madurando para la siega. Ya el segador recibe su salario y recoge el grano para la Vida eterna; así el que siembra y el que cosecha comparten una misma alegría. Porque en esto se cumple el proverbio: "Uno siembra y otro cosecha." Yo los envié a cosechar adonde ustedes no han trabajado; otros han trabajado, y ustedes recogen el fruto de sus esfuerzos.»
Muchos samaritanos de esa ciudad habían creído en él por la palabra de la mujer, que atestiguaba: «Me ha dicho todo lo que hice.»
Por eso, cuando los samaritanos se acercaron a Jesús, le rogaban que se quedara con ellos, y él permaneció allí dos días. Muchos más creyeron en él, a causa de su palabra. Y decían a la mujer: «Ya no creemos por lo que tú has dicho; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es verdaderamente el Salvador del mundo.»
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

Este diálogo que nos ofrece el Evangelio de hoy, san Juan lo presenta con una abundancia de detalles muy significativa. Es además, el único Evangelio que lo refleja.
Jesús, camino de Judea a Galilea, al pasar por tierra de Samaria hace un alto en el camino debido al cansancio del viaje aumentado por el calor del mediodía. Se sienta solo junto al pozo de Jacob luego que los discípulos siguieran camino a la ciudad en búsqueda de alimentos.
Allí se produce un diálogo interesante con una mujer samaritana, especialmente por las barreras que Jesús se encarga en derribar para alcanzarla a su Evangelio. Son barreras de tipo cultural-religiosas, morales y de género. Es el mismo Jesús quien toma la iniciativa de comenzar la conversación con un pedido a la mujer “Dame de beber”.
La respuesta de la mujer demuestra el contenido de la primera barrera a vencer. (vs.9)
Los samaritanos, aunque en su origen eran parte del mismo pueblo, se habían separado de los israelitas política y religiosamente desde hacía mucho tiempo. De la Biblia hebrea sólo conservaban los libros de la Ley (el Pentateuco). Los judíos llegaron a considerar a los samaritanos prácticamente como a paganos. Promediando el diálogo, la mujer intenta desviar la conversación de una zona que se siente incómoda ser descubierta -su pecado- (vs.16-18), y lo hace retomando la discusión teológica entre judíos y samaritanos. Ahora es sobre el lugar de adoración y el conflicto entre el templo en el monte Garizim y el de Jerusalén (vs.20).
La segunda barrera es obvia en relato y tiene que ver con la “audacia” de Jesús como hombre de hablar solo con una mujer sola. Esta situación inesperada hace que la sorpresa se apodere de los discípulos cuando regresan de comparar los alimentos. (vs.27)
El pozo de Jacob es un pozo hondo, usado desde tiempos antiguos, y que todavía existe. No aparece mencionado en el AT. Generalmente las mujeres iban a buscar agua en grupo por la mañana o al atardecer. El motivo por el que esta mujer se ve obligada a ir en una hora impropia - el mediodía- obedece a su conocida vida licenciosa. Jesús se encarga con suma fineza y cuidado de poner en descubierto sus faltas morales (vs. 16-18) y de esta manera trazar un puente hacia esta tercera barrera.
Toda esta serie de jugosos matices en el diálogo y las barreras que se van derribando le dan la oportunidad a Jesús de presentarse de una manera creciente como el Mesías.
Deliberadamente le provoca un gran interrogante al expresarle que el desconocimiento de la mujer sobre la real identidad de su interlocutor le impide pedirle “agua de vida”. (vs.10). La respuesta incrédula de la mujer (vs.11-12) le da entonces la oportunidad a Jesús de profundizar en el concepto. Esa agua de vida, tendrá un volumen generoso y será infinito. (vs. 13-14).
Promediando el diálogo, Jesús aprovecha el “interrogatorio de conflictividad teológica” planteado por la mujer (vs.20) para presentar una profunda verdad espiritual: “Dios es espíritu y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad” (vs.21-24)
Luego, ante la correcta exposición escatológica de la llegada del Mesías que hace la mujer (vs.25), Jesús ya sin eufemismos se revela como tal “Soy yo, el que habla contigo” (vs.26).
Finalmente, todo este suceso provoca en la mujer un espontáneo llamado misionero que no tarda en materializar con sus propios conciudadanos (vs.28). Esto provoca una expansión del Evangelio entre los samaritanos. Es de suponer que esto provoca el asombro de los discípulos, especialmente el de Juan que relata de una manera tan destacada lo sucedido (vs.39-42).
Otro aspecto a tener en cuenta es que los discípulos no reaccionan muy favorablemente a esta acercamiento misionero de Jesús (vs. 27), quienes no llegan a ver el aspecto espiritual de lo que presenciaron y se detienen en detalles puramente superfluos como la comida que fueron a comprar (vs.31). Esto, por otro lado, le da la ocasión a Jesús de hacerles levantar la mirada hacia el momento crucial en la economía del plan salvífico de Dios que están presenciando “Levanten los ojos y miren los campos; ya están madurando para la siega” (vs.34-38)

• Preguntas para la lectura:

• ¿Qué diferencias de actitud frente al diálogo se pueden encontrar entre Jesús y la mujer samaritana?
• ¿Cómo se puede percibir la reacción de los discípulos frente a la escena que les toca presenciar?
• ¿Por qué Jesús se declara tan abiertamente aquí como el Mesías y es reticente a ello frente al pueblo judío?
• ¿Cómo evangelizaba Jesús a la luz del relato?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

• ¿Cuál debe ser mi actitud de acercamiento del Evangelio del amor de Dios hacia aquellos con quienes me separaran barreras sociales, culturales, etc.?
• ¿Cómo me habla acerca de la actitud de diálogo y escucha al Señor la participación de la mujer samaritana?
• ¿Cómo está mi motivación misionera de evangelización?
• ¿Qué significa para mi vida el adorar a Dios en espíritu y en verdad?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, ayúdame a vencer mis barreras interiores que me frenan en presentar tu Evangelio.
Dios, ayúdame a adorarte en espíritu y en verdad.
Señor, renueva en mí el desafío de ser misionero de tu santo Evangelio. Amén

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Me ubico imaginariamente en la escena y trato de ponerme en el lugar de los protagonistas del relato y evaluar con sinceridad cual hubiera sido mi actitud estando en su lugar.
Veo en la persona de la mujer samaritana y su pueblo a personas o comunidades con las cuales mantengo alguna actitud distante y medito en la forma de vencer esas barreras por amor al Evangelio de Cristo.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:
 ¿Con qué personas con la que me encuentro distante, voy a presentar con respeto y amor el Evangelio del amor de Jesús?
 ¿Cómo voy hoy a adorar a Dios en espíritu y en verdad?
 ¿Cómo voy a participar y/o ayudar en la obra misionera de la Iglesia?

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26 de marzo de 2011 – LECTIO DIVINA – SABADO II DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Lucas 15, 1-3. 11b-32

Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo. Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos.» Jesús les dijo entonces esta parábola:
«Un hombre tenía dos hijos. El menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte de herencia que me corresponde." Y el padre les repartió sus bienes.
Pocos días después, el hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano, donde malgastó sus bienes en una vida licenciosa.
Ya había gastado todo, cuando sobrevino mucha miseria en aquel país, y comenzó a sufrir privaciones. Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa región, que lo envió a su campo para cuidar cerdos. El hubiera deseado calmar su hambre con las bellotas que comían los cerdos, pero nadie se las daba.
Entonces recapacitó y dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre!" Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: "Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros."
Entonces partió y volvió a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente; corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó.
El joven le dijo: "Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; no merezco ser llamado hijo tuyo."
Pero el padre dijo a sus servidores: "Traigan enseguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y festejemos, porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y fue encontrado." Y comenzó la fiesta.
El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, ya cerca de la casa, oyó la música y los coros que acompañaban la danza. Y llamando a uno de los sirvientes, le preguntó qué significaba eso.
El le respondió: "Tu hermano ha regresado, y tu padre hizo matar el ternero engordado, porque lo ha recobrado sano y salvo."
El se enojó y no quiso entrar. Su padre salió para rogarle que entrara, pero él le respondió: "Hace tantos años que te sirvo, sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos. ¡Y ahora que ese hijo tuyo ha vuelto, después de haber gastado tus bienes con mujeres, haces matar para él el ternero engordado!"
Pero el padre le dijo: "Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo. Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado."»
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

Esta parábola es conocida habitualmente como la de “el hijo arrepentido y perdonado”. Sin embargo, veremos más adelante que podría bien tener otros títulos.
El texto leído es la última de una triada de parábolas que Jesús les dijo a los fariseos y escribas. Estas son además de la mencionada, “la de la oveja perdida y encontrada” y “la de la moneda perdida y encontrada”.
Solo tres personajes centrales animan la parábola. Éstos son el padre y sus dos hijos.
La trama del relato comienza con el pedido del hijo menor a su padre de recibir su parte hereditaria. Sus ansias de libertad total de la casa del padre rápidamente se convierten en libertinaje desastroso para su vida.
En un país lejano malgastó su herencia y para colmo de males, a ello se sumó una hambruna nacional. Estaba solo, con hambre, lejos y en un país sin oportunidades realistas de obtener medios dignos de supervivencia.
Solo consiguió un trabajo humillante para cualquier persona pero especialmente para un judío, apacentar cerdos, animal impuro (Lev.11.7). Encima con su magro salario no calmaba su hambre ya que deseaba comer del alimento de los cerdos.
Finalmente, al hambre y la humillación se le suma la nostalgia. Entonces recapacitó (el original dice literalmente: “cuando él volvió a sí mismo”). Pensó que aún como jornalero en la casa de su padre estaría mejor, entonces la historia toma un giro maravilloso.
Se arrepiente con todo su corazón. Su comprensión de su pecado es profundo y teológicamente correcto: “Padre, pequé contra el cielo y contra ti”. No se considera merecedor de ser hijo de su propio padre y espera ser aceptado como jornalero. El retorno es un largo viaje de vuelta, por la distancia geográfica y por el orgullo y el alejamiento de vida experimentado. Seguramente durante el trayecto, una y mil veces, especuló con los lógicos reproches y hasta rechazo de su padre a quien había defraudado.
Sin embargo, el padre toma una actitud hermosa, lo perdona emotivamente. No solo lo espera con los brazos abiertos, va en búsqueda del hijo arrepentido y lo recibe con los máximos honores de un hijo dilecto. Sus palabras son profundas y contundentes: “…mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y fue encontrado”.
Es inevitable relacionar al padre de la parábola con Dios en su inmenso amor y perdón. Por ello, para resaltar este aspecto, algunas versiones llaman esta parábola “el padre amoroso”.
La historia se encamina hacia un final imprevisto y su protagonista es el hijo mayor. El hijo que se había quedado trabajando con su padre sin reclamar su herencia, se muestra irritado ante el perdón y alegría de su padre para con su hermano menor.
En sus reclamos están contenidos su pensamiento de la injusticia de su padre “nunca me diste un cabrito”, su egocentrismo “te sirvo”, su autojustificación “sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes” y su rencor a su hermano a quien ni siquiera desea nombrar “ese hijo tuyo”.
Este fuerte protagonismo en la historia del hijo mayor ha llevado a varios biblistas a renombrar esta parábola como la de “el hijo que no perdonó”. Además, si se entienden los destinatarios de esta parábola y la razón por la cual Jesús la dice, “los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: Este hombre recibe a los pecadores y como con ellos” (15.2), ésta posición podría encontrar mayor sustento.
“Resulta problemático averiguar a quien encarnan estos dos hijos. Existen muchas sugerencia al respecto, entre las cuales una ve representada en el hijo mayor a los judíos, y en el hijo menor a los gentiles” (Cirilo de Alejandría).

• Preguntas para la lectura:

• ¿A quienes va dirigida la parábola?
• ¿Con quién se relaciona al hijo menor y cuál es la enseñanza de su actitud?
• ¿Con quién se relaciona al hijo mayor y cuál es la enseñanza de su actitud?
• ¿Con quién se relaciona al padre y cuál es la enseñanza de su actitud?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

• ¿Qué advertencias capitalizo para mi vida de la actitud del hijo menor?
• ¿Cómo enriquezco la figura perdonadora de Dios?
• ¿Tengo o he tenido en mí la reacción del hijo mayor?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Dios, ayúdame a permanecer fiel en tu Casa.
Padre, que grande es tu amor, perdón y misericordia. Gracias por experimentarla cada día frente a mis miserias.
Señor, dame tu corazón gozoso ante un hermano que regresa a tus brazos. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

• Miro mi vida y flaquezas de fe y me arrepiento de las veces que pensé o me fui alejando de Dios.
• Contemplo a Dios en su amor y le alabo por su infinito perdón.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

• ¿Qué decisiones tomaré hoy ante tentaciones de vivir lejos de Dios?
• ¿Cómo reaccionaré ante la vuelta a la fe de hermanos que se había alejado?
• ¿Tomaré yo la actitud del padre de salir a buscar y perdonar a aquellos hermanos que me hirieron o están lejos de Dios?

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25 de narzo de 2011 – LECTIO DIVINA – VIERNES II DE CUARESMA – Ciclo A


X Lectura del santo Evangelio según san Mateo 21, 33-43. 45-46

Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«Escuchen otra parábola: Un hombre poseía una tierra y allí plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero.
Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus servidores para percibir los frutos. Pero los viñadores se apoderaron de ellos, y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y al tercero lo apedrearon. El propietario volvió a enviar a otros servidores, en mayor número que los primeros, pero los trataron de la misma manera.
Finalmente, les envió a su propio hijo, pensando: "Respetarán a mi hijo." Pero, al verlo, los viñadores se dijeron: "Este es el heredero: vamos a matarlo para quedarnos con su herencia." Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron.
Cuando vuelva el dueño, ¿qué les parece que hará con aquellos viñadores?»
Le respondieron: «Acabará con esos miserables y arrendará la viña a otros, que le entregarán el fruto a su debido tiempo.»
Jesús agregó: «¿No han leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular: esta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos?
Por eso les digo que el Reino de Dios les será quitado a ustedes, para ser entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos.»
Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír estas parábolas, comprendieron que se refería a ellos. Entonces buscaron el modo de detenerlo, pero temían a la multitud, que lo consideraba un profeta.
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

El texto del Evangelio de hoy conocido como “la parábola de los viñadores homicidas” es narrada por Jesús junto con “la parábola de los dos hijos” a los sumos sacerdotes y a los fariseos.
Seguramente el lugar de la escena es el Templo de Jerusalén y las narraciones de Jesús son producto del cuestionamiento de su autoridad divina. (Mt. 21.23).
Los sumos sacerdotes, escribas y fariseos ya habían decidido buscar la forma de matar a Jesús (Lc. 20.47). Solo los frenaba la duda hipócrita y cobarde que se ubicaba entre el cuidado de su prestigio religioso puesto en conflicto con su aprobación populista. Situación que Jesús pone en evidencia con su respuesta a la pregunta: “¿Con qué autoridad haces estas cosas? (Mt. 21.24-27) con la que el evangelio cierra el relato de la parábola. (Mt. 21.46)
Los destinatarios de la parábola se dan por aludidos (Mt.21.45). El personaje que se constituye en clímax de la narración (el hijo) tiene una obvia referencia a Jesús como sacrificado fuera de las puertas de la ciudad. (Hebreos 13.11-12). El resto de los personajes de la parábola son fácilmente relacionables. Dios Padre como el dueño del viñedo, los religiosos judíos presentes como los viñadores, la nación judía como la viña (Isaías 5.7) y finalmente los servidores son los profetas de Dios.
Es claro que los viñadores ante la ausencia visible del dueño dejaron de sentirse arrendadores del campo para locamente actuar como si fueran propietarios. Los intentos del dueño de recuperación de sus frutos son respondidos de manera cada vez más violenta por parte de los arrendadores. Finalmente, en su perversa locura de pretender quedarse con lo que no les pertenece, deciden directamente asesinar al hijo y heredero del campo.
A la pregunta de Jesús (vs.40), hecha al mejor estilo de Natán, los religiosos no hacen más que confirmar su propia condena. (vs.41).
Finalmente, Jesús les cita un pasaje del Salmo 118 (vs. 23 y 23) que era muy conocido por los judíos por su contenido procesional hacia el santuario de Dios. La liturgia cristiana le dio luego un significado pascual victorioso.
Esta parábola además nos dice mucho acerca de Dios, de los hombres y de Jesús. De Dios no habla de su confianza en los hombres, de su paciencia y de su juicio. De los hombres nos habla del privilegio por lo recibido, de la libertad, la responsabilidad y del pecado. De Jesús nos habla de su autoridad, su derecho como Hijo y su sacrificio.

• Preguntas para la lectura:

• ¿Cómo se entiende el rol de Dios Padre en la historia de su pueblo a la luz de la parábola?
• ¿Cómo interpreto la responsabilidad de su pueblo ante lo confiado por Dios?
• ¿Cuál fue el rol de los profetas?
• ¿Qué relación tiene la figura de la piedra angular con la Iglesia?
• Cómo se identifica el rol del Hijo de Dios en la soteriología bíblica y sus tiempos?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

• ¿Cómo percibo la paciencia de Dios en busca de la redención de la humanidad?
• ¿Revalorizo más mi rol dentro del pueblo de Dios como conocedor y receptor de su mensaje luego de estudiar esta parábola?
• ¿Cómo entiendo el lugar de Jesús en la economía de los tiempos de Dios y que significado tiene con mi historia de vida personal?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, vos que te entregaste en sacrificio fuera de las puertas de Jerusalén por mí, ten misericordia y cúbreme con tu perdón y tu gracia.
Señor, dame coraje y alegría para compartir la grandeza de tu evangelio en estos días previos a la Pascua. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

 Me detengo a reflexionar en cada personaje de la parábola y su identificación directa.
 Miro mis propios egoísmos religiosos desde la actitud de los labradores de la parábola.
 Contemplo la grandeza del Hijo de Dios en su sacrificio y el amor del Padre en su paciencia redentora.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

• ¿Hoy en el “Día de la solemnidad de la Anunciación del Señor” recordaré permanentemente su persistente amor por su pueblo?
• ¿Compartiré con recogimiento pero con gozo la esperanza que tenemos en Cristo?
• ¿Iré a la parroquia a agradecer por la piedra angular que permitió la edificación de la Iglesia invisible?

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24 de marzo de 2011 – LECTIO DIVINA – JUEVES II DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Lucas 16, 19-31

Jesús dijo a los fariseos:
«Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino finísimo y cada día hacía espléndidos banquetes. A su puerta, cubierto de llagas, yacía un pobre llamado Lázaro, que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros iban a lamer sus llagas.
El pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. El rico también murió y fue sepultado.
En la morada de los muertos, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él. Entonces exclamó: "Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en el agua y refresque mi lengua, porque estas llamas me atormentan."
"Hijo mío, respondió Abraham, recuerda que has recibido tus bienes en vida y Lázaro, en cambio, recibió males; ahora él encuentra aquí su consuelo, y tú, el tormento. Además, entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo. De manera que los que quieren pasar de aquí hasta allí no pueden hacerlo, y tampoco se puede pasar de allí hasta aquí."
El rico contestó: "Te ruego entonces, padre, que envíes a Lázaro a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos: que él los prevenga, no sea que ellos también caigan en este lugar de tormento."
Abraham respondió: "Tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen."
"No, padre Abraham, insistió el rico. Pero si alguno de los muertos va a verlos, se arrepentirán."
Abraham respondió: "Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco se convencerán."»
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

La parábola está construida en base a contrastes extremadamente marcados entre sus dos personajes, los mismos a su vez cambian abruptamente en los dos escenarios descriptos.
El primer contraste se presenta en sus vidas en la escena terrenal.
El rico vivía lleno de lujos exteriores y banquetes. Sus vestimentas seguramente costaban el equivalente a varios años de trabajo de un obrero. En un país donde la gente pobre era afortunada si comía carne una vez por semana, el rico comía todos los días exóticos platos en banquetes donde invitaba a sus iguales quienes eran su compañía.
El pobre, llamado Lázaro es el único personaje de las parábolas de Jesús que tiene nombre propio. El nombre Lázaro es la forma latina de Eleazar, que significa “Dios es mi ayuda”.
La vestimenta de Lázaro eran sus llagas parcialmente cubiertas de harapos. Su comida era lo que caía de la mesa del rico (algunas traducciones aclaran “migajas”). En la época de Jesús no había ni cuchillo ni tenedores ni servilletas. Se comía con las manos, y en toda casa rica, las manos se limpiaban en gruesas rebanadas de pan que luego se tiraban. Lázaro estaba esperando ese pan.
La compañía de Lázaro eran los perros cuyo único interés era lamer sus llagas. La ubicación de Lázaro yaciendo a las puertas de la casa del rico es un elemento fundamental en la parábola.
Seguramente durante mucho tiempo el rico y Lázaro se vieron el uno al otro, pero un gran abismo los separaba. El mismo no era en esencia una cuestión solo de dinero. Era el abismo de la opulencia orgullosa frente a la pobreza sufriente, el derroche insultante ante la necesidad urgente, la insensibilidad ciega a una miseria evidente.
La parábola no reprocha en ningún momento al rico haber adquirido su fortuna de forma deshonesta o haber cometido algún otro crimen, sino que sugiere con fuerza que no se preocupaba de los pobres.
El pecado del rico había sido no prestar atención a Lázaro, haberlo aceptado como parte del panorama, haber pensado que era perfectamente natural e inevitable que Lázaro estuviera tendido en el dolor y el hambre mientras él nadaba en la opulencia.
El escenario luego de la muerte de ambos cambia rotundamente y su situación también lo hace dramáticamente. ¡Lázaro está en la gloria y el rico en el tormento! El rico alcanza a ver y reconocer a Lázaro junto a Abraham. Está sediento hasta la desesperación, pero ni aún así se dirige a Lázaro en busca de ayuda, le habla a Abraham para que dé un recado a Lázaro a su favor. Ahora el abismo es insalvable. Es el del juicio de Dios, el cumplimiento de lo anunciado por la Ley y los Profetas.
Y son precisamente a las Escrituras a las que apela Abraham como recurso propuesto de advertencia a la familia de Lázaro ante su pedido. Sin embargo, Lázaro sigue despreciando la palabra de Dios y desvalorizando a Lázaro. Espera que Abraham envíe a Lázaro como objeto mensajero. No es de extrañar entonces que Abraham vuelva a resaltar la Biblia como don dado por Dios en donde su amor, juicio y misericordia han sido revelados.

• Preguntas para la lectura:

 ¿Qué conductas están representadas en la vida del rico?
 ¿A quienes representa Lázaro con su vida?
 ¿Cómo se relaciona la parábola con las bienaventuranzas y ayes de Lucas? (6.20-26).
 ¿Qué importancia le da Jesús a la palabra de Dios en esta parábola?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿Cómo está mi sensibilidad ante la necesidad, independientemente a mi situación económica?
 ¿Tengo actualmente abismos insalvables te tipo social, racial, etc. con mis semejantes?
 ¿Cómo puedo evaluar equilibradamente la temporalidad terrenal y la eternidad?
 ¿Soy una persona obediente a la palabra de Dios?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, ayúdame a mirar al necesitado con tus ojos de misericordia y a servirlo en forma práctica.
Señor, que pueda complacerme en tu Ley y meditar en ella de día y de noche. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

 Reflexiono en la vida y consecuencia de los dos personajes de la parábola.
 Escucho con atención las palabras de Abraham y medito en ellas.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿Qué acción práctica de atención al pobre estoy dispuesto a hacer?
 ¿Hay un caso concreto de necesidad que conozco, quizá con nombre, que no he atendido?
 ¿Estoy dispuesto a aportar tiempo diario en la meditación de las Escrituras?

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23 de marzo de 2011 – LECTIO DIVINA – MIERCOLES II DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Mateo 20, 17-28

Cuando Jesús se dispuso a subir a Jerusalén, llevó consigo sólo a los Doce, y en el camino les dijo: «Ahora subimos a Jerusalén, donde el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas. Ellos lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos para que sea maltratado, azotado y crucificado, pero al tercer día resucitará.»
Entonces la madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante él para pedirle algo.
«¿Qué quieres?», le preguntó Jesús.
Ella le dijo: «Manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.»
«No saben lo que piden», respondió Jesús. « ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?»
«Podemos», le respondieron.
«Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre.»
Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: «Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo: como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud.»
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

Después del primer anuncio de la pasión, acontece la reacción censurable de Pedro (Mt.16.21-23). Luego del segundo, los discípulos reaccionan con tristeza (Mt. 17.22-23) y ahora en el tercer anuncio, la lucha de poder es abierta y desprejuiciada.
El texto se ubica temporalmente a poco del ingreso de Jesús en Jerusalén rumbo a su Pasión. Por ello cobra importancia la elección de los Doce para este diálogo en la intimidad. (v.17) Jesús mismo se encarga en el camino de explicarles detalladamente sobre las cosas que están a punto de sucederle. (vs.19)
El pedido de la madre de los hijos de Zebedeo, la reacción de “los Diez” y la aclaración de Jesús muestra que a pesar de la claridad misionológica de Jesús descripta en el párrafo anterior, había confusión en relación al Reino de Dios, su ubicación, momento y estructura.
En primer lugar, se muestra que de alguna manera, ellos esperaban que Jesús estableciera un reino terrenal. En segundo lugar, la temporalidad del reino era para ellos un suceso próximo pero futuro. En tercer lugar, y de aquí la disputa que ocupa más lugar en el relato, creían que en él había distintos grados de autoridad que se asignaban con procedimientos de tipo políticos.
El pedido de la madre de Santiago y Juan, podría guardar alguna relación con su observación de que ellos junto a Pedro formaban “el grupo de los tres” que habían estado en forma exclusiva en algunos hechos importantes como la resucitación de la hija de Jairo y la transfiguración.
La respuesta de Jesús va en dos direcciones. Primero marca la profunda ignorancia sobre la condición sacrificial para acceder a su cercanía soberana. Tanto el martirio de Santiago (Hechos 12.2) como el destierro de Juan (Apocalipsis 1.9) dan crédito a este pensamiento de Jesús. En segundo, declara que la ubicación de cada uno en el Reino de Dios es atributo del Padre.
La reacción indignada de los restantes apóstoles no se hace esperar. De todas maneras, en su enojo no hacen otra cosa que asimilarse conceptualmente al tipo de pedido hecho por los Zebedeos. Esto le da la oportunidad a Jesús de enseñar a todos acerca de la verdadera ecuación en la estructura de autoridad de su Reino. La misma es exactamente a la inversa de los procedimientos de poder políticos terrenales.
En el Reino de Dios, el servidor tendrá más status que el servido y el esclavo del otro será su líder. Termina sellando tan revolucionaria declaración con su ejemplo: “…el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por la multitud”. (vs.28)
“Jesús elimina al mismo tiempo la envida de los diez y la arrogancia de los dos. Los puestos de honor dentro de esta comunidad no se corresponden con la jerarquía de este mundo “(Crisóstomo)

• Preguntas para la lectura:

 ¿En qué momento y circunstancias se presentan los diálogos del texto?
 ¿Qué concepto del Reino tenían los Doce, teniendo en cuenta tanto la petición de unos como la reacción del resto?
 ¿Cuáles son los escalafones de autoridad dentro del Reino de Dios?
 ¿Quién es nuestro modelo de autoridad y de qué manera se visualiza?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿En qué medida yo puedo identificarme con el pedido y/o reacción de los apóstoles?
 ¿Cuáles son mis ambiciones dentro de mi vida parroquial o eclesial?
 ¿He tenido en cuenta el costo del discipulado aceptándolo con gozo?
 ¿Estoy dispuesto a servir al necesitado en lugar de ser servido por otros?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, sálvame por tu misericordia de mis vanas ambiciones.
Señor, que en mi corazón anide el espíritu sacrificial de Jesús y que mi vida muestre su imagen de servicio a todos. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

 Trato de personalizarme imaginariamente en la escena descubriendo mi misma vanagloria de poder y autoridad.
 Percibo la calma del Señor en su respuesta y medito en la profundidad e implicancias en mi vida de sus palabras.
 Contemplo al Señor y su ejemplo sacrificial que luego fue exaltado por el Padre recibiendo toda autoridad. (Mt.28.18)

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿Qué acción de servicio al necesitado voy a hacer hoy?
 ¿De qué manera voy a mostrar en mi actitud la aprehensión del texto de hoy?
 ¿Cómo voy a cambiar las reales motivaciones de mis peticiones a Dios a partir de la lectura de hoy?

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22 de marzo de 2011 – LECTIO DIVINA – MARTES II DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Mateo 23, 1-12

Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos:
«Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen. Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo.
Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos; les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, ser saludados en las plazas y oírse llamar "mi maestro" por la gente.
En cuanto a ustedes, no se hagan llamar "maestro", porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A nadie en el mundo llamen "padre", porque no tienen sino uno, el Padre celestial. No se dejen llamar tampoco "doctores", porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías.
Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros, porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.»
Palabra del Señor

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

El texto del Evangelio está inmerso dentro de una confrontación directa de Jesús con los escribas y fariseos.
Mientras en los versículos leídos Jesús les habla a sus seguidores, inmediatamente después (vs.13-36) dirige fuertes palabras a los escribas y fariseos a quienes no duda en calificar de hipócritas.
La base de esa hipocresía está contenida nuclearmente en la expresión “…no hacen lo que dicen” (v.3).
Los escribas y fariseos de los tiempos de Jesús, a pesar de sentarse en la silla de la Sinagoga reservada para los maestros de la ley “la cátedra de Moisés”, no podían pasar de la ortodoxia a la ortopraxis.
Por ello, el Señor manda a sus discípulos a hacer lo que ellos enseñan pero no imitar los sus actos. (vs. 2 y 3).
Las cargas religiosas legales que imponían a los suyos, no eran cumplidas por ellos mismos, ni aún en una mínima medida. (vs.4)
Jesús da otra sentencia aleccionadora para sus discípulos de la verdadera motivación de sus hipócrita actos de religiosidad exterior “Todo lo hacen para que los vean” (vs.5). Por ello, alargan sus flecos, ocupan lugares de privilegio y se vanaglorian en hacerse llamar maestros.
Ante esto, Jesús enseña la verdadera religiosidad y su fundamento esencial sobre la cual debe estar sustentada: “Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros, porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado”. (vs. 11 y 12).
De este precepto fundamental nacen las antítesis pragmáticas con la hipocresía de escribas y fariseos. Esto es, no hacerse llamar maestro ni doctores, entender que nuestra identidad cristiana adecua nuestra filiación a la categoría superadora de “hermanos”.
Cuando la religión se convierte en una carga, puede ser algún tipo de religión, pero no es la cristiana.
Toda la intención de escribas y fariseos consistía en vestirse y comportarse de manera tal que atrajera la atención. El objetivo del cristiano consiste en desaparecer del centro de la escena para que si los hombres ven sus buenas obras, no lo glorifiquen a él sino a su padre en los cielos.
“No solo le prohíbe al discípulo que ponga empeño en conseguir el primer puesto, sin que además le exige que busque el último” (Crisóstomo)
“El mismo Señor se constituyó en modelo de humildad. A pesar de lo grande que era, se humilló” (Orígenes).

• Preguntas para la lectura:

• ¿A quiénes dirige Jesús su discurso?
• ¿Qué uso correcto se debía dar las filacterias y que significaba agrandarlas?
• ¿Cuáles son los contrastes prácticos entre la religiosidad farisea hipócrita y la judía ejercida de manera correcta en los tiempos de Jesús?
• ¿Cuál es el principio de religiosidad exterior para un discípulo de Cristo?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:
• ¿Cuál es mi verdadera motivación de religiosidad exterior?
• ¿Me agrada, o busco ser reconocido por mi vida religiosa?
• ¿Estoy dispuesto a servir a otros para que la honra sea del otro y la gloria del Señor?
• ¿Qué significa para mí humillarme como cristiano?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, líbrame de mi egoísmo, vanagloria y soberbia que me impiden vivir la libertad de la vida cristiana.
Señor, ayúdame a imitarte a vos que te humillaste hasta negarte a vos mismo por amor a todos. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

 Reflexiono sobre el texto mirando mi interior, buscando actitudes o motivaciones de hipocresía religiosa.
Miro al Señor que es mi maestro y ejemplo de humildad y dejo que su presencia y espíritu limpien mi corazón.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:
• ¿Qué actos de religiosidad exterior que buscaban mi vanagloria voy a desechar hoy?
• ¿Qué acto de servicio silencioso a otro voy a hacer hoy?
• ¿Cómo voy a buscar vivir y enseñar la libertad que tengo en Cristo Jesús?

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21 de marzo de 2011 – LECTIO DIVINA – LUNES II DE CUARESMA – Ciclo A

X Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6, 36-38

Jesús dijo a sus discípulos:
«Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados.
Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes.»
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

El texto del Evangelio de hoy está inmerso en un discurso fundamental en el ministerio público de Jesús y que es equivalente al Sermón de la montaña según san Mateo (Mt. Cap.5-7). En este caso, se trataría en realidad del “Sermón de la llanura” (vs.17). Lucas lo ubica cronológicamente inmediatamente después de la institución de los doce apóstoles.
El contexto inmediato anterior del texto ya dentro del “Sermón de la llanura” son las bienaventuranzas y las ayes, que luego pasa a una dimensión nueva del amor que incluye el conocido “poner la otra mejilla” y el amar a los enemigos. Este nivel de piedad cristiana que en el caso de san Mateo se resume en “Sean perfectos, como es perfecto el Padre que está en el cielo” (Mt.5.48), en el caso del texto de san Lucas y que introduce el párrafo de hoy es la frase “Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso” (vs.36). Podemos aseverar, sin temor a equivocarnos, que la medida de la perfección en el Reino de Dios va de la mano a la de la misericordia y que juntas complementan la vara veterotestamentaria de “Ustedes serán santos, porque yo, el Señor su Dios, soy santo” (Lv.19.2).
El principio presentado en el versículo 36 se desarrolla inmediatamente en dos mandatos negativos (no juzguen y no condenen) y dos positivos (perdonen y den). Las consecuencias directas de los mandatos son espejos contrapuestos de lo que se pide: no ser juzgados, no ser condenados, ser perdonados y recibir. La frase concluye entonces con el “efecto boomerang” de la medida utilizada con otros en relación a nosotros mismos.
Desde el lado negativo de los mandatos, el juzgar hace que yo me ponga en un lugar que no me corresponde, el estrado de Juez supremo que es atributo único de Dios. El condenar implica un paso más atrevido al anterior, que significa emitir un veredicto condenatorio cuyo lugar será el Tribunal de Cristo.
En lo que refiere a los positivos, el perdonar me obliga a reconocerme a mi mismo como pecador y necesitado de perdón de Dios y de mis semejantes y el dar me pone en la dimensión de que todo lo que tengo proviene del Señor quien a su vez no es deudor de nadie.
La medida o la vara que utilizo para sopesar a mi semejante, que resume la amplitud de mi misericordia hacia el otro, será holgada o estrecha al tiempo de medir mi vida repleta de miserias. La medida, vara o precio equivalente a mi pecado utilizada por el Padre, fue el sacrifico en la cruz de su propio Hijo, esa debe ser mi perspectiva de medición cuando observo a mis semejantes. Por ello, la altura de mi vida cristiana debe ser mensurada al nivel de la misericordia de Dios.
“Dios ha dejado la impronta de su imagen y semejanza en nosotros, y esta imagen de Dios se descubre en quienes son misericordiosos como es misericordioso el Padre que está en los cielos” (Orígenes).

• Preguntas para la lectura:

 ¿Cuál es el contexto del texto en la narrativa del Evangelio de Lucas?
 ¿A quienes dirige Jesús estas palabras?
 ¿Cuáles son los actos de misericordia activos y pasivos?
 ¿Qué significa en el contexto histórico de la devolución en el regazo que habla el versículo 38?
 ¿Cuáles son y que significan las dos direcciones de medida?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
• Preguntas para la meditación:

 ¿Tengo una inclinación a juzgar a otros?
ü ¿La condena a otros es una sentencia habitual en mi corazón?
ü ¿Tengo una actitud perdonadora hacia mis semejantes?
ü ¿Soy una persona generosa con mis bienes?
ü ¿Cuál es la medida, regla o vara que utilizo al observar a otros?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, cuán necesitado estoy de aprender de tu gran misericordia para ser yo también una persona misericordiosa. Ten piedad de mí, y ayúdame a parecerme a vos.
Dios mío, aleja de mí el juicio y la condena y llena mi corazón de perdón y generosidad.
Padre, que reconozca en Jesús y su sacrificio la medida del perdón recibido por mis faltas para poder así mirar a mi prójimo con ojos de verdadero amor. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Observo imaginariamente al Señor dando su enseñanza y me ubico dentro de los oyentes para que sus palabras repercutan de manera especial y personal en mi vida.
Reflexiono en estas palabras mirando con sinceridad mi corazón, sabiendo que Dios lo conoce mejor que yo mismo.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
• Preguntas para la acción:

ü ¿Qué juicio o condena que ocupa mi mente, desecharé hoy?
ü ¿Estoy decidido a perdonar y amar a la persona que me ha hecho daño?
ü ¿Qué necesidad conozco con la que puedo tener la bendición hoy de dar?
ü ¿Qué medida sobre qué persona voy a poner hoy en perspectiva a la entrega de Jesús por mí?

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20 de marzo de 2011 – LECTIO DIVINA - DOMINGO II DE CUARESMA – Ciclo A

Texto: san Mateo 17.1-9

X Lectura del santo Evangelio según san Mateo 17, 1-9
Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte elevado. Allí se transfiguró en presencia de ellos: su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz. De pronto se les aparecieron Moisés y Elías, hablando con Jesús.
Pedro dijo a Jesús: «Señor, ¡qué bien estamos aquí! Si quieres, levantaré aquí mismo tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y se oyó una voz que decía desde la nube: «Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo.»
Al oír esto, los discípulos cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor. Jesús se acercó a ellos y, tocándolos, les dijo: «Levántense, no tengan miedo.»
Cuando alzaron los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús solo. Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: «No hablen a nadie de esta visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

El relato bíblico conocido como “La Transfiguración” sucede una semana después del primer anuncio del Señor de su pasión, muerte y resurrección. Coincidentemente con este anuncio se dan, paradójicamente la confesión de fe de Pedro y la reprensión a éste por parte de Jesús. En forma inmediata esto trae aparejado la exhortación del Señor al seguimiento cargando la cruz propia como condición de vida trascendente.
( 16.13-28). Éste es el contexto precedente al texto del Evangelio de hoy.
Al igual que en otras circunstancias cruciales de su ministerio como la resucitación de la hija de Jairo (Lc. 8.51) y su oración en Getsemaní (Mt.26.37), Jesús toma a tres apóstoles que formaban su núcleo próximo para subir al monte. Ellos son Pedro, Santiago y Juan.
Es frecuente que en el Evangelio de Mateo, éste se empeñe en presentar a Jesús cómo el nuevo y renovado Moisés, no solo en términos legislativos (Sermón de la montaña y Leyes mosaicas), sino en términos geográficos. Por ello, la subida de Jesús al monte (¿monte Tabor?) tiene un inevitable paralelismo con la de Moisés al monte Sinaí. Además, mientras Moisés sube en compañía de Aarón, Nadab y Abihú, Jesús lo hace con Pedro, Santiago y Juan. Finalmente, la resplandecencia del rostro de Jesús, nos acerca reminiscencias bíblicas con respecto a la luminosidad del rostro de Moisés al bajar del monte (Ex.39.29-35).
Sin embargo, hay dos análisis semióticos muy fuertes en el relato de la transfiguración del Señor que merecen su análisis por separado.
El primero es la presencia misteriosa de Moisés y Elías. Ellos representan la Ley y los Profetas, o sea todo el Antiguo Pacto. Éstos se ubican a su lado, ocupando Jesús el centro de la escena a modo de elemento unificador y pleno en el plan soteriológico revelado por Dios.
El segundo es la presencia del Padre en medio de una nube luminosa, que trae inmediatamente a la memoria la compañía de Dios con la nube en el peregrinaje del pueblo de Dios en el éxodo. De la misma forma, la voz del Padre aseverando la autenticidad de Jesús como su Hijo a la vez de su total complacencia sobre él y sus palabras, que hace recordar claramente la escena de su bautismo (3.17). El destacable agregado a la declaración del Padre con respecto a la del bautismo es el mandato “¡Escúchenlo!”. No debe pasar para nada desapercibido en la reflexión de este pasaje que la palabra de Dios creadora del Génesis, ahora encarnada cómo palabra viva en Cristo resulta central en la transfiguración.
Se debe tener especial atención a la transformación de la imagen visible de Jesús. Sin dudas que la luminosidad sobrenatural de su rostro y la blancura incomparable de sus vestiduras, le dan a la imagen de Jesús una majestuosidad tal que lo ubica en el centro de la luz no solo de la escena en el monte sino en todo el universo.
La primera reacción, como es habitual, corresponde al apóstol Pedro quien pretende eternizar ese momento sublime haciendo campamento junto a los tres participantes sobrenaturales de la escena. La presencia de la nube y de la voz del Padre se encargan de interrumpir y acallar esa iniciativa que no alcanza a ver todavía la magnitud de lo que está presenciando.
La reacción final de los tres privilegiados espectadores (Pedro, Santiago y Juan) al tremendo suceso fue el temor reverente, temor que de alguna manera los paralizó. Ante esto, Jesús se acerca amorosamente alentándolos a que no tengan miedo.
Ahora Jesús está solo frente a ellos y es hora de bajar del monte, manteniendo reserva de lo visto. No es tiempo para carpas ni campamentos ni tampoco para temores, es la hora de bajar al llano. Allí los espera la realidad de la vida, la curación de un endemoniado epiléptico (vs. 14-21). Durante el camino de bajada solo hay lugar para una discusión teológica sobre la relación misionológica entre Elías y Juan el Bautista (vs. 10-13). Pero el peregrinaje hacia la cruz ha dado un giro decisivo en la historia de Jesús.

• Preguntas para la lectura:
• ¿Qué paralelismos encuentro en el relato entre las figuras de Jesús y la de Moisés?
• ¿Cuáles son los contextos anteriores y posteriores al relato y qué importancia tienen éstos?
• ¿A qué se debe la reacción de Pedro?
• ¿Cuál es la intencionalidad del Padre en hacer su declaración?
• ¿Qué significado tiene la transformación física visible de Jesús?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:
• ¿Me identifico de alguna manera con la propuesta de Pedro, al querer eternizar y separar de la cotidianeidad algún momento de especial espiritualidad personal?
• ¿Tengo en cuenta la exhortación del Padre en relación a la escucha necesaria a su Hijo Jesús?
• ¿La presencia de Jesús me da temor o ánimo para “bajar del monte” hacia la acción concreta de una vida cristiana comprometida?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, enséñame a contemplarte en tu grandeza y majestuosidad.
Cristo, ten piedad e mis egoísmos disfrazados de espiritualidad individualista.
Padre, ayúdame a tener siempre oídos atentos a la voz de tu Hijo Jesucristo. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Contemplo la escena del monte de la transfiguración y me admiro reverentemente de la luminosidad de Cristo en el centro de revelación de Dios.
Me siento como si estuviera bajo la nube y escucho son profunda atención la voz del Padre.
Reflexiono en el equilibrio que debo tener entre el temor ante la grandeza de Cristo y su mano amorosa y amigable que me invita a seguir sus pisadas.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:
• ¿De qué manera voy a renovar mi escucha a la palabra de Cristo?
• Luego de este tiempo de reflexión “estando en el monte con el Señor”. ¿Cómo voy a encarar mi día de discípulo “bajando del monte a la acción de la vida cotidiana y sus desafíos?

ALTERNATIVA - OTROS COMENTARIOS DEL MISMO EVANGELIO

P. José Cervantes Gabarrón – (Murcia)

El relato de la transfiguración nos cuenta un momento crucial de encuentro revelador de Jesús con Pedro, Santiago y Juan. Ellos sintieron muy cerca la gloria de Jesús. Jesús se transfiguró delante de ellos (Mt 17,2) pues su rostro brilló como el sol. Nuestro refrán dice que la cara es el espejo del alma. Lo que ese rostro revela está en relación con la identidad mesiánica de Jesús, expresada por Pedro anteriormente (Mt 16,16) al decir «tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente» y está en relación también con la predicción de su destino recogida en los dos anuncios de su pasión (Mt 16,21; 17,22-23) que enmarcan la transfiguración. El blanco brillante de la luz pertenece al lenguaje apocalíptico y significa la pertenencia al mundo divino (Dn 7,9; Ap 1,14; 2,17) El diálogo de Jesús con Moisés y Elías resalta la importancia de Jesús. Moisés era el guía liberador del pueblo de la esclavitud de Egipto y mediador de la ley de Dios. Elías era el profeta que ha reconducido al pueblo desde el culto idolátrico a Baal al culto del Dios verdadero. Uno y otro han sufrido el rechazo y la persecución, lo mismo que Jesús. Según la tradición judía, ambos personajes fueron arrebatados al cielo. Al estar hablando con ellos Jesús, se expresa que éste está al nivel de la gloria celestial. Jesús es la plenitud de la ley y los profetas.
A los discípulos que hablan con Jesús la nube también luminosa los cubrió (Éx 24,16). Ellos están envueltos en la teofanía que revela que Jesús es el Hijo amado de Dios. Recurriendo al Dt 18,15 se subraya la necesidad de escuchar a Jesús. El miedo provocado en los discípulos es la reacción normal de las escenas de revelación en el AT. Pero las palabras de Jesús a sus discípulos son propias de un oráculo de salvación: «No temáis» (cf. Mt 28,5.10). San Pablo desde la cárcel exhorta a Timoteo: «Sufre conmigo por el Evangelio, con la fuerza de Dios. El nos salvó y nos llamó a una vida consagrada [...] Jesús ha aniquilado la muerte e iluminado la vida inmortal por medio del Evangelio» (Tim 1, 8b-10). El Evangelio es el instrumento de transfiguración de la vida del apóstol y el sufrimiento por el Evangelio una seña de identidad del discípulo. Lo que realmente transfigura al hombre revistiéndolo de gloria es escuchar la palabra de Dios, es concentrar nuestra atención sólo en Jesús, es contactar con Jesús que nos resucita en medio de los temores de la vida y es comprender el destino del Hijo del Hombre en la Pasión.
Podría parecer que la transfiguración es un acontecimiento exclusivo de Jesús, pero no es así, pues lo que en Jesús es una realidad que revela su identidad divina y su destino mesiánico de gloria que pasa por la Pasión hasta la cruz, en los creyentes es una realidad dinámica de transformación continua del ser para vivir como hijos de Dios. Pablo exhorta a los cristianos a no amoldarse a los criterios de este mundo sino a transformar la vida con la renovación de nuestra mente, por la entrega de la vida, como único sacrificio agradable a Dios (Rm 12,2). Los creyentes nos vamos transfigurando en imagen de Dios por obra del Espíritu (2 Cor 3,18) Siempre es el mismo verbo: Transfigurar En el salmo 50 invocamos al Espíritu: «Renuévame por dentro con Espíritu firme, no me quites tu santo espíritu, afiánzame con espíritu generoso», para que en nosotros se realice la transfiguración de nuestra mente y de nuestro espíritu, quebrantado y humillado, mediante la configuración de la nueva personalidad con Cristo, especialmente a través del amor a los rostros más desfigurados del mundo. Dejemos que nuestra cara sea también el espejo de un alma transfigurada y trastocada por la gloria de Jesús.

P. José Antonio Pagola

La escena conocida como "la transfiguración de Jesús" concluye de una manera inesperada. Una voz venida de lo alto sobrecoge a los discípulos: «Este es mi Hijo amado»: el que tiene el rostro transfigurado. «Escuchadle a él». No a Moisés, el legislador. No a Elías, el profeta. Escuchad a Jesús. Sólo a él. «Al oír esto, los discípulos caen de bruces, llenos de espanto». Les aterra la presencia cercana del misterio de Dios, pero también el miedo a vivir en adelante escuchando sólo a Jesús. La escena es insólita: los discípulos preferidos de Jesús caídos por tierra, llenos de miedo, sin atreverse a reaccionar ante la voz de Dios.
La actuación de Jesús es conmovedora: «Se acerca» para que sientan su presencia amistosa. «Los toca» para infundirles fuerza y confianza. Y les dice unas palabras inolvidables: «Levantaos. No temáis». Poneos de pie y seguidme. No tengáis miedo a vivir escuchándome a mí.
Es difícil ya ocultarlo. En la Iglesia tenemos miedo a escuchar a Jesús. Un miedo soterrado que nos está paralizando hasta impedirnos vivir hoy con paz, confianza y audacia tras los pasos de Jesús, nuestro único Señor.
Tenemos miedo a la innovación, pero no al inmovilismo que nos está alejando cada vez más de los hombres y mujeres de hoy. Se diría que lo único que hemos de hacer en estos tiempos de profundos cambios es conservar y repetir el pasado. ¿Qué hay detrás de este miedo? ¿Fidelidad a Jesús o miedo a poner en "odres nuevos" el "vino nuevo" del Evangelio?
Tenemos miedo a unas celebraciones más vivas, creativas y expresivas de la fe de los creyentes de hoy, pero nos preocupa menos el aburrimiento generalizado de tantos cristianos buenos que no pueden sintonizar ni vibrar con lo que allí se está celebrando. ¿Somos más fieles a Jesús urgiendo minuciosamente las normas litúrgicas, o nos da miedo "hacer memoria" de él celebrando nuestra fe con más verdad y creatividad?
Tenemos miedo a la libertad de los creyentes. Nos inquieta que el pueblo de Dios recupere la palabra y diga en voz alta sus aspiraciones, o que los laicos asuman su responsabilidad escuchando la voz de su conciencia. En algunos crece el recelo ante religiosos y religiosas que buscan ser fieles al carisma profético que han recibido de Dios. ¿Tenemos miedo a escuchar lo que el Espíritu puede estar diciendo a nuestras iglesias? ¿No tememos apagar el Espíritu en el pueblo de Dios?
En medio de su Iglesia Jesús sigue vivo, pero necesitamos sentir con más fe su presencia y escuchar con menos miedo sus palabras: «Levantaos. No tengáis miedo».

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19 de marzo de 2011 – LECTIO DIVINA – SABADO I DE CUARESMA – Ciclo A

Texto: San Mateo 5.43-48

X Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 43-48
Jesús dijo a sus discípulos:
«Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.
Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?
Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.»
Palabra del Señor

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

El amor al prójimo se extendía a los miembros del pueblo de Israel, y según Dt. 10.18-19 también a los extranjeros residentes entre los israelitas. El odiar al enemigo no lo ordenaba la Ley, pero podía verse recomendado en textos como Sal. 139.21-22 y otros. De todas maneras, el contexto y la audiencia del sermón de Jesús parece indicar que el “ustedes han oído” se refiere a que un mandato suprabíblico de los escribas y fariseos habían llevado al extremo de “odiar al enemigo”. Nuevamente a este argumento, el Señor contrapone el “pero yo les digo”.
El amor reducido a quienes nos aman o a nuestros familiares y hermanos de la comunidad, es algo que está dentro de la normatividad de cualquier persona. Teniendo en cuenta esta realidad que Jesús fuerza deliberadamente diciendo “¿no hacen lo mismo los publicanos?”, observa que a esta actitud buena, pero ordinaria no le corresponde ninguna recompensa en la economía del Reino de Dios.
El amor a los enemigos forma parte de la “carta de ciudadanía” de los hijos de Dios que con la ayuda del Espíritu Santo procura ser cómo su Padre. Ejemplo claro tenemos de su actitud para sus enemigos “Pero la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores… Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más ahora que estamos reconciliados, seremos salvados por su vida” (Romanos 5.8 y 10).

La medida del cristiano frente a la actitud, aún buena de los que no lo son, se puede resumir en el horizonte trazado por Jesús en el versículo 47 “qué hacen de extraordinario” que contrasta sustancialmente con el acto “ordinario” del amor correspondido.
Lo “extraordinario” en este segmento del Sermón de la Montaña es amar y rogar por los que nos persiguen y se constituyen en nuestros enemigos. Nuevamente Jesús declara que ésta y no menos que ésta es la credencial de ser sus discípulos: “Así serán hijos del Padre que está en el cielo”. ¿Por qué? “porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos”. Nuestro amor como cristianos debe ser como una luz (un sol) y un refrigerio (una lluvia) que no discrimine de acuerdo a nuestros débiles y egoístas parámetros de quienes son justos o injustos, buenos o malos, sino que abarque a todos.
Con la exhortación “sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo” se resume toda la enseñanza dada en 5, 17-48. En Lc. 6, 36 la exhortación es “Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso”. Al igual que el mandamiento del amor, éste no es un mandamiento nuevo en las Escrituras: “Sean santos porque yo soy santo” (Lv.11.44-45).
“Porque no nos mandó simplemente amar a quienes nos aborrecen, sino también rogar por ellos. ¡Mirad por cuántos escalones ha ido subiendo y cómo ha terminado por colocarnos en la cúspide de la virtud! Contémoslos de abajo arriba. El primer escalón es que no hagamos por nuestra cuenta mal a nadie. El segundo, que si a nosotros se nos hace, no devolvamos mal por mal. El tercero, no hacer a quien nos haya perjudicado lo mismo que a nosotros se nos hizo. El cuarto, ofrecerse uno mismo para sufrir. El quinto, dar más que lo que el ofensor pide de nosotros. El sexto, no aborrecer a quien todo eso hace. El séptimo, amarlo. El octavo, hacerle beneficios. El noveno, rogar a Dios por él. ¡He aquí una cima filosófica! De aquí también el espléndido premio que se le promete”. (Juan Crisóstomo, Homilías sobre el Ev. de Mateo).

• Preguntas para la lectura:

 ¿Cuál es la base de disenso entre lo que Jesús menciona “ustedes han oído” y su “pero yo les digo”?
 ¿Quién es el centro y horizonte referencial de ese nuevo mandato?
 ¿Cuándo el amor puede ser ordinario y cuándo extraordinario?
 ¿Cuál es la norma de vida cristiana según el versículo 48?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿Estoy acotando mi amor a los que me lo corresponden?
 ¿Cuál es mi actitud hacia quienes son mis enemigos o no me aman?
 ¿Quiero vivir una vida cristiana ordinaria o extraordinaria?
 ¿Cuál es la medida del amor que me identifica con el carácter de Dios?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, ayúdame a apartar de mi corazón pensamientos de rencor u odio a mis enemigos o aquellos que con sus actos me han demostrado rechazo hacia mi.
Señor, con la guía de Espíritu Santo, enséñame a orar de todo corazón por el bien de mis enemigos.
Señor, que pueda con mis actos demostrar ese amor a todos sin calificar previamente entre buenos y malos, justos e injustos, de acuerdo a mis débiles y egoístas parámetros. Amen.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Me ubico imaginariamente como audiencia presente en el sermón del Señor.
Busco que sus palabras, produzcan en mí la misma sorpresa y asombro que seguramente provocó en sus primeros oyentes.
Pienso en la actitud suprema de amor de Dios que me amó a pesar de mis enemistades para con Él, y que lo hizo entregando su Hijo en la cruz por mí.
Recapacito en la oración de Jesús en la cruz por sus asesinos “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿Por qué personas que considero, enemigos, adversario o simplemente quienes me han dañado por a rezar hoy para que Dios las bendiga?
 ¿Qué acciones concretas de amor voy a realizar por personas ajenas a mi círculo íntimo de amistad o familiaridad?

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18 de marzo de 2011 - LECTIO DIVINA - VIERNES I DE CUARESMA - Ciclo A

Texto: San Mateo 5.20-26

X Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 20-26
Jesús dijo a sus discípulos:
«Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.
Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal. Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego.
Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.»
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

El texto del Evangelio del día de hoy está dentro del conocido Sermón de la montaña. Jesús, a modo de “nuevo Moisés” se encarga específicamente de encuadrar sus mandatos en relación a la ley mosaica. En este caso a uno de los Diez mandamientos “No matarás”.
En el versículo 17 hace una introducción importantísima al tema: “No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.” El término “la Ley o los Profetas” debemos entenderlo como lo que hoy conocemos como Antiguo Testamento.
Jesús aclara que para entrar en en Reino de los Cielos, no basta con conocer, enseñar o hacer cumplir la ley de Dios. Se requiere una justicia mayor, que es la que adquieren aquellos que buscan el sentido profundo de vida que el Dios de la palabra le impartió a su ley. Un cumplimiento gozoso y agradecido alejado de un formulismo hipócrita y fundamentalista.
El segmento discursivo que se inicia en el texto leído y que culmina en el versículo 48 está estructurado sobre seis antítesis “Han oído vs. Yo les digo”. Esto, lejos de contradecir lo que se había dicho, lo aclara, buscando el significado primero y espiritual de la norma mosaica. El “han oído” también muestra que lo escrito muchas veces ha sufrido modificaciones acomodadas a la falsa justicia de quienes enseñaban.
El mandamiento siempre vigente de no quitar la vida a otro ser humano en donde reposa la imagen misma de Dios, tiene en la enseñanza de Jesús un vuelo revelador. El asesinato es el último y trágico escalón que comienza con albergar en nuestro corazón ira, odios que al principio pueden manifestarse con insultos y hasta maldiciones. Pero el ADN del desprecio por la vida de mi prójimo ya anida en ese corazón.
El Gehena era un valle fuera de las murallas de Jerusalén. En tiempos remotos, allí había existido un altar al dios Maloc y en ese lugar se habían asesinado personas a modo de ofrenda. En tiempos de Jesús, ese monte era usado a modo de “quema” de las basuras de la ciudad. Tiene por lo tanto una relación directa con la matanza de seres humanos y con la figura del Infierno bíblico.
Inmediatamente Jesús, lleva el tema del conflicto personal a la esfera de la práctica piadosa de la limosna que se hace en presencia de Dios (en el altar). Allí hay dos elementos fundamentales. En primer lugar que la reconciliación con mi hermano es requisito previo a una muestra visible de piedad cristiana. En segundo término, que el sujeto activo que busca la reconciliación es el que recuerda que otro tiene un conflicto conmigo. De esta manera el hecho de quien comenzó la contienda pasa a un segundo plano. Lo importante no es quien la comienza, sino quien la finaliza buscando la reconciliación de una manera activa.
Finalmente, Jesús indica la urgencia de la reconciliación antes de que el conflicto se extienda y agrande. El tiempo no soluciona los conflictos, seguramente los agravará.
“El que odia es semejante a un asesino” (Teodoro de Heraclea).
“Por consiguiente, podemos entender espiritualmente por altar en el templo interior de Dios la misma fe, cuyo signo es el altar visible. En efecto, cualquiera que sea la ofrenda que hacemos, ya se la profecía, ya la predicación, ya la oración, ya el himno, ya el salmo o cántico y cualquier otro don espiritual que el ánimo ocurra, no puede ser acepto a Dios i no está apoyado en la sinceridad de la fe; y sobre ella, fija e inmutablemente, como sobre el altar, se coloca para que pueda ser intachable y puro lo que decimos”. (Agustín, Sermón del Señor en la Montaña).

• Preguntas para la lectura:

 ¿Qué entiende Jesús por una justicia mayor a la de los escribas y fariseos?
 ¿Cuál es el hilo conductor en el pensamiento de Jesús entre actitudes de ira, enojo y
desprecio a otro con el asesinato?
 ¿Qué relación existe entre la temporalidad de un acto piadoso y una vida de amor
entre hermanos?
 ¿Cuál es la urgencia de la reconciliación entre hermanos?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿En que medida mi justicia es superadora a una centrada en mi imagen religiosa exterior
o en hacer visible mis conocimientos doctrinales?
 ¿Estoy anidando en mi corazón sentimientos de odio, rencor o ira contra algún hermano?
 ¿He llegado a insultar a alguien a quien tengo resentimientos?
 ¿Estoy dispuesto a reconciliarme con mi hermano que me ha herido antes de mi próxima muestra visible de piedad cristiana?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor ayúdame como me ayuda el texto del profeta Ezequiel a tener un corazón nuevo y un espíritu renovado.
Señor, que mi justicia refleje en todo momento mi pertenencia como tu discípulo y que nazca de un corazón gozoso de cumplir tus mandatos.
Señor, que la ira, el odio o el rencor no se aniden en mi corazón.
Perdona Señor mis ofensas, ten piedad y misericordia.
Señor, ayúdame hoy a tener el coraje de acercarme a mi hermano y reconciliarme con él. Amen.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Reflexiono en las palabras del Señor y agradezco su búsqueda de que mi corazón permanezca puro y disfrute el gozo de su salvación y de ser su discípulo.
Medito en lo profundo de mi mente y corazón buscando sentimientos de ira, odio o rencor y los pongo delante del Señor buscando su perdón y limpieza.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿Qué importancia le voy a dar de ahora en más en mi vida a sentimientos de ira, odio o rencor?
 ¿Voy a reflexionar y callar antes de que un insulto salga de mi boca?
 ¿Qué acción voy a tomar hoy con quien mantengo una contienda?

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17 de marzo de 2011- LECTIO DIVINA – JUEVES I DE CUARESMA – Ciclo A

Texto: San Mateo 7.7-12

X Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 7-12
Jesús dijo a sus discípulos:
«Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá.
¿Quién de ustedes, cuando su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pez, le da una serpiente? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ícuánto más el Padre celestial dará cosas buenas a aquellos que se las pidan!
Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.»
Palabra del Señor

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

El texto bíblico del Evangelio del día está dentro del Sermón de la montaña. Los relatos corresponden a la eficacia de la oración (vs. 7-11) y el resumen de la Ley que también es conocida como la Regla de oro (vs. 12), quizá uno de los resúmenes más acabados de ese sermón.
Los tres verbos que utiliza Jesús y que asimila a la oración adecuada son “pedir, buscar y llamar”. La respuesta de Dios ante estas peticiones es “se les dará, encontrarán y se les abrirá”.
El pedir implica humildad y consciencia de necesidad. Buscar es pedir mas actuar, se trata de vivir en armonía con la voluntad de Dios. Llamar es pedir más actuar más perseverar, en donde la perseverancia al mismo tiempo fortalece y perfecciona las acciones anteriores.
Jesús compara el diálogo y la ecuación pedido-respuesta a la que se realiza entre un hijo y su padre y agrega “Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará cosas buenas a aquellos que se las pidan!
El relato también gira en relación al pedir “cosas buenas”. El pedir de acuerdo a la voluntad de Dios y con una actitud de humildad y de espera paciente es importante en la dinámica de la oración en el texto bíblico. Basta mencionar a Santiago que dice al respecto con toda claridad: “Ustedes no tienen porque no piden. O bien piden mal, con el único fin de satisfacer sus pasiones” (Stg. 4.2b-3).
La denominada “regla de oro” ya se conocía entre los judíos y otros pueblos de la antigüedad, incluso como resumen de la Ley. Era citada de manera proverbial sobre todo en su forma negativa, es decir “no hagan con otros lo que no quieran que ellos hagan con ustedes”. Jesús la proclama en forma positiva, como principio de acción. Esta forma proactiva de interpretar la ley está en perfecta consonancia con la segunda parte de Gran Mandamiento “y amarás a tu prójimo como a ti mismo”. La vida de un seguidor de Cristo siempre debe reflejar el amor activo de quien busca primero el bienestar del otro sin egoísmos ni especulaciones reactivas.
“El pedir tiene por objeto obtener la salud y firmeza del alma a fin de poder cumplir los mandamientos; el buscar tiene por objeto descubrir la verdad. Porque como la vida bienaventurada consiste en la acción y el conocimiento, la acción necesita capacidad de las fuerzas, y la contemplación manifestación de la verdad. Hace falta, por consiguiente, pedir la una para obtenerla y buscar la otra para encontrarla. En esta vida el conocimiento consiste en conocer el camino hacia el bien, más que en poseerlo. Mas cuando uno haya encontrado el camino verdadero, llegará a la posesión del bien, el cual se abrirá sólo al que llama. (Agustín, Sermón del Señor en la Montaña)
“Ahora tampoco nos mandó simplemente pedir, sino pedir con perseverancia y fervor. Eso quiere decir el imperativo ¡Buscad!”. Y de esta manera el que busca, echando de su pensamiento todo lo demás, sólo piensa en lo que busca. Aun cuando de pronto no se abra la puerta, hay que seguir dando al picaporte” (Juan Crisóstomo, Homilías sobre el Ev. de Mateo)

• Preguntas para la lectura:

 ¿Dentro de qué gran discurso está contenido el texto del Evangelio de hoy?
 ¿Cuál es la diferencia entre pedir, buscar y llamar?
 ¿Cuáles son los resultados de cada una de esas acciones orantes?
 ¿Qué relación traza Jesús entre la oración y el diálogo entre un hijo y su padre?
 ¿Cuál es la comparación de ese diálogo atendiendo al carácter de Dios Padre?
 ¿Cuál es la diferencia entre citar la Regla de oro de manera positiva y de forma negativa?
 ¿Por qué Jesús equipara a esta regla con la Ley y los Profetas?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿Qué significado tiene en mi vida de oración el saber pedir, o pedir bien?
 ¿De que forma busco la voluntad de Dios en mi oración?
 ¿Cuál es mi perseverancia en llamar con insistencia a las puertas del Padre?
 ¿Qué implicancia tiene para mi vida de oración el saber este paralelismo superador de Dios como Padre que atiende los ruegos de sus   hijos?
 ¿Estoy aplicando la regla de oro?
 ¿De aplicarla, lo he hecho hasta ahora de la forma negativa o de la positiva?


3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, ayúdame con el Espíritu Santo a pedir, buscar y llamar a las puertas del Padre.
Oro con el salmista en el Salmo del día “Me respondiste cada vez que te invoqué y aumentaste la fuerza de mi alma”.
Señor, dame la sabiduría y el coraje de vivir la Regla de oro como norma habitual de vida que vaya forjando mi carácter de hijo de Dios. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Trato de ubicarme dentro de la audiencia que escucha el sermón del Señor, buscando percibir el impacto de sus palabras para mi vida de oración.
Me ubico en mi vida familiar, como hijo y-o padre en el diálogo de pedido y cumplimiento habitual. Trato de trasladar esa escena a la de un diálogo con mi Padre Celestial que sabe dar cosas buenas a aquellos que se las pidan.
Medito acerca de mis motivaciones para orar y de en que medida pido cosas buenas y en consonancia con la voluntad de Dios.
Reflexiono con sinceridad y profundidad en cuales son las cosas que me agradan que los demás hagan por mí, y busco como haré lo mismo con mis prójimos.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿De que manera voy a cambiar mi forma de rezar aplicando los principios y significados del pedir, buscar y llamar?
 ¿Qué cosas buenas voy a pedir al Padre?
 ¿Qué cosas que me gustarían me hagan a mí haré hoy y a quienes?

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16 de marzo de 2011 – LECTIO DIVINA - MIERCOLES I DE CUARESMA – Ciclo A

Texto: San Lucas 11.29-32

X Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 29-32
Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: «Esta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás. Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación.
El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay alguien que es más que Salomón.
El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay alguien que es más que Jonás.»
Palabra del Señor

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

El episodio narrado en el texto responde a una pregunta hecha en el verso 16 “Otros para ponerlo a prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo”. La demanda de ellos era malvada, porque además de ser insultante e insolente era también hipócrita, porque se sentían seguros de haber pedido a Jesús algo que él no podría de ningún modo realizar.
Jesús había dado a los hebreos muchas señales, sobre todo curaciones y exorcismos, incluso el milagro de los panes y las resurrecciones. Lo que él rechaza es una señal espectacular que venga del cielo, señal esperada por algunos apocalípticos hebreos.
En Lucas la señal de Jonás se refiere a la predicación del profeta, mientras que en Mateo (Mt 12.39-41) se convierte primeramente en la ejemplificación directa de la futura resurrección de Jesús. La explicitación de la correspondencia de los tres días viene probablemente del mismo Mateo, que explica una frase de Jesús que citaba simplemente el signo de Jonás (Mt. 16.4). Marcos refiere sólo el rechazo de la señal pedida (Mr. 8.12).
En primer lugar, Jesús apela al ejemplo bíblico de la visita de la reina de Saba en 1 Reyes 10.1. Ella, una pagana, vino de los confines de la tierra (probablemente la región en la que hoy se encuentra Yemen) para escuchar a un simple mortal, Salomón. En el día del juicio, esa generación incrédula deberá reconocer su error al no haber escuchado a Jesús, un predicador incomparablemente superior a Salomón.
En segundo lugar, el Señor menciona directamente como ejemplo la actitud del pueblo de Nínive ante la predicación de Jonás (Jonás 3.1-10 de la lectura de hoy). Ellos creyeron en Dios, decretaron ayuno y penitencia. El propio rey ninivita tomó esa actitud de arrepentimiento en forma personal, lo cual extendió a sus súbditos por medio de un decreto oficial de ayuno para los hombres y sus animales. Ellos también en el día del juicio podrán co-juzgar a esta generación que no reconoce en Jesús alguien infinitamente mayor que el profeta Jonás.
Jesús utiliza la frase “esta generación” para referirse a sus interpeladores que lo acosaron durante todo su ministerio. Fariseos, escribas y doctores de Ley que no podían a causa de su soberbia reconocer en la economía de Dios, la llegada del Mesías.
“Se manifiesta con evidencia el ministerio de la Iglesia, la cual se reúne con los ninivitas desde todos los confines de la tierra por medio de la penitencia y con la reina del Sur por el celo en recibir la sabiduría para conocer las palabras del pacífico Salomón. Efectivamente, esta reina, formando de pueblos diversos y distantes un solo cuerpo, se ha adquirido un reino indivisible. Así este misterio es grande entendido de Cristo y de la Iglesia. Por éste es todavía mayor, puesto que aquél había sido como una figura, y, sin embargo, ahora el misterio se ha cumplido en su realidad; entonces era la figura de Salomón, mientras que ahora es el mismo Cristo en su cuerpo” (Ambrosio, Exposición sobre el Ev. De Lucas).

• Preguntas para la lectura:

 ¿A raíz de qué pregunta Jesús realiza este relato?
 ¿Quiénes formulan esta pregunta?
 ¿Quiénes son los identificados por Jesús como “esta generación malvada”?
 ¿Qué significa en la respuesta de Jesús el relato de la visita de la reina del Sur al rey Salomón?
 ¿Cuáles son las diferencias entre los evangelios de Lucas y de Mateo en la respuesta de Jesús?
 ¿Qué es lo que Jesús resalta de la actitud de los ninivitas?
 ¿Qué rol ocuparán la reina del Sur y los ninivitas en el día del Juicio?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 Para fortalecer mi fe ¿espero algunas veces señales extraordinarias de Dios en mi vida?
 ¿Desafío al Señor con señales especiales que demuestren su presencia?
 ¿No me bastan para mi fe las señales de Dios mencionadas en las Escrituras y su significado para mi vida y la de la Iglesia?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, ayúdame siempre a volver a ti de todo corazón, porque vos sos bondadoso y compasivo.
Oro con el salmista en las citas de ese libro del día de hoy:
Tú, Señor, no desprecias el corazón contrito y humillado.
¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad,
por tu gran compasión, borra mis faltas!
¡Lávame totalmente de mi culpa
y purifícame de mi pecado!

Crea en mí, Dios mío, un corazón puro,
y renueva la firmeza de mi espíritu.
No me arrojes lejos de tu presencia
ni retires de mí tu santo espíritu.

Los sacrificios no te satisfacen;
si ofrezco un holocausto, no lo aceptas:
mi sacrificio es un espíritu contrito,
tú no desprecias el corazón contrito y humillado. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Medito en el Señor Jesús y en todo su poder, incomparable con cualquier ser humano piadoso de las Escrituras (Salomón, Moisés, Jonás, etc.)
Reflexiono en mi propia predisposición de buscar señales que fortalezcan mi débil fe y me arrepiento de ello, buscando recibir de Jesús y su testimonio en los Evangelios los sostenes de mi fe.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿Estoy dispuesto a reconocer hoy mi predisposición de buscar recibir señales que no se condicen con una actitud de fe que descansa en Jesús y su vida narrada en los Evangelios?
 ¿Me decido a vivir hoy la alegría de ser un discípulo de Jesús quien es mayor a todos las personas que pisaron este mundo y lo harán?

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15 de marzo de 2013 – LECTIO DIVINA – MARTES I DE CUARESMA – Ciclo A

Texto: San Mateo 6.7-15

X Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 7-15
Jesús dijo a sus discípulos:
Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados. No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.
Ustedes oren de esta manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido. No nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal.
Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

El texto corresponde a la enseñanza de Jesús sobre la oración que San Mateo incluye en el discurso del Sermón de la montaña (Cap. 5-7).
Al igual que en las enseñanzas sobre el ayuno y la limosna, Jesús hace un claro contraste entre estos actos de piedad cristiana cuando son realizados para ser vistos por los demás o con un verdadero sentido de buscar la mirada y el oído del Padre.
Jesús ya había marcado la diferencia entre la oración pública que requiere de ese grupo su aprobación y la privada que realizada en un lugar secreto, prioriza el beneplácito del Padre (Vs. 5 y 6- Ver lectio divina miércoles 9 de marzo). A continuación (vs.7 y 8) aborda la errónea actitud del orante que busca ser escuchado por otros en base al hablar abundantemente. A esta la enfrenta con la realidad del misterio de la oración en donde “el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan”, lo que hace al uso de muchas palabras teológicamente innecesarias.
La oración es diálogo y alteridad, hablar y agradar al otro; no es un monólogo ni encierro en sí mismo, hablar y agradar a sí mismo.
El modelo de oración del Padrenuestro sigue los modelos de las oraciones enseñadas en el Antiguo Testamento. Consta de una invocación inicial y de siete peticiones. Las tres primeras se refieren a Dios (tu Nombre, tu Reino, tu voluntad), las otras cuatro a los hombres como forma y sentido comunitario (nosotros).
En el Antiguo Testamento, la palabra Padre es poco usada para indicar a Dios y en los Evangelios a Dios se lo llama padre cinco veces, una en la oración del Padrenuestro y una en cada uno de los Evangelios. La palabra usada por Jesús “abbá” refiere a un término afectuoso y familiar asimilable a “papito”, cosa que sin lugar a dudas provocó sorpresa en sus oyentes.
El padre de Jesús se vuelve “nuestro” en en la oración enseñada por el Maestro en donde fundamenta la relación familiar de todos los discípulos, incluyéndolo a él mismo.
La fraternidad de los hijos se da en el establecimiento del reino de Dios. Por ello “venga tu Reino” tiene una centralidad innegable en la oración, de la cual derivan su voluntad en todo el cosmos (el cielo y la tierra).
La provisión diaria del pan tiene también en el “nuestro” un sentido comunitario y solidario. Reconoce la necesidad dependiente cotidiana de Dios para la subsistencia del hijo de Dios a la vez que le da a ésta un continente que abarque a todos los que necesitan de su mano proveedora.
El concepto condicionante del perdón en proporcionalidad a nuestra capacidad de perdonar también está presente en otros pasajes del Nuevo Testamento como Mt.18.35, Mc .11.25, Ef.4.32 y Col.3.13.
“… en el Padrenuestro se afirma en primer lugar la primacía de Dios, de la que se deriva por sí misma la preocupación por el modo recto de ser hombre. También aquí se trata ante todo del camino del amor, que es al mismo tiempo un camino de conversión. Para que el hombre pueda presentar sus peticiones adecuadamente tiene que estar en la verdad”. (Benedicto XVI- Jesús de Nazaret)
“A Dios, que es incomparablemente santo, no lo hacemos más santo por medio de nuestra oración; más bien oramos para que su santo nombre pueda cada día hacerse santo en nosotros” (Crisóstomo).
“Cuando pedimos que se haga la voluntad de Dios no significa que cualquiera podría evitar el cumplimiento de la voluntad de Dios, ni que Él necesite nuestra oración para que se cumpla su voluntad” (Tertuliano).

• Preguntas para la lectura:

 ¿Cuál es el contraste en la práctica orante de los paganos y de los hijos de Dios?
 ¿Cuál es el misterio que fundamenta la innecesidad de la palabrería en la oración?
 ¿De que manera relacional debemos dirigirnos a Dios en oración?
 ¿Qué implicancia tiene la venida de su Reino en la orientación que tendrá la oración?
 ¿Por qué se pide el pan de cada día y se lo hace en plural?
 ¿Qué rol ocupa el perdón activo en la oración?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿Cuándo oro, tengo la tendencia de abrumar al Señor con mi palabrería?
 ¿Tengo plena conciencia que Dios conoce mis peticiones antes que las se las haga saber? ¿Qué implicancia debería tener esta verdad en mi oración?
 ¿Cuándo rezo el Padrenuestro, lo hago mecánicamente o dándole el profundo sentido que cada palabra tiene?
 ¿En mi oración habitual, privilegio mi persona (el mí) antes que a todo (el nosotros)?
 ¿Qué resultado espiritual tiene para mi vida el perdonar a los demás?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, como lo hicieron los apóstoles te pido “¡Enséñame a orar!”
Rezo el Padrenuestro en forma pausada, pensando el significado de cada palabra.
Señor pediré cada día por el pan para todos, pero no solamente por el material, sino por el espiritual porque vos también nos enseñaste que “El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Busco un lugar privado y en una actitud de espera, sabiendo que el Señor conoce mis peticiones antes de abrir mi boca, permanezco todo el tiempo necesario en silencio.
Reconozco junto a mi hermano y Señor Jesús, al padre como “papito”, portador a su vez de un Nombre santo y poseedor del Reino de los cielos.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿Qué momento y lugar voy a destinar para hacer mis oraciones hoy?
 ¿Tomaré la decisión de rezar sin utilizar vanas palabrerías y pensar detenidamente mis palabras?
 ¿Pensaré al rezar en el “nosotros” antes que en el “mi” como sujeto pasivo de la oración?
 ¿Perdonaré de todo corazón hoy a quienes me han ofendido?

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13 de marzo de 2011 - LECTIO DIVINA - DOMINGO I DE CUARESMA -

X Lectura del santo Evangelio según san Mateo 4, 1-11
Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio. Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, sintió hambre. Y el tentador, acercándose, le dijo: «Si tú eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes.»
Jesús le respondió: «Está escrito: El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.»
Luego el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y lo puso en la parte más alta del Templo, diciéndole: «Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: Dios dará órdenes a sus ángeles, y ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra.»
Jesús le respondió: «También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios.»
El demonio lo llevó luego a una montaña muy alta; desde allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor, y le dijo: «Te daré todo esto, si te postras para adorarme.»
Jesús le respondió: «Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto.»
Entonces el demonio lo dejó, y unos ángeles se acercaron para servirlo.
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

Un primer paralelismo del texto del Evangelio citado, tiene una directa relación con la tentación hacia Adán y Eva en el desierto, que es la primera lectura de hoy. Allí la serpiente pone en duda la palabra de Dios, discutiendo su significado con los dos pobladores del huerto. Ellos creen más en la exégesis de la serpiente, desechando la voz de Dios y las consecuencias son trágicas para sus vidas, toda la humanidad y la creación.
En el relato de la tentación de Jesús, el demonio utiliza también textos de la palabra de Dios para “discutir teología” con la misma palabra hecha carne, Jesús. Es su ataque más audaz, y de él depende nuevamente el futuro de toda la humanidad. Jesús vence la tentación, derrotando así al demonio en el desierto y comienza victorioso su camino de redención por todos nosotros.
La relación directa de las dos tentaciones, sus desenlaces y consecuencias, está desarrollado en la segunda lectura del día de hoy (Romanos 5.12-19), que tiene como verso conclusivo el 18: “Por consiguiente, así como la falta de uno solo causó la condenación de todos, también el acto de justicia de uno producirá para todos los hombres la justificación que conduce a la Vida”.
El segundo paralelismo del relato de la tentación del Señor, tiene que ver con las experiencias del pueblo de Israel luego de la salida de Egipto. Ambas historias tienen como escenario un lugar desértico. Jesús permanece 40 días y el pueblo de Israel 40 años. Tres veces (vs. 4, 7 y 10) Jesús responde con citas tomadas de Deuteronomio, libro que relata la experiencia del pueblo de Dios en el desierto. La diferencia fundamental es que mientras el pueblo de Israel fracasó en las pruebas, Jesús se mantuvo victorioso.
En las dos primeras tentaciones, el demonio comienza su ataque poniendo en discusión sujeta a prueba, la condición de Jesús de Hijo de Dios “Si tú eres Hijo de Dios…”. En el texto inmediato anterior, Dios Padre mismo había hecho oír su voz declarando a Jesús como el Mesías “Éste es mi Hijo amado…” (Mateo 3.17).
En la primer tentación, reclama que Cristo haga valer su “supuesta condición mesiánica” de una manera desfigurada con su misión. La propuesta es que ante su propia hambre, utilice su autoridad con provecho propio. Jesús iba a multiplicar milagrosamente panes, pero como manifestación de su misericordia a la multitud hambrienta.
En la segunda tentación, el demonio utiliza maliciosamente el Salmo 91 que tiene en los versos 11-12 una promesa hecha a los que confían en el Señor. Por eso, hacer lo que el demonio sugería, no era una manifestación de su confianza en la promesa bíblica, sino poner a prueba al mismo Dios. (Deut. 6.16).
En la tercera tentación, el demonio ya no utiliza caminos transversales ni perversas interpretaciones de la palabra de Dios. Ya derrotado por dos veces, decide emprender contra el Mesías directamente y sin ocultamiento. En su propuesta, lo que en esencia le ofrece a Jesús es lograr lo que finalmente obtendría por derecho propio; “ser el rey esplendoroso”, pero sin pasar por el camino del Calvario y de la Cruz. El costo era enorme y audaz: “…si te postras para adorarme”. La respuesta del Señor vence por tercera vez al demonio quien se aleja echado por el mismo Jesús del desierto. “Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor tu Dios, y a él solo rendirás culto”.
Las tres respuestas del Señor al demonio fueron antecedidas por las palabras “Está escrito…”. El conocimiento y la vivencia de la palabra de Dios es fundamental en una vida victoriosa ante las tentaciones. “El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.

• Preguntas para la lectura:

ü ¿Luego de qué importante acontecimiento sucede la tentación?
ü ¿Quién conduce a Jesús a la prueba?
ü ¿Qué preparación tuvo Jesús antes de las tentaciones en el desierto?
ü ¿Cuál es el objetivo del demonio de hacerle ver a Jesús la posibilidad de obtener pan?
ü ¿Qué significado tiene la ubicación geográfica en la segunda tentación “la parte más alta del Templo de Jerusalén?”.
ü ¿Para qué el demonio desea que Jesús contemple desde un lugar alto todos los reinos del mundo?
ü ¿Quienes se acercan a Jesús luego de la prueba y lo sirven?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

• ¿Conozco suficiente la palabra de Dios para poder enfrentar las tentaciones?
• ¿Qué significado tiene para mi hoy que Jesús haya vencido en el desierto?
• ¿Qué implicancias tienen en mi gozo en el caminar cristiano saber que el demonio fue derrotado?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, ayúdame a conocer y aferrarme a las promesa de tu palabra para enfrentar la tentaciones.
Señor, te alabo por que por tu victoria, nosotros podemos acceder a una vida de alegría y victoria al ser tus discípulos.
Señor, ten piedad y compasión de mi, borrando mis faltas y crea en mi un corazón puro y renueva la firmeza de mi espíritu. (Del Salmo de hoy). Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Contemplo con admiración y agradecimiento la escena de la tentación en el desierto tratando de apropiarme, para beneficio de mi alma, de la forma en que Jesús enfrenta la prueba.
Tomo conciencia de lo artera de la tentación del demonio al mismo tiempo de la victoria que tengo en Jesucristo y doy gracias por su palabra.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

ü ¿Cómo voy a reaccionar hoy ante la presencia de la prueba?
ü ¿Qué pasaje de la Escritura me auxiliará en la misma?
ü ¿Cómo voy a enfrentar el día conocedor de la victoria de Jesús que me lleva consigo a mi victoria en mi vida espiritual?
ü ¿Con quién voy a compartir lo que la palabra del Dios me enseñó hoy?

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12 de marzo de 2011 - LECTIO DIVINA PARA CADA DIA – Sábado después de Ceniza

Texto: San Lucas 5.27-32
X Lectura del santo Evangelio según san Lucas 5, 27-32
Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, que estaba sentado junto a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: «Sígueme.» El, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.
Leví ofreció a Jesús un gran banquete en su casa. Había numerosos publicanos y otras personas que estaban a la mesa con ellos. Los fariseos y los escribas murmuraban y decían a los discípulos de Jesús: «¿Por qué ustedes comen y beben con publicanos y pecadores?»
Pero Jesús tomó la palabra y les dijo: «No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan.»
Palabra del Señor

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

Los biblistas han identificado al personaje central de historia (Leví) como Mateo, uno de los Doce. El mismo evangelista se identifica a sí mismo en el relato relacionado (Mateo 9.9) y su identidad en la lista apostólica “Mateo el cobrador de impuestos” (Mateo 10.3).
Leví (Mateo) era un publicano, o sea un funcionario que a pesar de ser judío, recaudaba impuestos para el Imperio Romano. Historiadores resaltan los abusos y despojos que estos publicanos muchas veces estaban dispuestos a realizar con sus propios conciudadanos para el beneficio de las arcas imperiales. Esta circunstancia hacía que para el pueblo, estos funcionarios fueran especialmente despreciados.
En la escena descripta en el texto, Jesús encuentra a Leví en su lugar de trabajo “sentado junto a la mesa de recaudación de impuestos”. Era el lugar donde se recolectaba la tarifa de toda mercadería que transitara por el camino internacional entre Siria y Egipto. Solo una palabra del Maestro conmueve profundamente a Mateo “¡Sígueme!”• Esa palabra bastó para que el publicano tome una decisión tan inesperada como definitiva “dejándolo todo, se levantó y lo siguió”.
Lo que resulta maravilloso en cuanto a Leví es que la rendición de todo, lo convirtió en “el hombre más feliz del mundo”. ¡Estaba tan lleno de un profundo deleite interior que inmediatamente ordenó una fiesta en honor a Aquel a quien consideraba su Benefactor! La fiesta se realizó en la propia casa de Leví. Mateo no solo invita a sus colegas publicanos, sino que hace partícipes a otras personas “de baja estima social” para el status quo religioso de la época.
Los fariseos y los escriban que en algún momento de la cena, se acercaron a “espiar” lo que estaba pasando, deciden murmurar entre ellos sobre este “escándalo” y avanzar en sus críticas primero contra los discípulos de Jesús. “¿Por qué ustedes comen y beben con publicanos y pecadores?”.
Los fariseos llamaban pecadores a los que no interpretaban la Ley como ellos o ejercían profesiones poco honrosas. Para los fariseos, comer con los pecadores constituía un gesto de amistad y de aceptación inaceptable.
La crítica de los escribas había sido debidamente notada por Jesús. Él mismo, por medio de lo que podría ser un proverbio de uso corriente en su tiempo, les lanza una respuesta terminante. “¡No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos!”. Jesús no hace apología del pecado, sino que con una claridad cartesiana los confronta con la actitud que debe tener todo hijo de Dios, conocedor de su Ley, hacia aquellos que necesitan conocer Su misericordia y su amor.
Como si lo anterior no bastara, realiza una declaración misionológica de su propia vida que desde luego debe transmitirse a todo aquel que se dice discípulo de Cristo y miembro su cuerpo, la Iglesia. “Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan”.
El pasaje hace claro que la invitación a la salvación plena se extiende no a los “justos”, esto es, no a los que se tienen a sí mismos por dignos, sino más bien a los que se saben indignos y están en necesidad desesperada.
Como lo relata Lucas, Jesús añade que el llamamiento que vino a extender a los pecadores era a la conversión. No se necesita solamente arrepentimiento o tristeza por el pecado, sino nada menos que un cambio de mente y corazón.
• Preguntas para la lectura:

 ¿Qué significado tiene que Jesús tome la iniciativa de hablar a un publicano e invitarlo a ser su discípulo?
 ¿Qué tuvo que dejar Leví para seguir al Maestro?
 ¿Cómo se interpreta la acción que se refleja de Leví en levantarse y seguir a Jesús?
 ¿Por qué Leví ofrece un banquete en su casa?
 ¿A quienes invita al banquete y por qué?
 ¿Cómo definiría la actitud de los fariseos y escribas frente al banquete?
 ¿A quienes Jesús identifica como sanos y a quienes como enfermos?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:
 ¿Debo necesariamente esperar estar en un lugar “religioso” para recibir un llamado especial de Cristo?
 ¿Estoy dispuesto a tomar una actitud de respuesta similar a la de Leví?
 ¿De qué manera demostraré mi alegría por mi pertenencia como discípulo de Cristo?
 ¿Con quienes compartiría esa alegría?
 ¿A quienes buscaré para ser alcanzados por el médico Jesús?
 ¿Mi fe se puede hacer visible en mi vida cotidiana (conversión)?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, ayúdame en tu gran misericordia a responder con humildad y decisión a tu llamado. Enséñame a reconocerme como el salmista pobre y miserable para recibirte como lo que eres, bueno e indulgente, rico en misericordia con aquellos que te invocan.
Señor, dame la posibilidad de compartir tu evangelio de sanidad y paz con todos aquellos que te necesitan y que muchas veces son despreciados por la sociedad.
Señor, que yo sea un instrumento en manos del Espíritu Santo para llamar a los pecadores a que se conviertan a ti. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Me detengo unos minutos en silencio a contemplar la escena del banquete de Leví a Jesús junto a sus discípulos, publicanos y pecadores. Anhelo de todo corazón formar parte de ese selecto grupo receptores de la sanidad y salvación que Cristo vino a realizar.
Con la alegría de Leví, medito en la grandeza de la misericordia de Jesús que se fijó en mí, a pesar de mis miserias para convertirme en su discípulo.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿De qué manera voy a demostrar visiblemente mi alegría por la piedad de Cristo hacia mi, pecador?
 ¿Con quienes voy a compartir hoy el evangelio de la paz y la reconciliación?
 ¿Estoy dispuesto a involucrarme en mi parroquia en misionar al estilo de Jesús?

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11 de marzo de 2011 - LECTIO DIVINA PARA CADA DIA – Viernes después de Ceniza

Texto: San Mateo 9.14-15

X Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 14-15
Se acercaron a Jesús los discípulos de Juan y le dijeron: «¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?»
Jesús les respondió: «¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.»
Palabra del Señor

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

Los discípulos de Juan que se acercan a Jesús son los de Juan el Bautista, que formaban un movimiento religioso que lo sobrevivió y se mantuvo activo aun mucho después del tiempo de Jesús (Hechos 19.1-16).
Si la palabra con la que comienza el texto “entonces”, implica una continuidad cronológica inmediata con el texto anterior, deberíamos entender que el diálogo se da en estrecha conexión temporal en que Jesús, sus discípulos y muchos publicanos están celebrando un banquete en la casa de Mateo (9.10-13). Esto le daría al pasaje considerado un especial dramatismo. De todas maneras, aunque la conexión cronológica no fuera tal, sí existe una evidente conexión lógica entre los dos textos bíblicos.
La pregunta de Jesús ante el cuestionamiento recibido “¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos?, es retórica y solamente acepta una respuesta: No. Aquí Jesús compara su bendita presencia en la tierra con una fiesta de boda en donde él es el novio y sus discípulos son los amigos nupciales. Una y otra vez las Escrituras hacen esta comparación matrimonial entre la relación de Dios con su pueblo o de Cristo y su iglesia. (Is.50.1; Is.62.5; Jer.2.32; Os.2; Mt.25.1; Jn 3.29; 2 Co.11.2; Ef. 5.32 y Ap.19.7).
El versículo 15 habla de los amigos del novio presentes en la cámara nupcial. Permanecían a su lado. Habían sido invitados a la boda, estaban a cargo de los arreglos y se esperaba que hicieran todo lo posible para promover el éxito de las celebraciones. Entre los judíos la celebración de una boda era una ocasión de festejos muy especiales. Durante una semana entera después de la ceremonia, la casa de los recién casados quedaba abierta para sus amigos y parientes, que participaban con ellos de ininterrumpidas festividades. Sus amigos más íntimos no se separaban de ellos y participaban en el gozo y la celebración.
Resulta absurdo suponer que en estas circunstancias los amigos del novio asuman actitudes de luto. Sin embargo, Jesús añade “Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.”
La observación ritual de ellos es asimilada a la de los fariseos. El ayuno como una norma obligatoria que está apegada a un pasado que no toma en cuenta que algo nuevo está sucediendo en ese momento. ¡El Mesías está presente con ellos! No es tiempo de tristeza, sino de alegría. Cuando llegue ese momento, la muerte de Jesús, sí será un día de luto y entonces ayunarán. Sin embargo, por medio de la resurrección, la tristeza iba a ser reemplazada por el gozo.
La nueva comunidad cristiana no se construye sobre la rígida disciplina ascética, sino sobre la libertad en la práctica de éstas, dándole un nuevo y más profundo sentido. Es la encarnación del severo clamor profético de Isaías 58, 1-9 en relación al verdadero ayuno que agrada a Dios y que encabeza las lecturas bíblicas de hoy.
El texto citado continúa con la parábola de “lo viejo y lo nuevo” con la que Jesús concluye su respuesta al cuestionamiento recibido (16-17). Allí se destaca el comienzo de una nueva era a partir la llegada de Cristo. Algunos ven en ella una ruptura entre la religiosidad pasada y la futura. Sin embargo, una buena parte de los biblistas, sin dejar de reconocer la necesidad de aceptar que una nueva era comienza, sostienen que más bien lo viejo y lo nuevo son compatibles con la condición que haya “flexibilidad” en su adaptación. Esta interpretación tiene sentido por cuanto respecta a la comparación del vestido, y se podría apoyar en el añadido de Mateo “y así ambos se conservan”

• Preguntas para la lectura:

 ¿Quiénes se le acercaron a Jesús para hacerle la observación sobre el ayuno?
 ¿Era el ayuno un medio o un fin en sí mismo en la relación con Dios?
 ¿Con quienes compara Jesús a sus discípulos en ese momento?
 ¿En qué consistían las tareas de los amigos de los novios en esa época?
 ¿Qué relación tiene esa actividad con su contacto diario con Jesús?
 ¿Qué circunstancia determina para Jesús que sus discípulos no debían estar tristes en ese momento?
 ¿Cuándo esa tristeza será reemplazada?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

 Preguntas para la meditación:

 ¿Me aferro a la práctica de algún ritual religioso no sacramental como fin en sí mismo?
 ¿Utilizo esa práctica para juzgar a otros que no la practican de la manera que yo lo hago?
 ¿Al hacerlo, he perdido el gozo y su profundo significado espiritual?
 ¿Tengo plena conciencia de la presencia actual de Cristo en mi vida?
 ¿Esa presencia como Esposo de la iglesia, me produce alegría?
 ¿Las características del verdadero ayuno del texto de Isaías constituyen un modo de vida piadosa práctica en mi vida?
 ¿Prefiero una piedad ritual individualista a una concreta que muestre el amor de Cristo en la vida de otras personas?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Oro en consonancia con el Salmo del día: Señor, que tenga yo un corazón contrito y humillado en tu divina presencia para ser recibido por vos. Perdona mis faltas de verdadera religiosidad y piedad cristiana. Ten piedad de mí cuando me aferro a prácticas vacías que no tienen en cuenta el gozo de tu presencia.

Señor, que mi vida cristiana se manifieste en la práctica de la justicia a los pobres, los oprimidos, los despreciados y los que necesitan palpar el amor de Cristo a través de mi vida. Que los ritos no me quiten el reto de servirte con alegría. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Miro al Señor con una actitud nueva de alegría por su presencia constante en mi vida. Me alegro que por la gracia de Jesús, forme parte de su iglesia que es su esposa amada.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para la acción:
 ¿Cómo me voy a proponer hoy vivir con gozo la presencia de Cristo en mí?
 ¿Qué práctica de piedad concreta voy a realizar?
 ¿Cómo voy a cuidar mi corazón para que permanezca contrito y humillado delante de Dios?
 ¿Qué acciones religiosas practicaré hoy y cómo me voy a proponer no realizarlas como un fin en sí mismas y en juicio hacia quienes no las practican como yo?

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10 de marzo de 2011 - JUEVES DESPUES DE CENIZA - LECTIO DIVINA

Texto: San Lucas 9.22-25

XLectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 22-25
Jesús dijo a sus discípulos:
«El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.»
Después dijo a todos: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida?»
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

El verso 22 del texto del Evangelio de hoy, es conocido como el primer anuncio de la Pasión de Jesús. El mismo se encuentra inmediatamente después de la profesión de fe de Pedro: “Tu eres el Mesías de Dios” (v.21). El Señor declara en forma íntima y reservada a sus discípulos que es realmente el Mesías esperado, pero también que es el Siervo Sufriente (Isaías 53). Esta aclaración era necesaria, para alejar las expectativas de un mesiazgo en un sentido terrenal y político, que tuviera como referencia la alimentación de la multitud. (vs. 10-17). La vos pasiva de los sucesos de la pasión lo sitúan a Jesús en una posición de suma obediencia a la voluntad de Dios. En lo que se refiere a su resurrección, esta vos pasiva acentúa la idea de que es el Padre quien resucitará a Jesús y no él a sí mismo.
Luego de esta impactante declaración misionológica, y tomando como sustento ejemplar la grandeza de la misma, el Señor vuelve la mirada “a todos” y les da a conocer las condiciones de seguirlo. (v.23-25). La audiencia de esta proclamación, no solo excede a los doce, y a los discípulos, sino es probable que incluya a la multitud del milagro de los panes, porque en el relato de Lucas estos aún no han sido despedidos. De esta manera, sus palabras enfatizan un claro continente universal que alcanza a todos los que deseen ser seguidores de Cristo.
La idea de la renuncia aparece en Lucas solo aquí (v23); la de llevar su propia cruz reaparecerá en Lc.14.27. La renuncia puede llevar a sus seguidores a representarse a sí mismos como condenados a los ojos del mundo, como personas que están íntegramente comprometidas en su seguimiento a Cristo. En los versículos 24 y 25, la disposición a la renuncia cobra tal magnitud que está íntimamente ligada a la conversión y a la salvación.
Una persona que renuncia a sí misma, no está anulando su identidad ni su vida, sino que niega su confianza en lo que él mismo es por su naturaleza pecadora y acepta su dependencia a la salvación que viene de Dios. El cargar la cruz se presenta como figura de aceptación a las persecuciones y sufrimientos que pueden sobrevenir por su seguimiento a Jesús. Asimismo, ese acto es resaltado como voluntario y como una decisión cotidiana (“cada día”). Finalmente el gozo del seguimiento (“y me siga”), significa caminar tras sus pasos confiando en él con la gratitud de la salvación recibida.
Los vs. 24 y 25 nos recuerdan “la parábola del rico insensato” (Lc. 12.16.21). Amontonó bienes materiales, pensando todo el tiempo en sí mismo. Se imagina que las posesiones materiales, o bien el placer, el prestigio, la fama, pueden darle la paz y satisfacción interiores que está buscando. Pero esta estrechez de su horizonte hace que su alma sea más y más pequeña. La pierde; es decir, pierde cualquier remanente de vida más elevada y noble que pudiera haberle quedado al principio.
Tal como el relato de la lectura del Antiguo Testamento de hoy, Dios vuelve a decir: “yo he puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida, y vivirás, tú y tus descendientes, con tal que ames al Señor, tu Dios, escuches su vos y le seas fiel”
“¿Qué aprovecha al hombre ganar el mundo entero, si él mismo se destruye o se pierde a sí mismo? Los tesoros no aprovechan a los impíos, pues la apariencia de este mundo muere y los placeres pasan como una sombra. Las riquezas vuelan lejos de sus señores; en cambio la justica librará de la muerte”. Cirilo de Alejandría. (Comentario del Ev.de Lucas).

• Preguntas para la lectura:

 ¿Cuál es la importancia de que el anuncio de la Pasión, Jesús lo haga luego de la profesión de fe de Pedro?
 ¿Quiénes rechazaran su mesiazgo?
 ¿Cuál es la audiencia de las condiciones para seguir a Jesús?
 ¿Qué significa “venir tras de” Jesús?
 ¿Qué implicancias tiene “renunciar a uno mismo”?
 ¿Cuáles son los alcances de “llevar su cruz cada día”?
 ¿Por quién vale la pena “perder la vida” y por ganar qué no?


2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿Qué significado tiene hoy para mí que Jesús mismo haya anunciado su Pasión?
 ¿Qué me enseña Jesús en su obediencia sacrificial a la palabra del Dios?
 ¿Soy siempre consiente de su rol de Siervo Sufriente hasta llegar a aceptar su condena de muerte por mi?
 ¿Qué sentimiento me produce el recordar su resurrección al tercer día?
 ¿Qué cosas debo renunciar en mi vida que me obstaculizan ser un auténtico discípulo de Cristo?
 ¿Qué significa para mí hoy cargar mi cruz?
 ¿A qué cosas del mundo estoy tan aferrado que me hacen perder profundidad en mi vida espiritual con Dios?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, gracias por tu obediencia sufriente que aceptó con humildad la muerte a nuestro favor.
Gracias por el poder que te resucitó de los muertos al tercer día y que es manantial de vida nueva para nuestras vidas.
Con tu misericordia, ayúdame a ser verdaderamente tu seguidor, aceptando voluntariamente y con gozo cada día mi cruz.
Muéstrame con el auxilio de tu Espíritu Santo cuáles son las cosas que me tienen aferrado a este mundo y me impiden sentir la plenitud de la comunión plena de ser tú seguidor. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Releo el texto varias veces hasta comprender plenamente la profundidad del sacrificio obediente de Cristo.

Me ubico imaginariamente dentro de los oidores de la condiciones de un buen seguidor y medito haciendo un espacio de silencios en las palabras: “Venir detrás de mi”, “renuncie a sí mismo”, “cargue con su cruz cada día” y “me siga”.


5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿A qué cosas que me estorban en mí caminar cerca de Cristo voy a renunciar hoy?
 ¿Cómo voy a reaccionar ante algún agravio que reciba por identificarme en mi forma de vida como cristiano?
 ¿Con quienes voy a compartir lo que el Señor me mostró en la lectio divina de hoy?



MENSAJE DEL CARDENAL CON MOTIVO DEL INICIO DEL TIEMPO DE CUARESMA

Gesto solidario de Cuaresma 2011

Buenos Aires 9 de marzo de 2011

El ayuno que Dios quiere

Los criterios inmediatistas y eficientistas poco a poco han invadido nuestra cultura. El máximo rendimiento con el mínimo esfuerzo, la inmolación del esfuerzo, del tiempo, de valores profundos y hasta de afectos vitales en vistas a un objetivo de corta duración que se presenta como plenificante en lo social o económico. De esta filosofía de vida, casi aceptada universalmente, no está exenta la vida de fe de los cristianos. Si bien la fe del discípulo se afianza y crece en el encuentro con Jesús vivo, que llega a todos los rincones de la vida y se nutre en la experiencia de ponerse de cara al evangelio para vivirlo como buena noticia que ilumina el andar cotidiano, podemos correr el riesgo de mirarlo de “reojo” y quedarnos sólo con una parte.
Hace algunos domingos, después de pronunciar el Sermón del monte, Jesús nos dijo “para que vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en los cielos”. Frente a esta palabra tan determinante podemos conformarnos con hacer algunas buenas obras y darnos por satisfechos. La propuesta del Señor es más ambiciosa. Nos propone un obrar “desde la bondad” que tiene su raíz en la fuerza del Espíritu que se derrama dinámicamente como don de amor para todo nuestro vivir. No se trata solamente de hacer obras buenas, se trata de obrar con bondad. Estamos en la puerta de la cuaresma y la tentación que podemos tener es la de reducirla a ciertas buenas prácticas que finalizan en la pascua, desperdiciando el caudal de gracia que puede significar este tiempo de conversión para toda nuestra vida.
Nuestro ayuno cuaresmal puede ser rutinario y llegar a ser un gesto maniqueo más que profético consistente en «cerrar la boca», porque la materia y los alimentos son impuros: cuando el ayuno que Dios quiere es partir el propio pan con el hambriento; privarnos no sólo de lo superfluo, sino aún de lo necesario para ayudar al los que tienen menos; dar trabajo al que no lo tiene curar a los que están enfermos en su cuerpo o en su espíritu; hacernos cargo de los que sufren el azote de la droga o ayudar a prevenir la caída de tantos; el denunciar toda injusticia; el trabajar para que tantos, especialmente chicos en la calle, dejen de ser el paisaje habitual; el dar amor al que está solo y no sólo al que se nos acerca.
No creamos que es el comer o el ayunar lo que importa. Lo que hace verdadero el ayuno es el espíritu con que se come o se ayuna. Si pasar hambre fuera una bendición, serían benditos todos los hambrientos de la tierra y no tendríamos porque preocuparnos. «Ningún acto de virtud puede ser grande si de él no se sigue también provecho para los otros... Así pues, por más que te pases el día en ayunas, por más que duermas sobre el duro suelo, y comas ceniza, y suspires continuamente, si no haces bien a otros, no haces nada grande».San Juan Crisóstomo
Jesús ayunó según la tradición de su pueblo pero también compartió la mesa de ricos y pobres, de los justos y pecadores. (Mt. ll,l9).
Ayunemos desde la solidaridad concreta como manifestación visible de la caridad de Cristo en nuestra vida. Así tiene sentido nuestro ayuno como gesto profético y acción eficaz. Así cobra sentido nuestro ayunar para que otros no ayunen. Ayunar es amar.
Necesitamos vivir la profundidad de no darle tanta importancia a la comida de la que nos privamos sino a la comida que posibilitamos a un hambriento con nuestras privaciones. Que nuestro ayuno voluntario sea el que impida tantos ayunos obligados de los pobres. Ayunar para que nadie tenga que ayunar a la fuerza.
Iniciando la cuaresma, benditos sean estos cuarenta días si nos entrenan el corazón en la actitud permanente de partir y repartir nuestro pan y nuestra vida con los más necesitados. Nuestro ayuno no puede ser dádiva ocasional sino una invitación a crecer en la libertad por la cual experimentamos que no es más feliz el que más tiene, sino el que más comparte porque ha entrado en la dinámica del amor gratuito de Dios.
Estamos en un tiempo marcado por la misión, no como gesto extraordinario sino como un modo de ser Iglesia en Buenos Aires. Cada gesto pastoral deseamos que no se agote en sí mismo sino que marque una brecha, genere una actitud que permanezca. En esta línea, queremos que el gesto solidario de cuaresma que realizamos desde hace ya varios años, nos permita rubricar el anuncio de la buena noticia, de que por el bautismo somos una familia que siente y vive como propias las angustias y dolores de todos, y todos los días del año.
Quiero agradecerles todo lo que se ha podido realizar a través de los gestos solidarios de los años anteriores y los animo a que la caridad viva sea el signo que acredite nuestras palabras de anuncio del Reino.
Que Dios los bendiga y le regale una Santa Cuaresma vivida den el amor de Dios por su pueblo.
Cardenal Jorge Mario Bergoglio S.J.



9 de marzo de 2011 - MIERCOLES DE CENIZA

LECTIO DIVINA

Texto: San Mateo 6.1-6; 16-18

X Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 1-6. 16-18
Jesús dijo a sus discípulos:
Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Palabra del Señor.

1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

El texto bíblico se encuentra dentro del Sermón de la Montaña. Este verdadero “Compendio de vida cristiana” ocupa en el Evangelio de San Mateo los capítulos 5 hasta el 7.
Es el mismo Jesús quien sube a la montaña y al ver a la multitud, tomó la palabra y comenzó a enseñar a su discípulos (5.1-2). A modo del nuevo Moisés, que presentó la Ley de Dios en el monte Sinaí, el Mesías Jesús da a conocer la profundidad y significado de las normas de vida nueva para todos los que en el futuro serán sus seguidores.
San Mateo epiloga las palabras de Jesús resaltando que la multitud estaba asombrada, porque él enseñaba como quien tiene autoridad. (7.28-29). Esta autoridad estaba dada por una unidad entre su discurso y su forma de vida. Esta unidad vital es esencial para el cristiano de todos lo tiempos. Jesús mismo la resalta cuando finalizando su Sermón en la “parábola de los edificadores”, expone las consecuencias de quien practica sus palabras, y de quien no lo hace. (7.24-27).
Los temas tratados están relacionados con las tres principales prácticas de piedad judía de entonces: la ayuda a los necesitados, la oración y el ayuno.
En los tres casos, Jesús contrasta claramente la práctica de estas virtudes para ser vistos por los demás, y hacerlas en secreto para ser vistas por el Padre. Introduce su presentación a modo de advertencia “Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos…” (6.1).
La búsqueda de la recompensa a raíz de estas prácticas es el hilo conductor del discurso de Jesús. Es impactante que el Señor no duda en calificar a esa búsqueda de piedad pública como una actitud “hipócrita“y por otro lado explica que para la práctica privada se requiere una actitud activa (ocultarse, retirarse, acicalarse).
Mientras que el hacerlo para ser visto por otros recibe como única recompensa esa mirada humana, el hacerlo en secreto obtiene la recompensa máxima que un cristiano puede aspirar, la de Dios mismo.
La sentencia “tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará” se repite en 6.4; 6.6 y 6.18 al final de cada virtud piadosa mencionada.
“En toda manifestación de la vida humana es hipócrita cualquiera que pretenda parecer lo que no es. En efecto, él finge que es justo y no lo practica, porque pone todo el fruto en las alabanzas de los hombres, que pueden también obtener los simuladores mientras engañan a aquellos a quienes parecen buenos y son alabados por ellos; pero tales hombres no reciben de Dios, que escudriña los corazones, otra recompensa que la debida a la superchería de sus súplicas”. Agustín, Sermón del Señor en la Montaña.

• Preguntas para la lectura:

 ¿Qué importancia tiene el Sermón de la Montaña en los Evangelios?
ü ¿Cuáles son las tres virtudes piadosas desarrolladas en el texto?
ü ¿De qué manera se practicaban hipócritamente la limosna, la oración y el ayuno en los tiempos de Jesús?
ü ¿Cómo debían realizarse éstas para recibir la recompensa de Dios de acuerdo a las enseñanzas del Señor?
ü ¿En que consistía la recompensa de quienes las practicaban para ser vistos por otros?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿Cuáles son los actos de piedad o misericordia que practico hoy en mi vida cristiana?
ü ¿Busco en algún momento hacerme ver cuando los hago?
ü ¿Tengo sentimientos de vanagloria cuando los realizo?
ü ¿Qué recompensa me motiva realmente a llevarlos a cabo?
ü ¿He reflexionado acerca de la importancia de realizarlos en secreto?
ü Cuándo rezo en un lugar público, aún en la iglesia. ¿Estoy pendiente de la opinión de quienes me ven?
ü ¿Busco con ansias la soledad para rezar?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Oremos con los salmos 50 y 94 de las lecturas de este día:
“Señor, crea en mí un corazón puro. Ayúdame a que mi corazón no se endurezca y escuche tu voz”

Oremos el Padrenuestro, cuyo texto está entre los leídos del Evangelio. (Mateo 6.9-13)
“Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
que venga tu Reino,
que se haga tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofendas,
como nosotros perdonamos
a los que nos han ofendido.
No nos dejes caer en la tentación,
sino líbranos del mal”.

Señor, ayúdame a que mis actos de piedad y misericordia nazcan de un corazón conforme al de un buen discípulo tuyo. Que no busquen hipócritamente el aplauso humano, sino que quieran en secreto recibir la recompensa hermosa que viene del Padre. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Trato de sentarme imaginariamente en el monte cuando Jesús da estas enseñanzas.

Vuelvo a leer el texto bíblico en voz alta cómo si escuchara la palabra del Maestro.

Hago una pausa de silencio luego de escuchar cada una de las tres virtudes piadosas.

Me gozo en mi corazón esperando la incomparable recompensa del Padre y su significado para mi caminar cristiano.

5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:
 ¿Qué acto de misericordia o piedad voy a realizar hoy?
 ¿Cómo voy a prepararme para asegurarme que nadie me esté viendo?
 ¿Estoy dispuesto a hacer el compromiso conmigo mismo de no comentárselo a nadie?
 ¿Qué momento del día voy a dedicar a rezar?
 ¿Qué lugar privado voy a buscar para rezar?
 ¿Voy a reflexionar durante todo este día la importancia de la recompensa que sólo viene de Dios y cómo recibirla?

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